lunes, 31 de mayo de 2010

Regalo de Cumpleaños

Jessica y yo siempre fuimos inseparables, desde chicos que nos llevamos muy bien, hicimos todo juntos, jardín de infantes, escuela liceo y ahora ya pasando los 20 años de edad los dos, vamos a universidades diferentes, igual somos vecinos y a veces estudiamos y charlamos juntos. En ocasiones me pongo a pensar en ella como mas que una amiga, es que el tiempo pasa y esa nenita que usaba colitas en su pelo rubio y vestiditos rosados ahora era una mujer hecha y derecha, su cabello rubio fue teñido de rojo ardiente, en perfecto contraste con unos naturales ojos azules, capases de derretir a quien osara mirarlos, acompañados por una piel hermosa, suave y blanca como la nieve, aunque era delgada, no le faltaba nada de lo que una mujer debe tener, una cola bien parada y de forma perfecta, unos senos hermosos de tamaño promedio, una cinturita breve y divina...

Sus padres siempre fueron muy sobre protectores y nunca la dejaban en su adolescencia vestir "indecentemente" según las palabras de su madre, pero ahora que ya creció no le importaba llevarles la contra, su ropa siempre dejaba a los hombres deseando mas y a las mujeres locas de envidia, su atuendo habitual era una pollera negra tableada, cortísima dejando ver un par de piernas súper sexys, unas botas de cuero hasta las rodillas (de taco alto por supuesto) y en ocasiones con unas medias de red que le quedaban a la perfección, arriba casi siempre un top o algo cortito para que se vea el tatuaje que tiene en la parte mas baja de la espalda...

Fue en febrero pasado cuando decidimos ir de vacaciones a el este del país, el periodo de vacaciones de principio de año coincide con mi cumpleaños, así que fuimos a una casa de mis tíos en Punta del este que nos alquilaron por un precio razonable, éramos Jessica, yo, lucia, carolina (otras amigas inseparables) y marcos, mi mejor amigo. Era un día de calor que rajaba la tierra, cuando iba preparando mi bolso y dando los últimos ajustes al auto alquilado para el viaje, iba bajando las escaleras en mi casa con mi pesado bolso cuando suena mi celular, atiendo y es carolina diciendo que no iba a poder acompañarnos trate de convencerla pero no hizo caso aparentemente era una emergencia familiar, una lastima por que me hubiera encantado ver a caro en bikini asoleándose en la playa, tiene un cuerpo que a su edad la mismísima Luciana Salazar hubiera envidiado, mi amiga es una rubia preciosa, a diferencia de Jessica a ella le he dedicado varias noches.

Cruce a buscar a jess, al verla tan ligerita de ropa por el calor empecé a sentir ese cosquilleo en la entrepierna previo a la erección (nunca antes habia sentido algo asi por ella, era casi una hermana) así que decidí voltear antes de que mi verga se parara del todo y quedara avergonzado frente a ella…

Pasamos en el auto por lo de lucia, y una vez mas quede impactado por su belleza, uruguaya hija de inmigrantes japoneses, poseía unos rasgos asiáticos en su rostro increíblemente hermosos, a diferencia de jess y caro ella es mucho mas flaquita, igual no seria prudente de mi parte meterme con ella por que mi amigo, marcos la pretendía, ja, la pretendía cojer, pero pensar que ahora ya son novios….
Pasamos a buscar al marcos y después de ahí carretera hacia el este…

Ya no los aburro más con las preliminares:
Pasábamos nuestro cuarto día en la casa, día previo a mi cumpleaños, yo volvía de pasar todo el día en la playa súper tostado, eran las 8 de la noche, bah, atardecer… llegue y no encontré a nadie en casa (o eso pensé) decidí subir a mi cuarto compartido con mi amigo, cuando iba a abrir la puerta un sonido fuerte me atravesó por completo, un gemido fuerte y duradero el inconfundible timbre de voz de Lu… supuse que marcos había logrado su objetivo al fin y me quede ahí escuchando esa hermosa sinfonía un rato mas… los gemidos que salían de la boca de lucia eran fuertes y duraderos podía imaginármelos así en la cama ella con su cuerpito oriental sudado cabalgando sobre el miembro de mi amigo abierta totalmente de piernas para dejarse penetrar esa cochita rosada y seguramente deliciosa… no tarde en excitarme tanto que tuve que ir a darme una ducha de agua helada para bajar la tensión, me había calentado demás y si seguía así entraría a la habitación a sumarme a la fiesta pero no, no era buena idea, mas calmado después de la ducha baje solo con el pantalón puesto al living abrí un whisky y me dispuse a tomar, cuando llego jess…

Cargaba unas bolsas del súper y vestía nada mas su bikini en la parte de arriba y una pollerita, el sol a sus espaldas en el horizonte marcaba su perfecta figura en la entrada de la casa, nos quedamos así un instante apreciándonos descaradamente, hasta que le dije que pasara y se me uniera, nos sentamos en el sillón a beber whisky.
Bebimos y charlamos unos minutos. Hace tiempo venia pensando en ella como mas que una amiga y era hermosa asi que decidi hacer mi jugada:
- Has visto a lucia? dije
- No, la verdad esperaba que me acompañara al súper pero no vino, sabes donde esta?
- Eh... si, pero no te conviene ir a buscarla ahora mismo...
Me miro seriamente y me pregunto:
- En donde esta?
- En mi cuarto, con marcos, los escuche y estaban.... "pasándolo bien" -dije en tono lo mas divertido posible. ella me miro con expresión de sorpresa y echo a reír:
- No puedo creer que al fin Lu se animo a encararlo!!! -dijo entre risas.
- Deja de reírte Che , que al menos ellos la están pasando bien! - conteste.
- Por que decís eso? -Recuperando la compostura y bajando la voz hasta casi un susurro pregunto: -vos la estas pasando mal nene?

- Escuche lo que pense que escuche? Primero supuse que estaria jugando, una broma pasada de tono con un amigo, que chica no hace eso, pero cuando mi amiga empezo a acariciarme la cara, con una mirada que lo decía todo, decidi actuar: puse mi mano libre sobre su pierna y la fui acariciando lentamente y al no haber resistencia mi mano siguió por su cadera, fue cuando ambos dejamos los vasos en la mesita ratona y nos acercamos mas el uno al otro, su cara se acerco a la mía, y nos besamos, fue perfecto, el lugar el calor la poca ropa, el alcohol... mientras la besaba la abrase por la cadera, me senté en el sillón y ella se puso encima de mi, ya mi verga totalmente erecta sentía las palpitaciones de esa húmeda y caliente conchita que gritaba por atención, tome su perfecto culo con mis manos y lo estruje fuerte, luego procedí a quitarle el corpiño y liberar así unos pechos perfectos y como comprobé con mi boca suaves y delicados, deliciosos, devore golosamente ese par de pechos blancos jugando con mi lengua en esos pezones, ahora rígidos como el acero, lo cual me excito mas, la tome y la arroje contra el sillón, mi boca ahora exploraba su pancita bajando y bajando, quite desesperadamente con ambas manos tanto la breve pollerita como la parte de abajo de su bikini y debo confesar que no estaba preparado para tanta perfección, una vagina sin un pelito, pequeña apretada y con un color rosa hermoso todo esto mezclado con una fragancia que me llevo al éxtasis, una fragancia profunda y potente, sin aguantar un segundo mas comencé a devorar golosamente esa deliciosa vagina, mi lengua subía y bajaba una y otra vez desde el agujero de esa virgen colita hasta el delicioso y erecto clítoris, lo que causaba alaridos de placer en esa boquita deliciosa, continúe mi practica un buen rato mas, los jugos vaginales escurrían por los lados de mi ansiosa boca, ella con sus manos apretaba fuerte mi cabeza contra su ardiente entrepierna:
- Dale papi comeme toda! Ahh.... así... mas... -me hubiera encantado contestarle pero prefería seguir lamiendo y devorando ese manjar de la naturaleza....
Unos instantes mas, el grito de pasión mas desgarrador y jess se acabo en mi sorprendido rostro, digo sorprendido por que nunca antes una chica se había venido así en mi cara, el squirting era algo que solo había visto en pornografía, pero igual decidí beberme todo ese delicioso liquido, y no me arrepiento, es riquísimo. Su pecho todavía agitado volvió a recibir mi tratamiento mientras iba subiendo otra vez hacia su boca, después de besarnos un poco mas me dijo:
-Es el orgasmo mas rico que un chico me ha dado, pero ahora... -su mano comenzó a acariciar mi durísima verga- me toca devolverte el favor...
Con una sonrisa picara me indico que me sentara, se puso en cuatro en el piso con la cara sobre mi entrepierna, bajo lentamente el cierre de mi pantalón y grata fue su sorpresa al ver que yo no llevaba ropa interior, mi verga salio disparada casi como un misil y se quedo ahí esperando el tratamiento de la lengua de jess, ella comenzó entonces a acariciar lentamente de la base hasta la punta mi verga, cada vez mas rápido mientras acercaba su cabeza se detuvo un momento a milímetros de mi miembro y lo acaricio lentamente en el orificio con su juguetona lengüita, sus labios empezaron a jugar con la cabeza ya mas que colorada de mi verga dejándome incluso mas excitado, muy despacio como queriendo torturarme fue metiendo mi miembro mas y mas profundo en su boca revelando una extraordinaria capacidad oral, ya que yo estoy, bueno... digamos que bien dotado, el tratamiento que recibí de su boca fue excepcional, me habían hacho sexo oral antes pero nada como esto, su cabeza bajaba y subía dándome placer volviéndome loco, succionando cada vez mas fuerte, así siguió un buen rato mas, hasta que la tome por sus hermosos colorados cabellos ya que estaba al borde del orgasmo y al momento de acabarme la apreté contra mi para que se tragara todo el semen, jamás había acabado así, ella correspondiéndome, se trago toda la lechita.
Estaba agitado, el sudor corría por absolutamente cada rincón de mi cuerpo, no había lugar para pensar si estábamos haciendo algo bueno o malo, no importaba...
- Te gusto, bebe? -me dijo- Me encanto jess, sos hermosa -respondí- Entonces aprontate que la noche recién empieza -dijo en tono pervertido.
No tarde en levantar una erección nuevamente, esta vez ella misma se recostó en el sillón con sus piernas abiertas llamándome con su dedo pícaramente, me acerque, me puse encima de ella la abrase, su cuerpo es diminuto comparado con el mío, y la penetre con la fuerza de un huracán, estaba a 10mil grados, muy pero muy caliente las embestidas arrancaban gritos de su boca mezcla de placer y dolor, mi verga rompía ese frágil cuerpito, casi desgarrando una vagina estrecha y apretadita… seguimos un rato así, teniendo el sexo mas salvaje de nuestras vidas, ella se vino antes que yo, lo que causo sus quejas en los minutos finales, yo conciente de esto y de que no llevaba condón, decidí sacar la verga de esa hermosa cueva y acabar en su pancita a lo que ella no puso objeción, me recosté a su lado y dejamos que el momento pasara, juntos.
Vimos el reloj y ya habían pasado dos horas y media desde su llegada, decidimos ir al cuarto que ella compartía con Lucy que obviamente estaba vacío, mi asiática amiga seguía disfrutando de la verga de marcos en mi cuarto, la cama de jess era claramente mas cómoda que el sillón así que ahí pasamos el resto de la noche, seguimos haciendo el amor hasta entrada la noche cuando presas del cansancio caímos rendidos en el mas profundo de los sueños.
Mucho recuerdo de esa noche pero mi recuerdo mas patente fue lo ultimo que me dijo antes de caer dormida:

