jueves, 26 de noviembre de 2009

El puesto de trabajo

¿Que puede pasarte mientras buscas trabajo?

Aún era demasiado temprano para que el día de trabajo terminase, las horas se deslizaban lentas por la oficina mientras entre una multitud de papeleos amenazaba con enterrar viva a Victoria. A veces su rutina diaria era interrumpida por algún candidato a uno de los puestos en la empresa, el susodicho se arriesgaba por su presentación a ser aceptado o no.

Llevaba menos de seis meses en aquella empresa, la segunda del país. Como novata en su trabajo se esforzaba dos veces mas que cualquier empleado para ganarse el respeto de sus jefes y compañeros. Nadie podía exigirse tanto como ella misma lo hacía.

Una llamada a su puerta la hizo levantar la vista de su trabajo, examino el reloj, las dos menos cuarto de la tarde. El muchacho llegaba quince minutos tarde, en el informe anotó un punto menos. Ni siquiera se había tomado la molestia de llegar puntual a la entrevista. Imperdonable.

Por la puerta entro un chico rubio, en su ficha aparecía la edad de veintitrés años, aparentaba mas. Sus ojos de un marrón oscuro tenían una mirada fogosa, ardiente y viva, pero la complexión de sus hombros caídos decían que era alguien cansado de quien sabe que duras pruebas en su vida.

-Bueno Adan, -estaba acostumbrada a ganarse la confianza de las personas tuteándolas desde el principio y así calmarlas para una mejor entrevista –cuéntame por que te interesaría esta puesto y que puedes aportar como trabajador.

Adan esperó unos segundos antes de contestar, frente a él con una sonrisa cordial, estaba una chica morena de apenas veintidós años, quizás incluso tendría su misma edad. Vestía una blusa negra y unos pantalones vaqueros ajustados. Sin ser sumamente bonita era agradable a la vista. Sus pechos eran de un tamaño que hacía obligatorio fijarse en ellos, pero apartó la vista rápido intentando evitar que ella se diese cuenta de sus pensamientos obscenos. Sus palabras le hicieron volver a la realidad y empezó a responder.

Una a una aparecieron las mismas preguntas que hacían a esa multitud de desconocidos que iban rogando una oportunidad para cambiar sus vidas. Algunos tenían suerte, pasaban estas entrevistas, otros no. Victoria tenía un buen corazón, todos deberían tener la oportunidad de probar su valía. Pero aquel era su trabajo y como tal lo efectuaba con una rigurosa precisión. Y por desgracia para aquel muchacho no le iba demasiado bien.

Examino su reloj, la dos y diez, ya salía tarde. Se forzó a mostrar una sonrisa mientras seguía con aquella perdida de tiempo. Los aspirantes no entendían que su tiempo era irrecuperable, solo era una pieza más del engranaje de la empresa, pero aquellos minutos perdidos era lo que necesitaba para comer. Mientras Adan respondía mecánicamente, dejo lejos esos pensamientos. No sería justo para él, bastante duro era saber que no obtendría el trabajo. Se resignó mientras seguía la rutina.

Cuando llamaron a la puerta consulto su reloj, dos y veinte, no tenía concertada mas entrevistas y no debía haber nadie desde hacía rato en su oficina.

-Entra –dijo intrigada.

La puerta se abrió dejando paso a un chico de metro ochenta, vestía unos pantalones vaqueros azul oscuro y una camisa blanca. Su pelo oscuro como la noche resaltaba el verde de sus ojos, unos ojos con vida propia y una mirada inteligente y fría.

-¿Te falta mucho para salir? –Su voz era dulce y fuerte a la vez, Victoria notó un escalofrió recorriéndola la columna ante su fuerza. –Llevo un rato esperándote fuera.

-Tardo lo menos posible –Las mejillas se sonrojaron ante la mirada de aquel hombre.

Hacía tan solo un mes que le había conocido, sin embargo había descubierto que era capaz de mover en su corazón y su cuerpo mas sentimientos y sensaciones de lo que era capaz de abarcar. Oyó la puerta cerrarse y sacó el valor para levantar la vista otra vez.

Adan la seguía mirando esperando, iba a continuar cuando se fijo que el moreno no había salido de la habitación , se había sentado en una silla contra la pared mirándola con una sonrisa.

-¿Qué puedes contarme de ti? –En su voz, un timbre que denotó el nerviosismo que sentía.

