jueves, 19 de noviembre de 2009

Con la mejor amiga de mi vieja

Mi relato  comienza cuando tenía 18 años. Trabajaba en una playa de estacionamiento de mi viejo en Once. Yo para ese entonces vivía con mi viejo.
Uno de nuestros clientes, un chino, como lo tratábamos muy bien, se portó dándonos algo que no esperábamos. Era dueño de un tenedor libre “Free Way” y me dio una invitación para cuatro personas con todo libre.
Decidí invitar a mi vieja y al marido de inmediato, aceptó de una, pero solo con un pequeño detalle… Me pidió si podía llevar a su mejor amiga Elizabeth. Yo ya la conocía, era una mina de unos 38 años, petisa, colorada de ojos verdes, algo robusta, pero muy tetona, digamos que a mi me gustaba. Ella solterona, son hijos y viviendo sola.

No puse objeción alguna, por supuesto, entonces acordamos día y hora para reunirnos los cuatro. Ah! Mi mamá la invitó por que era el cumpleaños de ella, de Elizabeth.
La cena fue lo que debía ser, una cena normal, charlando de vanalidades y demás yerbas. Hasta que el marido de mi vieja, un gordo atorrante, comenzó a joder a Elizabeth conmigo, le decía si no me quería llevar a su casa y ese tipo de cosas. Mi mamá sobreprotectora y celosa no hacía más que decir: Nena! Ni se te ocurra!
La cena terminó con una champagne por el cumpleaños de la señorita en cuestión. Luego de eso nos retiramos, yo a todo esto, bastante chupado estaba.

En el auto, en el viaje de vuelta, mi mamá le da el regalo a ella, un hermoso conjunto de ropa interior color chocolate, muy pequeñito que Elizabeth sacó y exhibió sin ningún tipo de problema. El marido de mi vieja le dice: No querés estrenarlo hoy???. Solo risas se escucharon y la cara de orto de mi vieja obvio… Cuando llegamos a su departamento en Devoto ella antes de despedirse hizo el siguiente comentario: Está la luz cortada en el departamento, no hay agua tampoco, no puedo leer! No me puedo bañar, tengo que acostarme sola sucia y aburrida!. Nadie hizo comentario.

Llegué a casa tarde, eran como la una, mi viejo estaba despierto. Le conté como había sido la cena. Empezó a hacer preguntas. Más preguntas. Terminó por gritarme que era un pelotudo, que por qué mierda no la llamaba. En fin, yo medio sin entender le dije que no tenía el teléfono. El me dijo buscá en la guía pelotudo!. Lo busqué, lo encontré, la llamé. No sabía qué decirle, lo primero que se me ocurrió es que si no tenía sueño y quería charlar estaba yo al pedo. Me dijo entre risas que estaba bien, que fuera para la casa. No terminé de cortar que mi viejo me dijo: Andá a bañarte! Ya vuelvo!

Salí del baño y mi viejo tenía un Chandon y una bolsa de hielo, y un taxi en la puerta. Lo primero que pensé es de donde sacó el Chandó a esa hora!. Lo consiguió en Bs As Pantry, una cadena de locales que vendían chupi a morir!
Bien, mi viejo me puso guita en el bolsillo, me subió al taxi y me dijo: suerte!
Todo el viaje iba preguntándome qué mierda hacía yo yendo a la casa de la mina. En fin, el viaje fue corto. Bajé del taxi, toqué timbre, bajó ella.
Tenía un camisón largo con una bata, no se exhibía mucho. Entramos, le dí las cosas que me preparó mi viejo y ella me dijo: Qué detallista! Te acordaste que no tenía luz! Trajiste hielo!. En ese momento entendí por qué hay que escuchar a los viejos…

Tomamos champagne, yo estaba medio mareado, ella no. Yo hablaba mucho, ella no. Hasta que el alcohol hizo el resto. Me le tiré encima como una borracho baboso, ella se quedó dura, sin darme cuenta de mucho, le puse una mano en las tetas, me encantaron, eran bien duritas, se las empezé a chupar, ella ya estaba a punto. En flashes que apenas recuerdo llegamos a la cama, me desvistió, y me la empezó a chupar, era buena. Enseguida se subió arriba mío, mientras me besaba el cuello, sacó de su mesa de luz una caja de forros que me puso uno con la boca. Para mí, ese momento ya era sublime! Entre flashes recuerdo que ella acabó varias veces, era de acabar rápido y en cantidad.

En un momento me pidió que pare, por que le dolía. Paré, pero a ella no le gustó que yo no pudiera acabar (era por lo que había tomado) entonces comenzó a pajearme, después me pasaba las tetas por la pija y nada. Después me la chupaba de nuevo. Me preguntó que me gustaba, pero yo ni reaccionaba. Me dijo bien claro: No me pidas la cola! No me gusta, ya probé y no se la doy a nadie más.
Luego de varios intentos, ya no se me paraba y ella no sabía que más hacer conmigo. Nos quedamos dormidos, ella con su mano en mi poronga.

Al otro día recuerdo que un dolor de cabeza me mataba. No entendía nada, miro a un costado y la veo a ella duermiedo a mi lado. Era una muy linda imagen, tetas grandes con pequitas, la concha bien depilada, pezones chiquitos rosaditos. Y la cola era grande pero no era floja, zafaba bastante.
Enseguida la comencé a manosear, se despertó, y empezamos a franelear de lo lindo. Enseguida me comenzó a chupar la pija y pintó un hermoso 69, después muchas posiciones pasaro, ella arriba, en cuatro, ella acostada y yo arriba, después en el piso, después en una silla, después pintó en la ducha. No se confundan, cada lugar que menciono no fue un polvo, fueron dos polvos en todos esas posiciones. En la ducha recuerdo que me hizo algo que nunca voy a olvidar. Fue la primera vez que me chuparon el culo. La sensación? Me la reservo…

Cuando estaba por acabar me podió que le acabara en sus tetas y así lo hice. Fue hermoso, después me la agarró y se la llevó a la boca para prácticamente lustrarla.
Era casi el mediodía y ella quería seguir, yo también. Pero un llamado que no esperábamos nos interrumpió. Era mi viejo para recordarme que teníamos una asado con amigos, de paso aprovechó para felicitarme a los gritos con Elizabeth a mi lado…
Me sirvió un desayuno en la cama, con solo un delantal puesto. Me preguntó si tenía fetiches y charlamos de eso. Cogimos una vez más, pero ninguno acabó. Ella se vistió me pidió un taxi y me despidió con largo beso de lengua…
Estuve como una semana después de eso para recuperarme del shock…