-Espero que hayas disfrutado tu regalo de cumpleaños, amor.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Semana Santa no ta santa

JUEVES

Buenas Gente de XRELATOS , bueno llega un poco tarde pero estoy mas ocupado que nunca con mi Novia, bueno el tema es que con ayuda de un amigo que me presto la casa que tiene en el Delta, durante Semana Santa, y me pude escapar hacia allí con mi amada para tener un Fin de semana cargado de Sexo. Bueno partimos el Jueves hacia allí, en el barco nos besamos calientemente queríamos llegar después de casi 2 Hora de viaje en Barco llegamos a la isla donde esta la casa, era perfecta para todo lo que queríamos era un Isla con la casa y nada mas. bien cuidada y bastante linda toda de madera, entramos y nos quedamos maravillado con el cuarto era excelente, después de acomodar algunas cosas, las provisiones y demaces... era de noche ya por suerte llevamos algo preparado para no cocinar ese día cenamos, y después nos fuimos juntos al cuarto y nos besamos dulcemente y nos dejamos caer sobre la cama, y nos abrazamos, y de a poco tratábamos de desvestirnos, giramos y quede debajo de ella, que apoyo sus manos en mi pecho y se desprendió de mis boca y se termino de sacar la camisa que tenia, y el corpiño, y me dijo -amor que me vas a hacer?- mientras con sus manos trataba de desabrocharme el pantalón, yo la tome de las muñecas y la tire sobre mi la junte sobre mi pecho y la abrace fuerte, y acariciaba su espalda, y la volví a besar calientemente, y ella me agarra la cara, que lindo que era esto, con mis manos ahora empezaba a masajear sus nalgas levantando su pollerita mientras trataba de sacarle la tanguita, ella se levanta y se desnuda completamente, tras ver que se me dificultaba hacerlo, y después me abre el pantalón y saca mi pija que estaba completamente dura.

Ella se acercó y se posó sobre mi, y se puso la pija en la conchita y empezó a saltar sobre mi, y me dice -te gusta mi amor!!- estuvo así un rato largo hasta que se vino preciosamente, gimiendo a todo volumen -ahhhhh que bueno que estuvo- yo le dije -Dale trolita ponete para un 69- ella sonrió y se acomodo sobre mi, y con su mano, empezó a pajearme dulcemente mientras que yo chupaba su conchita con ganas, y disfrutaba cada gota de su liquido que recorría mis labios y ella suspiraba allí y me dice -mmmmm que bien que me la chupas amorcito, ahhhh ahhh- ella se inclina un poco mas, y pasa su lengua dulcemente por la cabeza de mi pija y con sus manos toma mis huevitos y los masajea, que buen pete que me hizo, yo con mis manos acariciaba sus piernas y sus nalgas.

Seguimos así un rato largo y le digo -Amor levántate y ponete en cuatro ella, dejo de chupar mi pija y ella se puso en 4 y me dice -háceme lo que quieras- yo me acerque y pase mi lengua por sus nalgas, y le pase una de mis manos por su conchita mojadita, ella empieza a gemir fuertemente, y con una de sus manos me masajeaba la nuca, y me decía – ¡Ahhhh mas amor, chupame mas! Si mas- su colita se humedecía, mas y mas junto con su conchita, después de un rato me separe de ella y me quede un ratito mirándola y ella me dice –Dale amor, cogeme no aguanto mas, cogeme por donde quieras- yo escuche eso y me acerque a ella, y le di una nalgada fuerte y me dice –dale dame quiero dame- mientras se abría las nalgas, yo apoye la punta de mi pija en su conchita y le digo –para putita, tu culito es para el final- empuje y se la mande hasta el fondo, le entre a dar masa mal por la conchita, y sentía la fricción de mi pija y sus líquidos, no estuvimos 5 minutos cogiendo así y se vino terriblemente –ahhh amor me vine de nuevo ahhhh- y yo le entre a dar mas duro, y ella seguía gimiendo y gritando –dale putita, ¡grita!

Me encanta escucharte gritar, dale- mientras le daba sin piedad –ahhh mas me encanta, dame mas que me vengo de nuevo- se volvió a venir a mares, saque mi pija de su conchita, la levante y la pus enfrentada a mi, y la bese dulcemente ella mientras respondía a mi beso, me tomaba la pija y me pajeaba, yo después la de besarla la hice arrodillarse, y le pase la pija por su labios, ella abrió su boca y se puso a peterame hermosamente, me chupo toda la pija, hasta hacerme acabar, le llene la boca de leche, después de eso saco mi pija de su boca y me dijo –que rica pija, me encanta tu leche- siguió chupando un rato mas hasta que se puso dura de nuevo, y ella me dijo –Uy que durita, ¿me la vas a poner en la colita ahora?- yo la di vuelta y la acosté boca abajo sobre la cama, y me arrodillé al pie de la cama y le chupe la colita un poquito, para lubricarla, y se la metí hasta el fondo, le entre a dar con violencia por su colita, le daba a mil y ella gemía y gritaba –Ahhhh Ayyyyy mas mas dame mas duro mas duro, me encanta- ella se arrodillo y me dice –Agarrame las tetas, y culeame, ahhhh dame, dame, me encanta ahhhhhhhh- la tome fuerte de las tetas mientras le daba masa a mil, ella se vino dos o tres veces seguidas en un rato, y después de un rato largo, yo le acabe adentro de la colita –aaahhhhh que buena culeada me diste- se dio vuelta me beso y se fue a bañar.

VIERNES

Después de coger el jueves nos bañamos y despues acostamos a dormir.

Bueno me desperté primero y prepare el desayuno mientras lo hacía pensaba en lo que estaba por hacer, quizá dudaba un poco pero la idea del viaje era eso, era el premio para ella, porque me había dado tantas cosas, y tras consultar con gente, y una muy buena amiga que tengo y decidí que sería lo mejor le puse una notita con la idea….

Le lleve el Desayuno, esos pocos metros hacia el cuarto parecían eternos, tragaba saliva llegue y ella estaba despierta, le dije –amor te prepare el desayuno- ella me sonríe y se toma todo sin ver la notita, mientras yo tomaba el café con mucha cautela, la miraba y ella me dice –gracias amorcito, encima me escribiste una notita, que dulce que sos - cuando la lee me mira con una cara de entre enamorada y perversa, la notita decía esto textualmente “Porque me diste un montón de cosas y porque te amo tanto yo hoy voy a ser tu esclavo”.

Bueno ella se levanto me beso y me dijo – ¿Amor de verdad vas a ser mi esclavo?- ella me agarro de la remera y me llevo al living, ella sacó de su bolso las esposas que ella tenía y me dice –pensaba usarlas para mi pero, si vas a ser mi esclavo vamos a hacerlo bien je je je- su cara era malévola, me sentó en una silla, me puso las manos atrás de del respaldo y me puso las esposas, ella se fue y me dejo solo, yo transpiraba a full, y tragaba saliva como un condenado, yo se que me van a decir que soy cualquiera y que si tenía tanto cagaso pero la amo, por amor uno hace pelotudeces, pero bue, ella volvió vestida muy sexy, con un conjunto de ropa interior rosa hermoso, y me dice –bueno vamos a empezar- mientras me tomo del mentón, me beso dulcemente y paso su lengua por mi cara, ella me dice – ¿que querés hacerme?- yo le contesto con calentura acumulada, -¡de todo!- ella me dice riéndose –eso hoy no va, vamos a hacer lo que yo quiera, y voy a jugar mucho, mucho con vos- Imagínense el sogaca que yo tenía, ella me saca la pija del pantalón, y me dice -vamos a jugar a esto, te voy a petear y hasta que yo no te diga que acabes no podes acabar, si acabas te voy a castigar…

Yo trague un montón de saliva –dale esta bien, por lo menos lo voy a disfrutar- ella me dio una soberbia mamada, como me chupaba la pija, la chupo un rato larguísimo, que buena mamada me ensalivo la pija de una manera preciosa estuvo como una hora chupando, y me dijo – ¿estas por acabar amorcito?- yo le digo – todavía no putita- termine de decir eso y me la mordió (ayyyyya), ella se levanto y me dijo - ¿Cómo putita? Yo hoy soy tu ama, me tenes que decir señora- y le digo –si mi señora- ella se ríe perversamente y me dice -igual cumpliste, te doy un pequeño premio je je- ella se saca su tanga y me dice chupame la conchita como quieras, y me tomo con las dos manos la cabeza y me la aprisiono contra su conchita, yo pase mi lengua con ganas, como me gusta chupársela, pase mi lengua por su clítoris también, en un rato le saque una acabada hermosa, que bueno como me tome sus líquidos –ammm que buena chupadita me diste, ahora retomemos nuestro jueguito-

Ella se volvió a arrodillar y me empezó a mamar de nuevo, que buena mamada, pero yo no podía aguantar hacia fuerza y transpiraba como un condenado, y me dice –esta vez no aguantas, no?- mientras se reía y volvía a chupar ella estaba chupando mas rápido y mas rápido, y le solté un monto de leche en su boquita petera, ella se la tomo y me dijo –esta vez no aguantaste, ahora te voy a castigar- que miedo que tenía ahí .. Ella se volvió a meter en su bolso y saco un pack de 2 maquinitas de afeitar… y fue hasta mi bolso y sacó mi crema para afeitar y trajo un tijera –bueno te voy a castigar- ella me mojo el pubis y con la tijera y después con la maquinita, después de un rato, me dijo –termine te quedó divino je je je-
Cuando mire tenia un corazoncito hecho con el pelo sobrante (No se Burlen), ella se ríe y me saca las esposas me toma de la mano y me lleva al cuarto y me acuesta en la cama, y me dice espérame que ahora vuelvo, mientras esperaba disfrutaba de la cama ya que después de estar un rato largo sentado y esposado la espalda me dolía un montón, ella volvió con las esposas y un pote de dulce de leche.

Ella se ríe y me dice -ahora vamos a jugar un ratito- agarra el pote de dulce de leche con una cucharita y me lo tira en la pija y los huevos y sentía eso pegajoso y ella se agacho y me chupo la pija sacándome el dulce de leche con su lengua y su boca, y me dice –amor que rica que te queda la pija con dulce de leche mmm- después de un rato le llene de leche la boquita otra vez, ella separo su boca de mi pija y agarro la cucharita y la lleno con dulce de leche y se la comió, y movió la boca y se lo trago, y me dice -que rica tu lechita en mi boquita con dulce mmm- y ella me toma la mano y se acuesta ella y se tira gran parte del pote en el abdomen y la conchita, y me dice chupala, yo enterré mi cara en el dulce y me puse a chupar su conchita, que lindo era la mezcla del dulce con el sabor de su conchita, Como le chupaba la concha, ella gemía y me apretaba mas mi cabeza contra su conchita, y pasaba mi lengua por su clítoris y por todos seguí un rato larguísimo que rica concha, ella entre gemidos se viene en mi cara, y me dice –que bien que chupas…

Te estas portando bien mmm- ella se levanta se pone en cuatro en la cama y con la cucharita se echo bastante dulce de leche en toda la colita –listo chupala chupame todo el culito- yo estire las manos hasta sus tetas, mientras mi lengua gozaba de ese sabor entre dulce y amargo, de oírla gemir, y masajear y apretar sus tetas con fuerza, y ella me dice –siii me encanta dale me encanta, dale chupa mas, dale hijo de puta chupame el culo, ahhhhh- metía mi lengua mas adentro de su colita y ella me agarra de los pelos y me hundía mas la cara, ¡¡que rico por dios!! Después de un rato ella se levanta y me mira la pija me acuesta en la cama y me esposa al cabezal, ella se acerca y se acomoda mi pija en su conchita y empieza a saltar a un ritmo acelerado –ahhh si me encanta esto, ¿a vos te gusta?- yo lo gozaba terriblemente y le conteste –Si, me jode estar esposado, pero seguí- ella se vino dejándome la pija llena de sus líquidos.