Desde detrás de Adan, los ojos de aquel demonio se clavaron en ella, deseándola, desnudándola con sus pensamientos. Su ropa interior se humedecía a la vez que su corazón latía cada vez mas fuerte. Tenía que recordarse que solo hacía un mes que le conocía, pero no podía negar el gran poder de atracción que ejercía sobre ella.

Las respuestas se fueron sucediendo, pero Victoria no era capaz de concentrarse ya, de todas formas el chico no iba a ser admitido, solo quería que se fuese. Su cabeza no paraba de repetir un mes, solo le conozco desde hace un mes. Le conoció con un simple saludo, ni siquiera le gustaba demasiado hablar con desconocidos, pero sintió la necesidad de saludarle a ese en especial. El misterio de aquella persona la fue envolviendo sin darse cuenta hasta seducirla. En algún momento decidió arriesgarse y dar un paso hacía él. Eso, la había llevado a un mundo que desconocía. La seducía y la aterraba a partes iguales.

Su nombre era algo que a ella le había costado conseguir, pero le hacía llamarle "Sombra". Desde un primer momento demostró su sensualidad, su adicción al morbo, la inteligencia que poseía, su poder sobre las personas, la obligo a llamarle amo, le mostró un camino tan tenebroso como erótico. A cada pasó que dio observo que se encontraba mas a gusto en esa vida de perversiones de lo que nunca se había encontrado en un mundo normal.

"Sombra" se levanto de la silla, en sus labios, una sonrisa perpetua, se acerco hasta el chico y le puso una mano en sus hombros.

-Ven aquí –Su voz era una orden, Victoria antes de pensarlo ya se había levantado. Se acerco hasta su amo que se apoyó en la mesa frente a Adan –Bueno compañero, ¿¡Supongo que sabrás que no van a Contratarte, no?!

El chico le miro boquiabierto, Victoria no daba crédito a lo que acaba de decir.

-¡Tranquilo! –Siguiendo hablando –Deberías practicar mas tus entrevistas, no puedes decir lo que te venga en gana.

Agarró a Victoria y la abrazó contra él, ella noto su duro miembro contra su culo. Quería hablar, quejarse decir algo, pero no podía, sus labios estaban sellados. Era su trabajo y a ese chico le acababan de decir que no le iban a contratar. No eran maneras, no eran formas, era su trabajo. A pesar de ello sus labios se negaron a abrirse.

-No es culpa de ella –sin que el sorprendido aspirante lo apreciase, agarro y manoseo con fuerza el culo de la chica –Te puedo garantizar que es buena en su trabajo. Es muy buena en todo lo que se propone.

Con una suave indicación de sus muñecas Victoria se giro y se besaron, puede que durante un segundo le costase a ella aceptarlo, pero no pudo aguantar. Abrió su boca y sus lenguas se juntaron. "Sombra" la agarro con fuerza del culo y la levantó hasta ponerla sobre la mesa de su oficina.

Se puso en cuclillas al lado del chico a su misma altura, Adan le miraba intentando encajar las piezas de aquel complicado puzzle, pero Victoria sabía bien que Sombra jugaba a otro nivel donde a las personas normales les era imposible acceder.

-Bien, -susurro en su oído –es una pena que pierdas este trabajo, pero me gustaría ayudar a consolarte. Casualmente tengo aquí un juguete que hace unas funciones que alegran mucho ante este tipo de problemas.

Adan miro sin comprender. Victoria notó como se aceleraba su organismo, aguantando la respiración mientras pensaba "No será capaz".

-Victoria, de rodillas –no era su voz, era una orden, había aprendido a diferenciarla.

Su puse frente a Adan, se arrodillo, su sentido común chillo como un descosido mientras ella se inclinaba frente a él. Miro a su amo, esperaba que le dijese que se levantase, pero reconoció su mirada, era la primera vez que hacía algo así. Le temblaban las manos mientras le soltaba el cinto.

Adan la miraba sin saber que hacer, ni si moverse, estaba totalmente tenso, sus ojos pasaban de la entrevistadora a aquel misterioso chico. Ni siquiera era capaz de recordar el nombre de la muchacha que en estos momentos le empezó a bajar los pantalones a la vez que su ropa interior. Iba a negarse, tenía miedo de lo que estaba pasando, era demasiado raro. Pero algo en su interior una fuerza antigua que habita en todos los hombres se lo impidió. Se quedo quieto en el sitio dejándose hacer.