-Ay que bueno me voy a dar un bañito que estoy toda encastrada, ahora vuelvo je je je- me dejo acostado con la pija re dura y tenía unas ganas de acabar terrible, volvió a los 2 minutos y me dijo -¿querés acabar?- ella meneaba su culo cerca de mi pija haciéndose desear, y cada tanto me lamia la cabeza, después de un rato ella se acerca y me dice –no se me ocurre nada mas je je je, ya me divertí mucho, te desato y vamos a bañarnos juntitos ¿Dale?- yo me reí y ella me desato, la tome del brazo y entramos al baño, al entrar la tome la apoye contra la pared y me la entre a coger a full por la colita –ahhh ahh mas mi amor así me gusta mas ahhh- como le estaba dando, ella gemía y gritaba, yo no podía aguantar mas tenía una calentura acumulada terrible y le llene la colita de leche, -ahhh amor me encanto- yo la tome de los brazos y la empuje contra la pared de la ducha y abrí la canilla tibia, la puse de frente a mi, y me agache y le entre a lamer la conchita un rato largo mientras nos caía el agua tibia sobre nuestros cuerpos pegajosos, ella se vino en mi boca y mi pija estaba re durita, y me levante dejándola en esa posición y le levante una pierna y le entre a dar masa a full –ah ah ah ah mas dame mas ah cogeme mas me encanta ah ah ah- seguimos así y acabamos juntos, nos miramos nos besamos y nos bañamos entre besos, caricias y abrazos.

SABADO


Bueno después de coger gran parte del viernes le hice de cenar y nos terminado acostando tarde. Eran casi las 2 de la mañana, nos besamos y nos hicimos mimitos en la cama, y entre caricia y caricia me dice –Amor gracias por todo, me encanto hoy fuiste re dulce- dicho esto nos empezamos a reír, yo le di un piquito re tierno y le dije –Todo lo hago por vos- la acaricie y agregué –Además siempre sos mi esclavita hermosa siempre me haces lo que te pido, un día tenía que hacerte las cosas que me pidas vos- ella se sentó en la cama dándome la espalda –entonces voy a ser mucho mas tu esclava- se dio vuelta corrió las sabanas, me bajó el boxer y saco mi pija y me entró a pajear hermosamente con sutiles movimientos de su muñeca, ella me dice – te gusta no?- estaba flotando sobre la cama, no le conteste, ella se ríe y la suelta, rodea la cama, y se arrodilla sobre el pie de la cama y me pajea mas fuerte, yo estaba en un coma sexual absoluto, ella me mira con una mirada seductora, lujuriosa y para que mentir, con una mirada ¡Bien de Puta! Que me encanta.

Pasó la punta de su nariz por toda mi pija subiendo y bajando, que hermoso como me calentó eso, después me empezó a dar besitos, la punta de mi pija se humedecía con cada roce de sus labios, ella después empezó jugar con su lengua en mi glande, y me miraba a los ojos, sus ojos me incendiaban por dentro y su boca lo hacía por fuera, no se en que momento pero cuando recupere el sentido de donde estaba ella mamaba mi pija con toda sus ganas, tomaba mis huevos con sus dos manos, y movía su cabeza de arriba hacía abajo, sentía cada tanto mi pija rozar la campanilla de ella, y ella aceleraba mas y mas el ritmo, sentía la pija embadurnada de saliva, su lengua aprisionándola dentro de su boca, guiándome en ese camino de placer como solo ella sabe hacerlo, una de sus manos se fue de mi huevos, y se perdió entre sus piernas, ahora su chupada eran acompañadas por gemidos que oía y sentía como aire caliente en mi pija, su ritmo iba avanzando y su otra mano ahora me tomaba firmemente el pene, mientras sus labios y su lengua lo aprisionaban en ese torbellino de lujuria, sus gemidos y su ritmo aumentaban mas y mas, yo estaba llegando al limite y ella también me daba cuenta sus gemidos eran fuertes, y sus exhalaciones dejaban un caudal calido de aire en todo mi ser además de que el rimo tanto de su mamada como su mano entre sus piernas aumentaba.

Yo ya no aguantaba iba a dejar salir mi leche en su boca como acostumbro, pero ella se detuvo y sentí un gemido largo y un caudal largo y fuerte de aire calido rodear mi pija, un segundo después deje salir toda mi leche, no recuerdo haber acabado así antes dos chorros largos de leche salieron de mi pija dentro de su boca, placenteros, mi pija se desplomo dentro de su boca mientras ella me miraba transpirada, quieta y la sentía respirar agitada. Ella lamió mi pija un rato y se acercó hasta a mi y me puso su mano en mi boca, el sabor de sus líquidos que embadurnaron su mano, y los probaba, y trate con mi mano llegar hasta su concha, ella me detuvo la mano y me dijo –durmamos ahora, así mañana te despertas mas temprano y me coges como quieras todo el día- me dio un besito y se tiro sobre mi, y se durmió apoyada en mi pecho, yo me termine durmiendo a los pocos minutos.

Los rayos de sol de la mañana me despertaron, y me encontré solo en la cama y de regalo la tanga que mi novia tenía la noche anterior la agarre terriblemente mojada, y me fui a buscarla, estaba armando un bolsito y me dice – ¿vamos a tomar unos mates en algún lugar de la isla? Es un día hermoso- yo le dije –dale- y pensé “ahora después de los mates vas a ver” y agregue sonriendo –deja que preparo algo y voy- yo entre al cuarto y tome mi Morral gris que es mi compañero de viaje lo llevo a todos lados y llevo de todo. Metí las esposas y un gel lubricante.

Salimos y llegamos a un lugar con linda sombra, tiramos una lona enorme y nos tomamos unos mates ricos cebados por ella, después de terminar los mates yo me posee sobre un árbol y ella se recostó sobre mi, y me dice –que hermoso día ¿no?- yo la abrace y le dije –si mi vida, y que hermoso pete me hiciste anoche- ella se ríe y yo con mis manos apreto sus tetas sobre su remera y no tenía corpiño, ella me dice -¡¿Qué haces?! Volvamos- yo metí mi mano por debajo de su remera y tome fuertemente unos de sus pechitos, y le dije –pero ayer me dijiste que ibas a ser una mejor esclava- y le lamí un mejilla, además te encanta y puse mi mano adentro de su pollera y me di cuenta que no llevaba tanga tampoco, -putita mía, querés guerra- roce despacito su vulvita y ya estaba húmeda –vamos a casa, me da cosa acá afuera- yo apretaba mas su pecho y le daba leves mordiscos en el cuello, y el rozar de mis dedos allí abajo me hacía sentir su humedad.

Ella me dice – ¿y me vas a coger acá?- me pregunto yo me reí y le digo –no, Te voy a re que te contra coger- y metí un dedo adentro de su conchita, ella gimió levemente y le digo –dale acostate en la lona boca arriba- ella se acuesta y me dice – ¿así, estoy bien?- yo me río y le digo -sácate la pollerita y levantá la piernas para atrás- ella hizo lo que le pedí y me acerque con mi morral, y ella me pregunta - ¿Qué traes ahí?- yo lo deje cerca y le conteste –nada unas cositas para que juguemos- yo me agache y le pase la lengua por su rosadita conchita, rebozante de liquido ella empezó a gemir levemente con cada lengüetazo, que rico, ella me dice –Me gusta amor, me encanta, más amor seguí- yo chupaba y con mis manos trataba de llegar hasta sus tetitas, ella con sus manos me masajeaba la nuca mientras mi lengua surcaba su conchita preciosamente, yo las tome las apretaba, las acariciaba, le pellizcaba los pezones, se los estiraba y ella gemía y gritaba –Ahhh mas amor ahhh que lindo ahhh me encanta- como me gusta chuparle toda la concha, le lamía el clítoris con ganas y apretaba mas fuerte sus pechos, mordí un poquito su clítoris haciéndola gritar un poquito y moverse para todos lados, después de un rato, dejo de chuparla me levante y saque mi pija, me puse sus piernas en mis hombros, pase mi glande en la entrada de su conchita mojadita, ella me mira y me dice –dale métela no aguanto mas- yo empuje y la metí entera, y entre a cogerla despacito, ella gemía y agarraba la lona con fuerza, y decía –ahh mas mas amorcito, me encanta, ahhh- yo empezaba a darle mas fuerte, ella gemía y me miraba me consumía con la mirada, yo gozaba cogermela así y le daba mas fuerte ella en poco tiempo se vino llenándome la pija de sus fluidos.

Saque mi pija de su concha, y me senté y le dije chupala putita, ella se arrodillo y se puso a chuparla despacito, yo le tomo las muñecas y sacó del morral las esposas y se las pongo atrás de la espalda, ella deja de chuparmela y me pregunta con vos de putita - ¿Qué me vas a hacer?- solo le dije – ponete en cuatro- ella me obedeció y apoyo su cabecita en el piso, ya que tenía las manos esposadas a la espalda, yo me acomode detrás de ella y le lamí un poquito la conchita y seguí lamiendo por sus nalgas, y llegue a su ano chiquito, estaba bastante cerradito pase mi lengua frenéticamente arrancandole gemidos preciosos que acompañaba con unos –ahhh que putita que soy, me encanta ahhh me gusta mucho amor no pares- le chupe el culito un rato y le dije –dale putita chupala de nuevo ella se volteo como pudo y se flexionó y chupó mi pija dulcemente, mientras me miraba, disfrute un rato largo su mamada, y después metí mi mano
En el morral y saque el lubricante me aplique en la mano derecha y se lo empecé a pasar por la colita despacito y con mi mano le apretaba la nuca contra mi pija, mientras pasaba el lubricante en su colita, y le metía el dedo un poquito mientras ella gemía con mi pija atorada en su boca.

Le pedí que dejara de chuparme la pija, ella sacó su boca y me miro y me dijo – ¿No me vas a acabar en la boquita?- yo le acaricio la cara, y le digo –no todavía no, te voy a culear como nunca antes- mientras me ponía lubricante en la pija - Nunca usamos eso, ¿Por qué lo usas ahora?- me pregunto extrañada – yo le conteste –porque te voy a re culear y no te quiero lastimar- ella me sonrío y volvió a apoyar su cabecita en el piso, y la penetre duramente por la cola –ahhh que dura que esta, ahhh- dijo con una voz medio adolorida, entre a bombearle a full con toda la lubricación ayudaba a que le diera así de fuerte, mis huevos pegaban en su conchita muy fuerte –ayy ahh amor me duele ahh pero me gusta mucho ahhh- me decía a los gritos.

Yo le daba maza con toda mi fuerza y le digo – ¡¡¡uhh putita, que buena colita que tenes, ¿te esta gustando? Dale decime!!!- mientras le di una nalgada bien fuerte ella gimió –Ahhh me encanta me duele mucho pero me encanta, dame mas mas dame mas mas, acábame adentro ahhhhh ahhhh me vengo me vengo ahhhh- se vino un montonazo yo deslizando mis manos hasta sus tetas yo estaba apunto de acabar y asomo mi cara hasta la suya y le digo al oído –trolita de verdad ¿queres mi lechita adentro tuyo?- ella entre gemidos y con la respiración muy agitada –siii ojala que me acabes como a noche que tenias mucha lechita- yo la ensartaba a full con toda como me la estaba culeando yo con mis manos la levante y quedo arrodillada y le tomaba las tetas fuertemente y seguía culeandola y me dice –Acábame que me estoy viniendo de nuevo ahhhh ahhh- yo aleje mi mano de una de sus tetas y la deslice entre sus piernas y metí dos dedos en su caliente y húmeda conchita, -aguanta un poquito que ya te acabo en la colita- ella se vino y dijo –ahhh ahhh ahhh me encanta ahhhhh- gimió ella llenándome la mano de sus fluidos, yo le di unos pocos embiste y le llene la colita de leche acabe un rato larguísimo, tenía un montonazo de lechita.