Victoria desde alguna parte en su cabeza se vio a si misma mientras le sacaba el miembro a Adan, un duro mástil que le deseaba un buen día. Sus ojos se desviaron hacía su amo, su mirada lo decía todo. Acerco sus labios a la dureza que tenía frente a ella, abrió su boca, en ese momento le vino a su cabeza que ese chico no era apto para trabajar, y aún así, tenía a una persona que iba a estar muy por encima de él chupándole el falo.

Subía y bajaba su cabeza mientras los gemidos del muchacho llenaban el despacho. No quería pensar en lo que estaba haciendo, no quería explicarse que motivo le había arrastrado a llevarse esa parte del cuerpo a su boca con una simple orden, ni siquiera entendía como llegó a ese punto. Lo único que pudo hacer fue seguir chupando no pensar y continuar. Percibió como su amo se situaba detrás de Adan, sin media palabra le echo hacía atrás la silla. La polla escapo de entre sus labios mientras notaba su cuerpo alejarse.

-Sigue trabajando. –Fue como un susurro que puso su cuerpo en movimiento

Iba a levantarse pero la mano de sombra sobre su espalda le indico que debía ir a cuatro patas hasta el chico. No lo dudo, ni siquiera pensó, se metió entera otra vez aquella tranca en la boca. Adan mas confiado se dejo llevar y cogió del pelo a aquella chica metiéndole todo su aparato hasta el fondo.

Victoria se atraganto, tosió y tuvo un par de arcadas pero siguió con la polla del chico dentro de su boca. Siguió chupando. Cada vez mas rápido. Algo en su cintura buscaba el botón de sus pantalones, hubiese parado por la sorpresa, pero Adan mantenía el ritmo con sus manos. Supuso que "Sombra" estaba detrás, le soltó el botón y bajo sus pantalones hasta las rodillas, no podía imaginar lo que vendría a continuación.

Adan aumentó el ritmo a la que movía su cabeza, ella notaba como le faltaba el aire mientras ese instrumento se abría paso hasta la campanilla, el contacto frió en sus caderas le hizo notar un metal, se deslizo entre sus braguitas, unas negras que usaba a menudo para sentirse mas sexy.

Clack

El ruido de las tijeras cuando corto una de las partes de sus braguitas la hizo temblar.

Clack

La segunda pierna dejo también escapar su pedazo de sujeción, y una mano la desprendió de esa prenda dejando esa porción de su cuerpo a la vista. Se sintió mas desnuda que si la hubiesen quitado los pantalones.

Notó algo entre sus piernas, Adan no le soltaba de su cabeza, y no pudo girarse, en un primer momento pensó que "Sombra" la había penetrado por detrás pero no, su miembro era mucho mas largo y grueso que eso.

-Quita las manos de ella. –La orden de "Sombra" hizo que Adan soltase de golpe.

A pesar de que era libre para poder parar y respirar por fin, siguió chupando, era lo que se esperaba de ella. Su coño, húmedo completamente, dejo introducirse sin problema lo que sea que le estaban metiendo. Primero lentamente, golpeando su clítoris. Pero después golpeó en su interior introduciéndose de golpe. Reconoció el pie de su amo que la empujaba con fuerza desde su interior para que siguiese cumpliendo su función de perra sumisa.

Adan comenzó a gritar a cada embestida del pie de "Sombra", Victoria estaba obligada a tragar cada vez mas polla. Adan la agarro del pelo y con un grito se corrió dentro de su boca. Se quedo sujetándola del pelo. "Sombra" con su pie la empujo hasta que se trago toda la verga. Cuando Adan la soltó ella tosió escupiendo semen y saliva casi a partes iguales. Se quedo en el suelo a cuatro patas recuperando el aliento.

-Dios que puta mas buena tienes macho. –La voz de Adan era la de un macho dominante, Victoria no se creía que ese cambio se hubiese producido en alguien que hace poco tiempo había entrado temblando a verla. –Vamos a follárnosla duro.

-No te van a contratar, -la voz de Sombra era muy tranquila –y como te dije te han dado un premio de consolación.