Ella se desplomo contra la lona y yo me quede se la saque y me senté y me quede viendo su colita re abierta, coloradita y saliéndole leche de su ano, ella ahí acostada sobre la lona, mi pija quedó re muerta, ella respiraba agitadísima todas sus piernas flujeadas de ella, y su colita repleta de mi leche, ella me dice –ahhh que calentita tu leche que lindo se siente- yo me acerque y le afloje las esposas, y le digo – ¿te gusto trolita?- ella respirando unos segundos me dice –sii me duele y me arde la colita pero me encanta- le digo –vení trolita, chupa que todavía no terminamos- ella se acercó entre un gateo y arrastre, agarro mi pija con sus dos manos y chupo mi glande con un amor terrible, que buena que es para petear, Pase mi mano entre sus piernas y me puse a masajearle el clítoris y a los pocos minutos le acabé en la boquita, ella pareció no importarle porque sentí como se tragó mi acabada y siguió chupando y pajeandome hasta que se me puso como una piedra, y le digo –para gatita mía, acostate boca arriba y abrí bien las piernas ella lo hizo obedientemente, y yo me agache bien y le entre a re chupar la conchita, como probé sus fluidos, después de un rato me levante y la penetre con toda y entre a darle a mil por la conchita, ella gemía un montonazo estuvimos así y cada tanto trataba de comerle la boca y atrapaba sus gemidos con mi boca, después rodamos por la lona y ella quedo arriba mío. Estuvimos así un rato largo hasta que acabamos al mismo tiempo casi, nos quedamos mirándonos un largo rato dandonos ligeros besitos, ella se corrió y se quedó acostada yo veo que la luz del sol baja era un atardecer espectacular, yo guarde las cosas en su respectivos lugares y me la levante en brazos a mi amada y la lleve a la casa donde la deje en el baño para que se duche.

Esa noche cenamos y nos acostamos temprano y el domingo nos dedicamos a dejar la casa en condiciones. Volvimos a Bs As pero ella debia volver a su casa. Igual al llegar a casa la llame para oir su voz otra vez….
ESPERO QUE LES GUSTE

lunes, 24 de mayo de 2010

Cumpleaños con regalo virgen

Era mi cumpleaños número 25 y no tenía nada previsto, solo salir ese sábado por la noche a festejar, medidamente, porque el domingo tenía que laburar desde muy temprano. Habíamos terminado de jugar un partido de rugby con mi mejor amigo, Carlos, fuimos a casa a bañarnos y arreglarnos para ir a la radio y hacer el programa que teníamos por esa época.
Antes de salir de casa, Carlos llamo a su novia para avisarle que estábamos en camino y que nos encontraríamos después del programa. Fue en ese momento que Natalia (la novia de Carlos) le dijo que nos esperaría en el kiosco que estaba a media cuadra de la radio.
La cuestión es que después del programa, fuimos a buscar a Natalia para irnos a casa a cenar y posteriormente salir.

Llegamos…, Nata estaba charlando con Jimena, la joven vendedora que estaba cumpliendo su turno. Saludos de rigor y los habituales “feliz cumpleaños” hacia mi persona. Estuvimos hablando un rato para ver que hacíamos y arreglamos que nos encontraríamos en casa para realizar una cena entre los cuatro (SI…, los cuatro).

Resulta que como yo estaba solo, sin pareja en ese momento, Nata había conseguido convencer a la petisa (Jimena), para que se nos uniera en el festejo, y de paso ver si pasaba algo entre los dos.
Aclaro que nadie más que mi amiga, conocía a Jimena.
Convenimos en irnos con Carlos a preparar la cena mientras las chicas esperaban que llegara el reemplazo en el kiosco para ir. En el camino, íbamos conjeturando mil y una cosas, de lo que podría llegar a ocurrir esa noche.
De una sola cosa estábamos seguros; y era que Carlos daba por hecho que tendría sexo en casa (obviamente con su novia). De mi parte, anhelaba poder hacer lo mismo, pero todo quedaba librado a la suerte y dependía solamente como venia la mano con esta chica que acababa de conocer, y de lo que Natalia podía hacer desde su rol de “celestina” mientras transcurrían los minutos hasta nuestro encuentro.

Eran las 10 de la noche cuando sonó el timbre, ya estaba casi todo listo. Era Natalia, sola, quien había llegado… Debo reconocer que todas mis expectativas se vinieron abajo al verla llegar sin compañía…
Le pregunte que había pasado, si Jimena se había arrepentido o si el esperado reemplazo no había llegado…
- Nooooo…, ya viene – me respondió- fue a cambiarse y a comprarte un regalito, no quería venir con las manos vacías….
- Quédate tranqui… ya esta todo arreglado… - continuó
- Como que esta todo arreglado? Que le dijiste? – le pregunté
- Nada… , le gustaste mucho y por eso viene… nada mas… solo eso
Nata no se digno a emitir mas palabras al respecto, derivando la conversación hacia que habiamos cocinado y de cómo nos habia ido tanto en el partido como en el programa.
No pasaron más de veinte minutos, que nuevamente sonó el timbre, era Jimena…
Ella era chiquita, no media más de 1,60. No puedo decir que era rubia, porque tenia dejos rojizos en su cabello corto, ojos verdes, tez muy blanca, salpicada de una gran cantidad de pecas, adornaba constantemente su cara, una enorme sonrisa, enmarcada en un par de finos labios.

La recibí con un beso en su mejilla y la acompañe al living, donde mis amigos esperaban. Pude comprobar que tenía un cuerpo acorde con su talla, buenas piernas y una prominente cola, que el jean que llevaba puesto marcaba y exponía de una manera muy particular. Sus pechos chiquitos pero turgentes, ofrecian un par de pezones que se notaban atravez de su suéter de hilo blanco.
Me había comprado una botella de vino como regalo. Le agradecí el obsequio, nuevamente con un beso. La note un poco incomoda, tensa…, debido a que no nos conocía, pero con mucho tacto (cosa de la que a veces carezco), logre que se fuera relajando un poco. Para cuando fuimos al comedor, ya su timidez había desaparecido.

Cenamos entre charlas y risas, frases con doble sentido y chistes de subido tono, como si fuéramos amigos de toda la vida.
Nos enteramos que tenía 18 años, que era de Capital Federal, que hacia varios años que estaba en la ciudad, por razones laborales de su madre. Vivian las dos solas, ya que su padre había fallecido. Terminando la secundaria. Sin novio desde hacia mucho tiempo. Y que hacia un par de meses que estaba trabajando en el kiosco.

Tuve que responder una batería de preguntas sobre mi y mi vida sentimental, cosa que suponía podía pasar (me imagino, que eran mas para corroborar lo que le había contado Nata que por curiosidad).
A la hora del café, rumbeamos para el living devuelta. Casi sin planearlo, nos sentamos juntos en unos de los sillones. Ya se había quebrado otra barrera, teníamos un leve roce en partes de nuestro cuerpo. Carlos al observar esta situación comenzó a decirnos y “cargarnos”, que nos veíamos muy bien como pareja. Natalia tampoco se quedo atrás y nos pedía insistentemente que nos besáramos. Sonó el teléfono, nos quedamos en silencio y atendí. Era Mariela, una piba a la que había estado tratando de “apretarme” unos días antes y que prometí volver a llamar (promesa que no había cumplido).

Quería verme, esa noche… Le dije que estaba ocupado, pero poco le importó, di un par de explicaciones todo delante de Jimena, que me miraba con desconcierto y corte.
Obviamente mi invitada me pregunto quien era y que había pasado, me “pinto” contarle con lujos de detalles lo ocurrido.
Para cuando nos dimos cuenta, estábamos solos en el living. Nos entretuvimos tanto con la charla, que ni siquiera nos dimos cuenta que Carlos y Nata, ya habían desfilado para el dormitorio. Hicimos silencio, tratando de escuchar algo, una pendejada realmente, pero nos mataba la curiosidad… Nada…por el momento!!!
Nos miramos y largamos la carcajada al unísono, era una total boludez lo que hacíamos.

Volvió a sonar el teléfono, nuevamente era Mariela, insistente con verme. Le dije que no podía porque estaba con alguien… Para que se lo dije???
Empezó a gritarme que era un hijo de p…, que la había usado y todas esas cosas que se dicen cuando el despecho aflora. Traté de calmarla con suerte nula. Jimena, ya se había parado a mi lado y escuchaba todo. Del otro lado no dejaban de putearme, ya no sabia que hacer, si le cortaba me iba a estar llamando a cada rato, no tendría paz.
La petisa agarro el teléfono y se puso hablar ella. Yo me fui al baño, la naturaleza me convocaba, cuando volví me paso el teléfono haciendo señas que ya estaba todo aclarado y que estaba mas tranquila. En efecto, así era todo se había calmado, me pidió disculpas por todo lo que me había dicho, me prometió volver a llamarme en otra ocasión y luego cortó. Quede perplejo, no entendía un carajo… La mire a Jimena buscando una explicación, y ella solo sonreía…

- que le dijiste para que se calmara – pregunté
- nada en especial… , solo que era tu prima de Buenos Aires y que estaba conociendo el sur , y otras boludeces que no vienen al caso- me respondió
Le di las gracias, y me acerque para darle un beso, correspondiendo al favor realizado.
Fue directa, ni siquiera dudo un momento… mientras me acercaba, me agarro la cara y apoyo fuertemente sus labios en los míos. Su lengua recorrió toda mi boca con ímpetu. Mordió suavemente mis labios cuando intento separarse y arremetió nuevamente, pero esta vez comenzando a desvestirme.
Me saco la remera y comenzó a besar mi pecho. Procedí a quitarle el suéter y pude comprobar que sus pezones estaban muy erectos; quite su corpiño, dejando a la vista un precioso par de pechos.
Sin dejar de mirarme, desabrocho mi pantalón y continúo besándome, cosa que respondí casi con frenesí.
Mas de uno se imaginara que para esta altura estaba muy excitada, mi pene pedía a gritos ser tenido en cuenta.
Me abalance sobre sus pechos, los lamía y besaba como si fuera la primera vez que lo hacia, mis manos jugaron un rato en ellos y luego buscaron su cola…
Logre después de un rato, que pareció una eternidad, desabrochar y comenzar a bajar su pantalón. Me arrodille, besando su vientre, para poder sacarle el jean y las botas que traía. Había comenzado a gemir con el juego de mi lengua en su piel. Me tiraba del cabello, estaba excitadísima…
Pase mi lengua por su entrepierna sin ni siquiera rozar su vulva, sentí su primer espasmo, al momento que su bombacha comenzaba a mojarse.
Consideré oportuno llevarla a la habitación, así que la alcé y con mi cara pegada en sus pechos me dirigí a ese lugar.

Muy despacio la fui depositando en la cama, prendió la luz del velador, se sentó al borde, bajo mi pantalón y calzoncillo de una sola vez y se quedo mirando.
Prácticamente mi pene quedo frente a su cara, no hizo ni atino hacer nada, no me llamo para nada la atención esta actitud, porque imagine que me dejaba a cargo la iniciativa.
La miré, sus mejillas estaban rosadas, delatando el grado de excitación, ya que su piel era extremadamente blanca. Por alguna razón, eso me excitaba, nunca había estado con alguien con esa piel.
La tome de los hombros y la acerque a mi, quería que sintiera el roce de mi calido miembro sobre su vientre. Demás esta decir, que no solo teníamos una diferencia de edad evidente, sino que también había una diferencia de estatura de mas de 20 cm.
Tuve que agacharme un poco para besarla nuevamente, cuando sentí el segundo espasmo de su parte.
Acaricie su cola y comencé a sacarle la bombacha, que para este punto estaba toda mojada con sus jugos.
No dejaba de estremecerse a cada roce de mis dedos. Creo que el solo hecho de quitarle el último vestigio de ropa que quedaba hizo que se mojara nuevamente.
No voy a negar que esto sí llamara mi atención, y hasta estuve a punto de preguntarle al respecto, pero lo tome como algo natural en ella. Esta situación hacia que yo también me excitara por demás. Totalmente desnudos, la abrace y bese profundamente. La alcé buscando mi comodidad y ella respondió atenazando mi cintura con sus piernas.

Estaba muy mojada, se resbalaba… Tuve que agarrar su dura cola para que dejara de deslizarse.
Lentamente nos depositamos en la cama y fue como si una furia interna reprimida lograra encontrar su vía de escape. Comenzó a gemir desesperadamente, se retorcía de placer a cada roce de nuestros cuerpos, clavo sus uñas en mi espalda suavemente, me besaba y mordía descontroladamente.
Por mi parte, me había entregado a su juego, no deje parte de su pequeño y blanco cuerpo sin morder, lamer o tocar…. Solo obvie su sexo húmedo, para el cual reservaba mi mayor atención…
Una nueva explosión de sus jugos llego cuando lamí por primera vez su vulva…
Si bien había cierto rechazo ante esta situación de su parte, no podía detener mi avance, cada vez mas intenso.
Mi lengua recorrió tiernamente todo su sexo, libando hasta la última gota de su calido y salobre jugo. Esto me provocaba mayor excitación y por consiguiente mis ganas de penetrar ese “agujerito” eran casi irrefrenables.

Intente deslizar un dedo, pero me lo impidió casi instantáneamente. Con una mueca de espanto en su rostro, se sentó en la cama, alejándose de mí.
- Que te paso, Jime… - pregunté
- No te enojes, pero tengo miedo…
- Porque? Que te pasó? Hice algo que no te gustó?
- No Marce, es todo muy hermoso, muy lindo, pero… -hizo un breve silencio.
- Soy virgen…
- Ehhhh…!!!! Como que sos virgen…??? – pregunte incrédulo.
- Te pedí que no te enojaras… Si, soy virgen y tengo ganas de tener relaciones con vos, pero tengo miedo que me duela mucho…

Realmente no estaba enojado, más bien perplejo, era lo último que esperaba que dijera en ese momento. Obvio que varias veces, solamente por condición de “macho”, había imaginado, soñado, ideado, fantaseado, etc., con una situación como esta. Pero reconozco, aun ahora, que en ese momento solo dos pensamientos cruzaron por mi mente. O dejaba todo ahí , inconcluso, permitiendo que Jimena fuera desflorada por alguien que realmente la quisiera o tuviera un sentimiento genuino por ella, o continuaba, llevado por la excitación, con este encuentro canal que no dejaba lugar a dudas que seria solo eso, un momento de sexo y nada mas…??
Todo un dilema…
Talvez los rastros de excitación y temor en su rostro, provocaron que me sincerara con ella y le dijera lo que me pasaba.
- Gracias por decírmelo, otro me hubiera mandado a cagar – me dijo
- Yo no soy “otro”… soy así, no me callo y es por eso que ahora no sé que mas decir o que hacer – le contesté.
Imagino que fue mi confesión, la que allanó el camino, porque me miro por un rato y se acercó, abrazándome y besándome como si nada hubiera ocurrido.
- Quiero que seas el primero – me susurro al oído.
- No importa lo que pase después, te quiero adentro mío, ahora… – continuo.
La mire y comencé a besarle y lamer sus pechos. Mis manos recorrían su cuerpo con suavidad… pellizqué tiernamente sus pezones mientras mi lengua jugaba en su ombligo.
La respuesta era provocativa, excitante… jadeaba profundamente, eso me calentaba…
Llegue a su clítoris, estaba muy duro, con cada roce de mi lengua o labios, venia un espasmo… se sucedían uno tras otro…
Mi dedo anular ingreso muy lentamente en su vulva, con mucho cuidado de no provocar dolor… Era todo muy instintivo; si bien quería poseerla, también quería que fuera de la forma mas maravillosa… por lo menos, intentaba ser un lindo recuerdo en el futuro.
Debo haber estado estimulándola casi veinte minutos, tratando que disfrutara al máximo, cosa que logre con facilidad…
- Chupame la pija – le ordene
Agarro mi pene, y comenzó a lamerlo, buscando con sus ojos mi aprobación. Era obvio que mucha practica no tenia al respecto. Poco me importo cuando con sus dientes me hizo doler. Había un poco de tosquedad en sus movimientos, pero para esa altura, yo le “perdonaba” cualquier cosa. La libido hizo de las suyas y a pesar de todo tuve que pedirle que se detuviera un instante porque estaba a punto de eyacular.
Para reacomodarme y “enfriarme” un poco, la di vuelta y sin dejar de jugar con mis dedos en su clítoris y vulva, empecé a lamer su dura y blanca cola…
Su vagina estaba muy mojada, mis dedos se deslizaban con mucha facilidad.
Contraía sus glúteos impidiendo que pudiera lamer su ano. Deje que sola se fuera aflojando hasta que se ofreció por completo… chupe ese agujero deseado, lo lubrique para que mi dedo que había abandonado su vulva comenzara su labor…
El dedo fue entrando casi de a milímetro, pero no hubo ninguna queja de parte de Jime,
al rato ya eran dos los dedos, mientras mi boca recorría espalda, cuello, orejas… Bahhh, TODO…!!!
La recosté en medio de la cama, y no tuve pedirle nada más. Abrió sus piernas y me ofrendo su tesoro nunca antes violado.

Comencé a penetrarla muy despacio, mis movimientos eran muy suaves al principio, luego fueron incrementándose en intensidad, para este punto el “hecho estaba consumado”, y las sabanas eran el reflejo de lo sucedido. Una gran mancha rosada coronaba el centro de la cama, mezcla de su sangre y sus jugos que no dejaban de brotar.
No quise hacérselo saber, solo me tumbe a un costado y la acomode sobre mi, quería que ella con su inocencia perdida y su falta de practica, se tragara todo mi miembro y me llevara al clímax. Y así lo hizo. Me “cabalgo” de la manera que ella quiso, torpemente quizás, pero también de una manera deliciosa, y disfruto cuando una explosión de semen inundo sus pechos.
No dijo nada, se levanto y fue al baño a limpiarse. Yo mientras tanto, observaba cada uno de sus movimientos tendido en la cama con mi pene ya fláccido.
Regreso y comenzó a limpiarme el miembro, casi con devoción, para luego empezar a acariciarlo casi jugando con el.
Estaba absorto mirándola… ninguno de los dos emitió palabra alguna, solo eran cruces de miradas…
Al rato, como era de esperar e imaginar estábamos haciéndolo de nuevo. Yo un poco más distendido y calmo, ella con la misma intensidad del principio.
Había en Jimena tal disfrute del placer recién encontrado que, me pidió que la penetrara analmente, cosa que sin reparo alguno realice, acabando nuevamente en su cola.
Por la mañana, después de un breve pero reparador sueño, volvimos a la carga siendo interrumpidos por Carlos… Tenia que ir a trabajar…
Apuramos el trámite y fue tan maravilloso como el resto de la noche.
Nos vestimos y la acompañe a su casa.
Pueden creer que desde ese día no la vi nunca mas…!!!
Así es, nunca mas pude encontrarla… fui al kiosco y ya no laburaba… pase por la casa y toque la puerta como quien se confunde de casa y nada… nadie salio…
Al tiempo Natalia me contó que se había enterado que la madre de Jimena se había enojado mucho por el horario de llegada ese día, le había pegado muy duro y la había enviado con una pariente a Buenos Aires…
Todo quedo en una linda historia y un bello recuerdo de cumpleaños.

De campamento

El fin de semana pasado nos fuimos a un camping en las afueras de nuestra ciudad con mi marido, fueron unos días tranquilos donde hubo poca concurrencia, la mayoría gente joven. El día que llegamos nos hicimos amigos de dos pendejos re lindos que fueron a pasar el fin de semana al igual que nosotros, ellos habían armado su carpa junto a la nuestra, sus nombres eran Cristian y Diego.

Los dos tenía muy lindos cuerpos debido a su juventud, pero se notaba que ambos estaban haciendo sus primeras armas en esto del sexo, y yo disfrutaba haciéndolos calentar. Me agachaba seguido mostrándoles la cola y cuando podía los rozaba con mis pechos y mi cola de manera casual, por ejemplo cuando fuimos a lavar los platos de la cena con Diego o cuando fuimos a buscar unas cervezas con Cristian, los tenía a ambos caminando por la palma de mi mano.

Por supuesto que ya lo habíamos hablado con Juanchi, el me había dado vía libre para que intentara hacer algo caliente con los chicos y como buena esposa sumisa siempre le hago caso a mi marido. Después de charlar y conocernos durante todo el día, por la noche nos quedamos jugando hasta tarde a las cartas y tomando algo de alcohol, por lo cual los cuatro nos desinhibimos bastante, el desgraciado de Juan sabe que cuando me pongo alegre hago cualquier cosa.

Comenzó a hacerme bromas de tipo sexual delante de los chicos, me dijo un montón de guarradas pero lo que mas impactó en los chicos fue cuando me dijo que no siguiera tomando porque si no esa noche iba a necesitar ayuda conmigo en la carpa. Al escuchar esto los dos inmediatamente se prendieron en las bromas y le decían a mi marido que si necesitaba ayuda ellos estaban dispuestos a sacrificarse por nosotros, a lo que les respondí siempre siguiendo con las bromas: -con todo lo hablamos se van a tener que sacrificar bastante los tres, porque yo estoy re caliente chicos- lo que provocó las risotadas de todos.

Pasó el tiempo y se hicieron casi las tres de la madrugada, ya nos íbamos a dormir pero quise darme una ducha, porque estaba toda transpirada debido al gran calor que hizo durante el día. Le dije a los tres con una sonrisa muy picarona si alguien me quería acompañar porque tenía miedo de ir solita (esto lo dije en serio porque el lugar estaba muy oscuro y los vestuarios quedaban a varios metros de donde habíamos instalado las carpas).

Juanchi rápido de reflejos me dijo: -que te acompañe uno de los chicos mientras yo acomodo todas nuestras cosas amor-, entonces Cristian se ofreció a acompañarme con la excusa de que el también quería ir al baño. Cuando nos íbamos abracé al chico tomándolo de la cintura rozando mis pechos en su cuerpo y siguiendo con los chistes de tónica sexual le dije a marido que si me demoraba no se preocupara porque estaba muy bien cuidada, los tres se rieron de mi ocurrencia mientras caminábamos hacia el vestuario.

Cuando llegamos, el vestuario estaba en total oscuridad, le dije que ni loca me quedaba sola, si por favor podía esperarme mientras me bañaba, Cristian no tuvo ningún problema, como a esa hora no había ningún tipo de movimiento entró conmigo y se sentó en unos de los bancos a esperarme. Sin darme cuenta había abierto una puertita para que sucediera lo que finalmente sucedió esa noche. La verdad es que yo quería que pase algo, entonces se me prendió la lamparita y ayudada por como se había dado las cosas, decidí calentar un poco el ambiente.