-¡Ey colega! -Interrumpió Adan viendo a donde iban los tiros –¡¿No iras a dejarme colgado así?! ¿No? Podemos disfrutar mucho. De esta zorra.

"Sombra" se acerco hasta él, se puso a pocos centímetros de su cara.

-Ahora vas a irte contento, –le dijo sin asomo de la típica sonrisa con la que solía tratarla a ella. –¡Y como vuelvas a faltarla al respeto te rompo la cara!

Adan vio algo en los ojos de este loco, no bromeaba. Se metió su miembro dentro de los pantalones, Victoria a cuatro patas desde el suelo lo miraba no sabía si con desprecio o asco. Se levantó y se fue por la puerta.

"Sombra" se acerco hasta su esclava, le ofreció un pañuelo que ella uso para limpiarse la boca, con un gran esfuerzo se reclino hasta ponerse en cuclillas, las manos con las palmas en el suelo y los tobillos en su culo. Aún no estaba acostumbrada a aquella posición, pero con el tiempo la dominaría. Levanto la cabeza y vio la adoración con que su dueño la miraba.

Sus labios se juntaron en un beso que ella no esperaba, un hombre acababa de correrse en su boca y a él no parecía darle asco ni importancia. Sus nervios y sus miedos parecieron calmarse y mientras jugo con su lengua dentro de su boca, todo desapareció de su mente, nada importaba. El cansancio, el dolor, casi el ahogamiento. Se besaron con la fogosidad de dos amantes.

La ayudo a levantarse y la colocó de espaldas sobre su propia mesa. Volvió a besarla mientras la penetraba. Estaba tan húmeda que no fue difícil. Empujó de su cabeza hacía la mesa lo que la hizo levantar mas el culo. La vista que tenía era mas que fabulosa. Apoyó sus manos en la espalda de ella y la penetro con violencia. Sintió cada golpe en su interior mientras su organismo lo reconocía como placer.

Iba a correrse, pero en ese momento sonó el teléfono. Dudo entre cogerlo o no, "Sombra" la levanto se sentó en su silla y le desprendió de los pantalones mientras el aparato seguía sonando. La hizo sentarse bien abierta de piernas en su propia silla. El molesto timbre no paraba, era su trabajo y no podía dejarlo sonando. Contestó mientras la penetraba.

-¿Hola con quien hablo? –Intento que su voz no la fallase, pero el ritmo y la dedicación de su amo no se lo ponía fácil.

-Vaya pensé que no encontraría a nadie. ¿Quién eres?

-Victoria González, soy la analista de recursos humanos.

-Vaya, llamaba por que tenía que consultar unos datos sobre Silvio Ortiz. Pensé que ya sería tarde para encontrar a alguien, soy el subdirector Ramón.

-Claro señor ahora se lo miro. –Victoria puso la llamada en espera iba a mirar en su ordenador pero esa posición era muy incomoda para ello. –Amo, esta esclava necesita cumplir una tarea de su jefe, no puedo usar el ordenador, ¿Podría seguir follándome en otra postura o permitirme unos minutos para buscarlo?

La levanto de la silla y la puso en la misma posición de antes, era difícil teclear mientras la penetraba con esa violencia, pero le estaba gustando mucho. No tardo nada en encontrar la ficha del chico en cuestión. Iba a coger el teléfono cuando "Sombra" le sujeto el brazo.

-Que espere –Le ordenó

-Es mi jefe –Dijo ella asustada

-Que espere –Repitió.

Se dejo hacer, sus gemidos fueron cada vez mas fuertes. Al otro lado de la línea tenía a su jefe esperando una información mientras ella estaba follando sobre su mesa en el despacho. "Sombra" le desabrochó la blusa que llevaba, Victoria agradeció que no le arrancase los botones. Solo la cubría el sujetador. Se apartó e imprimió una pagina del ordenador, cogió el teléfono y lo puso en el suelo junto a la hoja que acababa de imprimir. Ella apoyada en la mesa no se movió siquiera mientras las manos de él la desataron el sujetador, la única prenda que aún conservaba.

-Contesta con el manos libre. –Victoria se puso de rodillas en el suelo a cuatro patas para poder contestar. No tardo ni un segundo en volver a estar empalada.

-¿Si? ¿Jefe?

-Si, aquí estoy dime sus datos por favor.