Colgué la toalla en el perchero, entre en la ducha y corrí la cortina pero no totalmente, asegurándome de dejarle un espacio a Cris para que pueda mirar mientras yo me bañaba, me saque la ropa y comencé primero a lavarme la cabeza, para luego dar paso a enjabonarme el cuerpo, por supuesto que me demoré mas de la cuenta enjabonando la zona de mis pechos y mi entrepierna, tratando de hacerlo de una manera muy sensual, casi como si me estuviera masturbando.

De reojo veía que Cristian no sacaba su vista de encima mío, pero lamentablemente no intentaba nada, por ese complejo tonto que tenemos las mujeres, me preocupé pensando que yo no le gustaba, entonces después de tomar coraje, abrí la cortina y le pregunté muy tiernamente, como solo una mujer sabe hacerlo, si no tenía ganitas de enjabonarme la espalda. En ese instante entendí lo que pasaba porque me miró con cara de pánico y me dijo: -Estás loca ¿y si viene tu marido?-. Sonriendo muy naturalmente le dije: -no tengas miedo, no pasa nada, mi marido me da permiso para que me porte mal-

No lo noté muy convencido, entonces salí de la ducha lo agarré del brazo y lo arrastré conmigo poniéndole el jabón en sus manos, muy suavemente comenzó a acariciarme la espalda, llegando tímidamente hasta el fin de la misma y el comienzo de la cola, pero no paraba de mirar la puerta por miedo de que entrara mi marido. Para intentar que se le pase el pánico, dándole la espalda tomé sus manos y las puse sobre mis pechos, ahora si sentí como sus caricias subían de tono y me apretaba las tetas, luego bajó una de sus manos a la zona de mi entrepierna y comenzó a acariciarme la conchita.

Le bajé la malla de baño liberando su verga y le arrimé la cola, en ese momento sentí como su verga comenzaba a despertarse y me sorprendí gratamente al notar el tamaño que alcanzaba. Al sentir todo su apoyo y sus caricias en mi clítoris y mis pezones no aguanté más y acabé en un orgasmo maravilloso. Después Cristian intentó penetrarme, pero como no habíamos llevado protección le dije que se aguantara un poco, es feo dejar a un hombre en ese estado así que comencé a besarlo muy apasionadamente, y mutuamente comenzamos a pajearnos, el introdujo dos dedos dentro de mi cuevita, y yo lo masturbé hasta que terminamos los dos al mismo tiempo, yo tuve otro orgasmo maravilloso y Cristian largo tanta leche que no lo podía creer.

Después el se cambió rápidamente y yo me tuve que lavar todo el semen que había derramado sobre mi cuerpo, el pendex tenía un miedo bárbaro, me dijo que nos apuráramos porque nos habíamos demorado mucho y sospechaba que mi marido podía aparecer en cualquier momento, entonces lo miré y le dije: -No tengas miedo. Para que veas que no te miento los invito a vos y a Diego a jugar en nuestra carpita del amor-. Cristian me miraba como no entendiendo nada.

Cuando volvimos a la zona donde estaban Diego y mi marido, vimos que seguían jugando a las cartas y tomando cerveza, Cristian estaba pálido y no emitía sonido alguno, ni siquiera quería mirar a Juan a la cara, pero el corazón le volvió al cuerpo cuando vio que me senté sobre la falda de mi marido, lo besé muy tiernamente y le dije si no tenía ganas de jugar al juego de los guerreros y las doncellas con los chicos, a lo que el me respondió: -Muy buena idea mi amor, porque no es justo que se diviertan solo vos y Cristian, Diego y yo también queremos algo de diversión-.

En ese momento a Cris le volvió el color al cuerpo mientras le explicaba a su amigo de que se trataba todo. Los cuatro entramos a la carpa y desplegamos el tablero del juego, que consiste en que los guerreros, (en este caso Cristian y Diego, porque Juanchi no pudo con su morbo y solo quiso mirar como jugaba la puta de su mujercita) tiren los dados y se adueñen de casillas que están marcadas en el tablero. Hicimos un poquito de trampa y tratamos de que no queden casillas sin ocupar, luego las doncellas (en este caso yo, pero mientras mas chicas haya el juego se pone más divertido por razones obvias) también tiran los dados y tienen que cumplir la penitencia que esta marcada en la casilla, con el guerrero dueño de dicha casilla. La doncella puede optar por cumplir o no la penitencia, pero en caso de no hacerlo, obligatoriamente tiene que volver a la casilla de inicio, el juego empieza light y luego se torna cada vez más caliente.

Comencé mi recorrido cayendo en una casilla que le pertenecía a Diego la cual decía: -Para poder seguir su camino la Doncella tiene que besar en los labios al Guerrero- entonces me acerqué gateando muy despacio, de forma muy sensual, apoyé mis labios sobre los de Diego y los dejé allí por unos segundos. La segunda vez que tiré el dado, caí en una casilla de Cristian, la cual decía: -para poder seguir su camino, la doncella tiene que acariciarle el pene al guerrero-, sin ponerme colorada apoyé mi mano sobre la verga del guerrero por encima del short y noté como la misma hacía honor a su juventud y despertaba nuevamente.

Así sucesivamente fui tirando el dado y cumpliendo mis “horribles penitencias” hasta que se fueron poniendo cada vez más calientes: por ejemplo tuve que poner mi mano dentro del pantalón de Diego y acariciar su pene, luego el me tuvo que lamer los pezones, Cristian me tuvo que acariciar la conchita, y al turno siguiente me tenía que sentar sobre el pene de Diego durante unos segundos, después le tuve que dar un besito en la punta de la verga, Cristian me tuvo que sacar la ropa interior y refregarme el pene por la cola, después a mi me tocó lamerle los testículos. Hay una casilla cuya penitencia es ir a otro cuarto con el guerrero y permitir que el te haga lo que quiera durante un minuto, me tocó esa casilla con Diego pero nosotros como solo teníamos la carpa tuvimos que salir, fuimos hasta un lugar cerquita pero bien oscuro, cuando llegamos al lugar el chico comenzó a meterme manos por todos lados como desesperado para luego empujar mi cabeza hacia abajo y obligarme a practicarle sexo oral.

Excitada por el jueguito no me resistí y me metí su verga en la boca, se la chupé como poseída, no se la medí pero a simple vista la tenía más grande que Cristian, tengo que confesar que nos pasamos del minuto, pero cuando me dí cuenta que estaba por terminar, me levanté y me fui como una histérica calienta pijas nuevamente dentro de la carpa, Diego me dijo casi rogando que no lo dejara así y yo sonriendo le respondí que si quería más íbamos a tener que terminar el juego.

Luego ya dentro de la carpa me tocó chuparle la verga al otro guerrero durante 1 minuto, entonces le agarré el pene y se lo succioné con mis labios, luego el guerrero Diego me tenía que lamer el clítoris y casi acabo cuando sentí su lengua recorriéndome la conchita. Luego tuve que acariciarme mutuamente los genitales con Cristian mientras nos besábamos. Obviamente que a esa altura estaba totalmente caliente y entregada cumpliendo mis penitencias, las cuales realicé una a una mirando con mucho morbo hacia la cara de mi cornudo marido, que no se perdía detalle de ninguna de las prendas mientras se franeleaba el pene muy suavemente.

Generalmente este juego nunca llega hasta el final porque en un determinado momento todo se desmadra y ya no se puede seguir jugando por razones obvias, eso nos sucedió a nosotros cuando caí en la casilla donde Diego tenía que introducir el pene en la vagina de la doncella durante 30 segundos. En ese momento grité en tono de broma: -Por fin se pone interesante este juego, ahora te voy a recompensar por lo que pasó afuera-.

La verdad que la estábamos pasando súper bien lamiendo y toqueteando nuestros cuerpos, pero yo necesitaba terriblemente sentir una verga bien adentro de mi concha, entonces rápidamente le di a Diego un preservativo que enseguida se colocó, me puse en cuatro patas ofreciéndole mi conchita que estaba totalmente abierta de la calentura y Diego sin hacerse rogar me ensartó la verga hasta el fondo. Sentí como me tomó de mis caderas y comenzó a moverme, sintiendo de esta forma como su verga entraba y salía de mi conchita muy profundamente.

En ese momento le hice señas a Cristian para que se acercara, cuando se puso cerca mío tome su pene y lo metí dentro de mi boca, primero comencé a lamérselo y luego a chupárselo. Habíamos instalado la carpa en un lugar no muy concurrido pero de todas maneras si alguien pasaba por ahí cerca podía ver desde afuera nuestras sombras y darse cuenta de lo que estaba sucediendo dentro de la carpa, pero la verdad es que con la calentura que tenía no me importaba en lo más mínimo.

Después de unos minutos Diego se recostó en el suelo y me monté encima de el ensartándome nuevamente su verga, lo miré a Cristian y le dije totalmente desinhibida y excitada: -haceme la colita que al cornudo de mi marido le encanta ver como me culean-, el chico se puso detrás mío y después de trabajarlo un poco, me ensartó la verga en mi culito, por supuesto que también se había puesto un preservativo, de esta forma comenzaron a practicarme una doble penetración fantástica y gracias a eso tuve infinidad de orgasmos. Le estaba brindando una noche fenomenal a estos pendejos, que creo sin temor a equivocarme que no la iban a olvidar fácilmente.

Después de unos minutos los chicos no aguantaron más y terminaron dentro mío, los tres quedamos exhaustos tirados en el piso, me encantaba sentir sus hermosos cuerpos juveniles sudados pegados junto al mio, después me acerqué a Juan y lo besé de una manera muy sensual, los dos nos miraban como no sabiendo que hacer, se cambiaron rápidamente como asustados mientras yo me divertía viéndolos apurados, luego se despidieron y se fueron a su carpa, quedamos en encontrarnos al día siguiente para almorzar, en ese momento me abalancé sobre la verga de Robert y en agradecimiento se la chupé hasta tragarme toda su lechita, sin derramar una sola gota, como se que a el le encanta.

El mejor regalo de cumpleaños

El recuerdo del cumpleaños del cual les voy a contar es imborrable para mi, fue uno de esos momentos que quedaron grabados para siempre en mi baúl de los recuerdos, todo se lo debo a mi marido por supuesto, el muy desgraciado sin que yo me enterara de nada me había preparado una fiestita sorpresa. Solo me había dicho que iba a llegar de su trabajo después de medianoche porque tenía que terminar de preparar todo y que lo esperara calentita porque me tenía preparado un regalo especial. Por supuesto que le hice caso, me bañé, me cambie acorde a la ocasión, y lo esperé ansiosamente que llegara, por lo que las horas se me hicieron interminables. La verdad es que yo tenía muchas ganitas de festejar, pero sinceramente nunca me hubiera imaginado lo que sucedería después.

Cuando Juan llegó me abrazó y me besó como si hiciera años que no nos viéramos, sin dejarme emitir sonido alguno, me arrastró hasta nuestro dormitorio –estas lista para tu sorpresa- me dijo –si mi amor- le respondí con una sonrisita pícara como si fuese una quinceañera ansiosa, entonces salió de la habitación y después de unos pocos minutos entró nuevamente en nuestro dormitorio, traía un antifaz rosa y unas esposas con una tela muy suave de esas que parecen un peluche haciendo juego, los cuales había comprado en un sex-shop sin decirme nada por supuesto, nuevamente me besó mientras me sacaba toda la ropita hasta dejarme completamente desnuda, luego me llevó hasta la cama y me ató con las esposas al respaldar de la cama.