Silvio Ortiz –Empezó a dictar –Vive en la calle ecuador numero 13

Su voz tenía unos tonos agudos cada vez que su amante tocaba el fondo de ella. Siguió dictando aunque apenas le quedaba fuerzas.

-Muchas gracias Victoria, pensé que no encontraría a nadie y necesitaba encontrar a este chico–le decía –¿No deberías estar comiendo?

-Si señor ya he tomado algo hace un rato–en su interior no dejaba de moverse su amo –solo que tenía un chico que llego tarde a su entrevista, luego vino otro y aquí le tengo trabajando. Con suerte podré volver a tomarme algo antes de que empiece mi jornada de nuevo

Miro a su amo con una sonrisa, sabía de sobra que le gustaban esos juegos de palabras. "Sombra" la sonrió, se acerco a ella y le metió la polla en la boca. La indicó con una mano que siguiese masturbándose.

-Debo decirla señorita –Siguió diciéndola el subdirector –que ojalá esta empresa contase con mas mujeres como usted, estoy convencido de que esta haciendo un trabajo estupendo.

-Aha –Victoria ni se paró a sacarse el duro miembro de su boca. Siguió chupando mientras la mano que tenía entre sus piernas cogía cada vez mas ritmo. Miro a su amo de manera interrogativa, el afirmo con la cabeza adivinando la pregunta. El único motivo por el que no lanzo un grito al llegar al orgasmo fue que tenía toda la polla de su dueño hasta el fondo de su boca.

-Que sepa que tanto amor por su trabajo la honra, no lo olvidare, lo vera reflejado en su próximo contrato. –Seguía elogiándola su jefe.

"Sombra" se corrió en ese momento, saco la polla de su boca lo cual la dejo un poco sorprendida y termino sobre ella. El primer chorro la golpe de lleno en la cara, pero después hubo un segundo que cayo sobre su pecho y un tercero y un cuarto. Estaba blanca llena de semen. Acerco su boca a la verga de su amo.

-Gracias señor, es todo un placer –dirigiéndose al miembro que sujetaba con voz lo bastante alta para que lo escuchase el subdirector. Limpiaba esa polla con su lengua cuando su jefe colgó.

Con sus dedos recogió todo el esperma que tenía por el cuerpo y fue metiéndoselo en la boca. "Sombra" la miro y señalo el suelo, ella entendió, se agacho y lo lamió todo.

-Límpiate –atrapó algo en el aire, cuando lo tuvo en la mano reconoció sus propias bragas, se las paso por todo el cuerpo. –Muy bien perrita, vístete.

Unos ruidos fuera les advirtió que ya estaban regresando sus compañeros. Pero Victoria no se dio prisa en vestirse, su amo la observo deleitándose mientras ella se ponía cada prenda. Busco sus pantalones y vio que los guardaba "Sombra" en su regazo, espero a ver que quería.

Llamaron a la puerta, ella se sentó por auto reflejo, entro el chico que tenía para entrevistar a esa hora.

-Hola buenas, veras tenía una entrevista aquí y me dijeron que llamase –Mientras hablaba su amo se puso a juguetear con los pantalones delante de ella, sin que el chico lo advirtiese.

-Estoy contigo en un momento, antes permíteme acabar con este, espera fuera por favor.

El chico salió su amo la indico que viniese, cuando ella se acerco, el se levanto, empezó a besarla, le dio los pantalones pero no le dejo ponérselos. En su lugar la cogió de la mano y las puso sobre la puerta. Se acerco a su oído y le susurro:

-¿Quieres que entre? ¿Que te follemos entre los dos?

-Si mi amo quiere si, ya sabes que puedes usarme como mas te plazca, te lo prometí. –La voz que puso ella era de autentica lujuria –Nunca falto a mi palabra.

Sonrió, le devolvió sus pantalones y dejo que se los pusiese

-Cuando salgas pasare a buscarte. –Le gustaba ver las mejillas de ellas tan sonrojadas –Traeré directamente la cena para que no tengas hambre, siento haberte dejado sin comer.

-Yo no –le dijo con una sonrisa.

Levanto su vista, estaba toda dolorida, pero se sentía realmente bien. Dejo que acariciase una vez mas sus pechos, se arreglo el pelo lo mejor que pudo. Sombra abrió la puerta y salió. Faltaban pocas horas para volverle a ver. Cuando entro el siguiente candidato se encontró a una persona con una sonrisa de felicidad plena.