En ese momento confieso que me sentía ansiosa y temerosa al no saber lo que mi marido se traía entre manos, pero la situación realmente me excitaba, -¿que me vas a hacer, papi?- -¿Vas a abusar de mi?- le pregunté mientras me tapaba los ojos con el antifaz, -no tengas miedo, vas a disfrutar como nunca disfrutaste en tu vida mi amor- me respondió, luego se hizo un agudo silencio y después de unos segundos interminables, sentí las manos de mi marido recorriendo todo mi cuerpo. Pero me llevé una gran sorpresa cuando me di cuenta que en realidad eran más de dos las manos que me estaban acariciando muy suavemente, sin dejar ningún sector de mi anatomía por descubrir.

Sus caricias se hacían más insistentes en lugares específicos de mi cuerpo, les confieso que es increíble la sensación de estar maniatada a merced de dos machos que estaban abusando de mi, me encantaba sentir como masajeaban mis pechos apretando mis pezones y acariciaban la zona de mi entrepierna. En un momento dado sentí sus cuerpos pegados al mío, y tuve ahora si la mayor sorpresa de la noche al darme cuenta que ninguno de los dos tipos que me estaban manoseando era mi marido, tuve una extraña sensación de temor y de excitación al mismo tiempo, en ese momento sentí desesperación por no poder sacarme el antifaz al estar atada al respaldar para poder ver lo que realmente estaba ocurriendo y ver a los tipos estos que me estaban manoseando.

No pude soportar más el no saber quienes estaban ultrajando mi cuerpo, y le pedí por favor a Juanchi que me sacara el antifaz, lo que hizo uno de los chicos después de la aprobación de mi marido, a medida que mis ojos se iban aclimatando nuevamente a luz del lugar, observé dos cuerpos impresionantes, muy bien formados y ataviados en ropa muy ajustada, no podía creerlo, finalmente Juan estaba cumpliendo una de mis fantasías, porque alguna vez, en un momento de calentura extrema, yo le había dicho que si quería regalarme algo extravagante me gustaría el show de un stripper para mi solita.

La verdad que estaba alucinada porque me había contratado no solo uno, sino dos strippers, los cuales me hicieron la mejor fiestita de cumpleaños de mi vida. Los chicos eran bien musculosos, de cara no eran unos adonis, pero tenían unos cuerpazos, bien formados y marcados, seguro después de muchas horas de gimnasio. Después de haber sobrellevado el shock de la sorpresa, busqué a mi marido con la mirada para agradecerle, cosa que hice al encontrarlo sentado en uno de los sillones de la habitación, sosteniendo una botella de champagne con sus manos.

Muy lejos de enojarme o hacerme la recatada, me alegre y me excité inmensamente como hacía tiempo no me pasaba, Juanchi me ayudó a levantar un poco mi cabeza con unas almohadas, mientras los chicos sin perder tiempo pusieron música y comenzaron a bailar de manera muy sexy y caliente, luego empezaron a sacarse la ropa, primero una musculosa bien ajustada y luego de un tirón se sacaron esos pantalones especiales que usan para estos shows de striptease, quedándose los dos solamente con una diminuta tanga tipo cola-less, las cuales dejaban ver unos bultos impresionantes y unos glúteos perfectos. No se puede explicar con palabras lo excitante que era estar completamente desnuda y atada a la cama, mientras dos machos impresionantes se sacaban la ropita para mí, y mucho más sumado al morbo de tener a mi marido allí, en la misma habitación, observando absolutamente todo.

Juan que se había recostado en la cama junto a mi, comenzó a acariciarme muy lentamente la conchita, masajeando mi clítoris, mientras me masturbaba lamía uno de mis pezones. En ese momento los strippers de un tirón se sacaron las tangas dejando al descubierto unas vergas de dimensiones descomunales, eran de esos penes que solo se ven en las películas porno, en ese momento entendí porque se dedicaban a esto a pesar de que no eran muy agraciados en sus rostros, con semejantes herramientas de trabajo era lógico que se dedicaran a esta profesión.

Mientras bailaban los chicos fueron acercándose cada vez más, de manera que tenía una vista preferencial de sus penes. La verdad es que no podía alejar mi vista de sus entrepiernas, tenía unas ganas terribles de agarrar esos penes gigantes y jugar con ellos, mi marido que seguramente se había dado cuenta que se me hacía agua la boca mirando a los chicos, me dijo: -¿Te gusta tu regalo?- -Y a vos que te parece mi amor, sentí lo mojadita que estoy- le respondí -¿Solo tenés ganitas ver o te gustaría participar del show?- me preguntó de una manera tan natural que no sabía que responderle, me quedé callada y lo miré con mis ojos bien abiertos, como diciéndole estás loco, entonces el insistió diciéndome –No me vas a decir que no te gustaría tocarlos un poco- a esa altura con una excitación terrible acepté diciéndole: -estás totalmente loco, pero me encanta-.

Mi marido antes de que me arrepintiera les hizo señas a los chicos para que se acercaran a mi lado, instantáneamente los chicos se abalanzaron contra mi cuerpo y comenzaron a besarme y acariciarme por todos lados turnándose entre los dos, sentirme besada y manoseada por dos desconocidos con el permiso de mi marido, me hizo sentir una putita. Juan que no dejaba de mirar el espectáculo, se levantó y descorchó la botella de champagne, se acercó a nosotros y la derramó sobre mi cuello y mis pechos, el líquido fue haciendo un caminito burbujeante por mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna. Poco me importó que el champagne estuviera terriblemente frío, sobre todo cuando comenzaron a lamérmelo de mi cuello (que es la zona más erógena de mi cuerpo) y de mis tetas, cada uno se adueño de uno de mis pezones haciéndolos explotar de placer. Luego de a uno por vez se tomaron el champagne de mi conchita, no se si fue por la forma en que estaban lamiendo mi cuerpo o por la excitación de estar atada y entregada a la voluntad de estos dos animales, pero acabé de una manera fantástica teniendo varios orgasmos uno atrás del otro.

Después los chicos se tiraron el champagne que quedaba sobre sus vergas y las acercaron a mi boca, esta vez fue a mi la que me tocó saciar mi sed tomando de sus cuerpos que estaban depilados por completo, con mucha lujuria comencé a chupárselas como posesionada, me las metía en la boca como podía y las saboreaba desde los huevos hasta la punta de sus glandes, el sabor de las pijas mezcladas con champagne era realmente exquisito, me costaba muchísimo cubrirlas con mis labios por el grosor que tenían las dos, al seguir con mis manos atadas, los chicos movían sus caderas de manera que introducían y sacaban ellos mismos sus impresionantes garrotes de mi boca. Sentir los dos penes apoyados sobre mi cara y mis labios me hizo poner como loca, intenté meterme las dos pijas dentro de mi boca, pero era imposible de lo gruesas que eran, mientras las devoraba, observaba todo el tiempo a Juanchi que disfrutaba viendo a su esposa convertida en una verdadera puta. Gracias a mis besos y lamidas, sus pijas habían crecido de una manera impresionante. No podía creer lo grande que la tenían, sentirme muy puta y dominada por dos desconocidos me encantaba.

Le pedí a mi esposo que por favor me desatara, primero porque ya tenía los brazos acalambrados de hacer tanta fuerza debido al placer que me estaban brindando estos animales y después porque estaba desesperada por tocar esos cuerpos perfectos. Por suerte Juan accedió y le dio la llave de las esposas a uno de los strippers, este me desató e hizo que me levantara y me ubicara enfrente de el, me besó metiéndome la lengua hasta la garganta, yo le agarré la verga y comencé a frotármela suavemente por la concha, jugaba con mi labios vaginales y sentía como el clítoris me explotaba de placer, el otro se puso detrás de mí y sentía como me incrustaba su enorme verga entre los cachetes de mi cola, mientras me acariciaba las tetas, sentirme apretadita entre dos machos impresionantes hizo que perdiera la poca compostura que me quedaba, sus penes estaban súper calientes y listos para deshonrarme delante de mi marido.

Mientras los strippers me brindaban su gran apoyo, Juanchi se acercó a mí, me agarró la cara y besándome me dijo en forma de susurro: -Me encanta que seas mi puta mi amor, quiero verte disfrutar de esas vergas-, rápidamente buscó unos preservativos que les alcanzó a los strippers y me dijo –Quiero verte como una perra, ponete en cuatro patas sobre la cama- yo muy obediente, me acomodé como me pidió el carnudo de mi marido, quien me untó una gran cantidad de gel lubricante en mi conchita, abrí bien mis piernas y sentí como uno de los chicos apoyó la punta de su gruesa verga en la entrada de mi vagina.

Muy lentamente fue abriendo y ensanchando mi conchita, primero introdujo su cabeza y luego parte del tronco, sentía como centímetro a centímetro la iba incrustando hasta el fondo de mi ser, cuando logró que mi cavidad vaginal se dilatara y se adaptara al grosor de su pene, comenzó a bombearme más enérgicamente, me serruchaba como un animal en celo. El otro chico se sentó delante mio en la cama, bajó mi cabeza y me obligó a meterme su verga en la boca, se la chupaba como podía entre orgasmo y orgasmo, luego entre ellos intercambiaron posiciones, se turnaban para cogerme un rato cada uno, yo no dejaba de mirar a Roberto que se pajeaba observando como esas pijas me hacían gritar y delirar de placer, me excita mucho mirar con cara de puta a mi marido cuando me estan cogiendo.

En un determinado momento el que me estaba bombeando se acostó boca arriba debajo mío, y prácticamente me obligó a montarme sobre su pene, que rápidamente se introdujo nuevamente dentro mío, a pesar de que ya me había comido algunas vergas gigantes, no perdía la capacidad de asombro al observar como mi concha se devoraba ese palo casi por completo, comencé a cabalgarlo frenéticamente mientras el succionaba mis pezones con sus labios, luego rodeo mi cuerpo con sus brazos y lo apretó contra el suyo, dejándome totalmente inmovilizada, entonces me relajé y dejé que me bombeara sintiendo de esta forma como su verga llegaba hasta lo más profundo de mi ser.

En ese momento el otro stripper que se estaba masturbando delante mio, aprovechó mi total estado de inmovilidad y sumisión, se puso detrás de mí, y ayudado por el gel lubricante comenzó a jugar con sus dedos en mi ano, primero me asusté y me puse a la defensiva, pero después sucumbí ante sus caricias y al sentir como mi ano disfrutaba y se dilataba por completo me relajé y dejé trabajar al streeper, quién apoyó la cabeza de su verga en mi puertita trasera y la metió suavemente hasta que mi esfínter que explotaba de placer se adaptó al grosor de su pene, la verdad es que al principio mientras me abría el culo dolió bastante, pero por suerte mi ano se relajó rápidamente y el dolor inicial se fue tornando en un placer indescriptible, solo las mujeres que lo han probado pueden saber a que me estoy refiriendo, fue increíble, una verga gigante me estaba abriendo la concha, mientras otra igual de grande me hacía la colita, era mi primera doble penetración en la cual ninguno de los que me estaban cogiendo era mi marido, a pesar de que el estaba ahí muy cerca mio.

Al chico que estaba abajo le costaba moverse por la incomodidad de la posición, pero los dos no paraban de jugar con mis orificios genitales, sacaban y metían sus vergas como podían dentro de mi cuerpo, a veces se salían de mis orificios pero rápidamente me los volvían a incrustar. Después de serrucharme un rato, me hicieron girar y quedé sentada otra vez sobre el chico que estaba acostado, pero esta vez dándole la espalda, me acomodé abriendo bien las piernas y apoyando mis pies y manos sobre la cama, de esta manera la verga que antes me cogía ahora entraba en mi colita, mientras mi abertura vaginal quedaba totalmente abierta y expuesta para ser violada por la verga que antes me estaba partiendo la cola. No paraba de acabar una y otra vez, mientras me cogían sin parar.

Juanchi no aguantó más, se acomodó al lado mío en la cama, y con una de sus manos primero me acarició las tetas y luego la fue bajando lentamente hasta apoyarla en mi concha y acariciar mi clítoris, luego apoyó sus dedos en mis labios vaginales y los abrió para que el animal que me estaba ensartando la verga me penetrara más profundamente, era increíble, mi marido me abría la concha para que un stripper me ensartara su verga hasta el fondo, al sentir como el chico ayudado por mi marido me ensanchaba y partía la conchita acabé llenándole de flujo la verga, en ese momento Juanchi no pudo aguantar la calentura, se paró al lado mío y se masturbó hasta derramar una cantidad de leche impresionante en mi boca y en mi cara.

Mientras saboreaba y limpiaba la verga de mi marido, los strippers seguían cogiéndome sin piedad, sentía como se chocaban las vergas a través de las paredes de mi vagina y de mi ano, debido a que ya me ardían mis genitales de tanta cogida, les pedí por favor que me la sacaran y me acabaran en las tetas, entonces me senté en el borde de la cama y les agarré las pijas, una con cada mano, se sacaron rápidamente el preservativo y comencé a chuparlas y pajearlas frenéticamente, hasta que primero uno y luego el otro derramaron unos chorros de semen calentitos sobre mis tetas, eyacularon con tanta fuerza que los chorros saltaron hasta mi cara, mis labios y mi pelo, la verdad es que no entendía donde habían guardado tanta lechita, pero sentir como me eyaculaban encima fue fantástico.

Después me limpié y me tiré en la cama a descansar unos minutos mientras los chicos se cambiaban, luego de recuperar el aliento me fui a dar una ducha, Juanchi se quedó arreglando el precio convenido con los chicos. Mientras me bañaba pensé que la despedida iba a ser traumática, pero los chicos eran profesionales y sabían que allí terminaba todo su trabajo, cuando salí de bañarme ya no estaban allí. Juanchi estaba acostado sobre la cama, me tiré encima de él y le agradecí por haberme hecho el mejor regalo de cumpleaños de mi vida, no podía creer que mi marido me había regalado dos vergas impresionantes, y hasta el día de hoy sigo totalmente agradecida, a pesar de que seguimos probando cosas nuevas y que les contaré en nuevos relatos.

viernes, 21 de mayo de 2010

Demasiado tarde 3

Los tres quedamos agotados.
Silvia, nos invitó a darnos una ducha.

Por lo estrecho de la ducha, nuestros cuerpos quedaron muy pegados, Silvia en el medio, se alternaba para que cada uno de nosotros le enjabonáramos la espalda.
Obviamente, el otro tenía la posibilidad de enjabonarle los pechos, jugamos un largo rato debajo de la ducha.
Alternábamos con algunos besos, que Silvia sin pudor nos daba cada uno de nosotros.

Las caricias y el jabón fueron subiendo de tono, y a la espalda y los pechos se sumaron las nalgas y la entrepierna. Ella a su vez, con la mano llena de espuma, enjabonaba los falos, y luego a lo otra vuelta los enjuagaba.

Cerramos la ducha, y nos quedamos los tres mojados sin saber que hacer.
Ella tomó un toallón, y comenzó a secarnos el pito. Lo secaba y lo pajeaba.
A esta altura, ya estaban los dos erectos.
Nos secó las espalda. Se envolvió en el toallón y se fue directo al cuarto.
Jorge y yo la seguimos.

Se tiró en la cama. Me pidió que trajera algo para tomar de la cocina.
Jorge se tiró a su lado. La contemplaba incrédulo.

Cuando volví Jorge le estaba besando los pechos. Ella desperezada lo dejaba hacer.
Relatos Eroticos
Serví dos copas y le acerqué una a Silvia. Ella se reclinó. Bebió un sorbo y se lo pasó a Jorge.
Dejamos nuestras copas en la mesa de luz.
Ella se volteó y sacó unos condones del cajón. Me sorprendió porque nosotros nunca usábamos forros para coger.
Me extraño que tuviera forros guardados en la mesa de luz.

Tomó uno y con sutil elegancia,….lo sacó y se lo puso a Jorge,..”Ahora te voy a coger yo”
Se montó sobre su pija, y la deslizó lentamente dentro de su vagina. Al principio lentamente, por la sequedad del jabón,…y luego rítmicamente la fue introduciendo toda.
Jorge le apretaba los pechos,..la tomaba de las caderas para acompañar el ritmo.
Ella se tirba para atrás, recogía su pelo, y volvía a montarse con desesperación.
Me miraba complice. Deslizaba su mano sobre mi pecho. Cada tanto paraba de menearse, para tirarse de lado y darme un beso.
Me pidió que la ayudara a acabar. Que estaba disfrutando de cogerse a Jorge, como yo le había pedido, y que quería que yo también lo disfrutara.
Me coloqué detrás de ella. Sentía su espalda contra mi pecho. Veía la cara de mi amigo de la infancia. Sentía el olor de ambos.
El la penetraba con fuerza. Ella quería ser penetrada.
Yo la tomaba del cuello, desviaba su cara y la besaba.
Sentí el temblor de sus caderas. Sentí en su cuerpo la duda de sacar la pija o empujar más fuerte.
Sentí la contracción de sus músculos. Soltó su grito y se volcó sobre el pecho de Jorge.
Jorge la incorporó y la bombeo un par de veces más. Ella con gusto espero la acabada de él.

Casi con dolor se bajo de la cintura de Jorge.

Respiró profundo. Saboreo el ambiente. Tomó un sorbo de vino fresco.

Se recostó sobre el cuerpo de Jorge, puso su cabeza en el pecho,..levantó su cuerpo, y me dio uno de los más lindos regalos…

“Jolo, quiero que me cojas la cola”……

Tomé con cuidado sus caderas.
Su cola se abrió como una ofrenda. Estaba muy caliente. Apoyé mi verga sobre su ano, y empuje con suavidad. Ella se aferró al cuerpo de Jorge. El le acariciaba la cabeza, la espalda.
Yo sentí como lentamente iba cediendo. Su ritmo me indicaba que estaba disfrutando. Sus caricias y sus besos en el torso de Jorge, era su manera de soltarse.
Jorge se sentó en la cama y comenzó a masturbarse, ella lo miraba,..cada tanto lo tocaba,….la erección iba en aumento.
Yo la cogía con fuerza. Ella pedía más y más. Pasó la mano entre sus piernas y comenzó a masturbarse.
Sentía y gemía. Miraba la pija dura de Jorge a punto de estallar. El la acercaba a su cara,..y ella la besaba, pero volvía a pajearse. Quería acabar.
Su mano buscaba con frenesí el orgasmo.
Era una mezcla de olores imposible de identificar. Todo era sexo.
Jorge acabó sobre su cuerpo.
Al sentir la contracción de su cola, la tomá de las caderas y la clavé con fuerza.
Bastó que sintiera mi leche correrse por su cola, para que su mano apretara con fuerza la vulva y soltara su orgasmo.
Fue gemir y desplomarse. Yo caí sobre su cuerpo.
Jorge la tomó de la cabeza para que ella terminara de limpiar con su boca los restos de su semen. Ella lo comió, casi inconsciente.

Nos quedamos unos minutos tirados sin decir nada.

Esta vez el baño fue individual.
La fiesta se había acabado.

Jorge fue el primero en irse.

Yo me preparé para quedarme.

“Vos también tenés que irte”, me dijo.

Mi cara de sorpresa la debe haber desconcertado.

“Si es verdad” “Que no te engañe lo que pasó ésta noche”

“Vos siempre habías soñado una noche así” “Pero mi sueño con vos era mucho más largo”

Sentí que la soledad volvía a mí.

“Esta es mi despedida” “Ahora puedo decir que no tenemos pendientes”

Por eso mis queridos lectores, si alguna vez tienen la suerte de encontrar una mujer que les llena la vida, no olviden decirle TODOS LOS DIAS QUE LA AMAN, porque cuando la soledad los atormente, solamente recordaran el gusto de sus besos.


Dedicado a Silvia, quién espero que lea éste relato.

Demasiado tarde 2

Se sentó sobre mi falda, y abrió sus piernas.
Volcó su cuerpo hacía atrás, para acercar su cara a la mía. De costado buscaba mi boca.
Sus piernas abiertas dejaban a la vista de Jorge toda su sexualidad.

Jorge me miraba, como pidiéndome permiso.
Su calentura lo había desbordado.

Yo comencé a desabrocharle la camisa a Silvia, le apretaba los pechos, rozaba con mis manos sus muslos. Tocaba su vagina húmeda.

Jorge pasó su mano por la bragueta. A esta altura ya le era imposible disimular su erección.

Silvia estaba desatada.

“Vení”, le ordenó

Jorge se levantó y se acercó a ella.
Ella sin dejar de besarme y de frotarse contra mi pija, fue bajándole el cierre del pantalón.
Relatos EroticosSus tetas estaban al descubierto. Las pecas de su cuerpo, eran pequeñas manchitas marrones sobre una piel húmeda.
Terminó de sacar la pija de Jorge del calzoncillo, la sopesó como para medir si era lo que se había imaginado.
Le bajó el calzoncillo, levantó el tronco, se inclinó hacia delante y le dio un beso en el escroto.
Vi la cara de placer de Jorge.
La mano de Silvia, comenzó a subir y a bajar or sobre la pija de Jorge, mientras le besa tiernamente los huevos.

La pija de Jorge estallaba, yo seguía tocando la concha de Silvia, y sentía como cada vez se estaba mojando más.
Se levantó de mi falda para arrodillarse frente a la pija de Jorge, comenzó a chparla pero si tocarla con las manos. Buscaba con su boca acertar a la cabeza, el tronco, mordisqueba y chupaba.
Con sus manos se quitó la pollera, y la camisa. Toda su desnudez quedó al descubierto.
Los ojos de Jorge recorrían palmo a palmo su cuerpo pecoso y húmedo.
Quiso tomarla de la cabeza para cogerle la boca,…ella le apartó las manos.

Se la chupo un largo rato.
Yo ya me había desvestido y contemplaba desde el otro sillón la calentura de ambos.

Silvia se levanto y tomó de la mano a Jorge, para llevarlo a la mesa del comedor.
El con los pantalones bajos casi se cae. Se los sacó como pudo y siguió a Silvia hasta le mesa que estaba a unos metros.

Silvia se sentó en la mesa, abrió sus piernas, y le ofreció su sexo.
“Ahora te toca a vos”

Recordé que en las tantas veces que lo había hablado, yo le había comentado Silvia que en nuestra época de juventud mi amigo, siempre había tenido la fama de chupar bien la concha. Ahora ella quería comprobarlo.

Jorge se terminó de zafar de los pantalones. Y comenzó a jugar con sus dedos en los labios de Silvia.
Yo me acerqué para besarla. Ella me trajo a su lado.

Jorge subía y bajaba su dedo, apenas abriendo los labios de su vagina, ante cada movimiento Silvia me apretaba la mano. Me mordía el brazo.

Por fin, pasó su lengua por la concha, como si quisiera saborearla. Silvia, arqueó su cuerpo sobre la mesa.
Su boca buscaba abarcar toda la superficie, su lengua jugaba. Silvia se estremecía. Me pedía que la besara. Le pedía que la chupara más y más.

La saliva de Jorge y los jugos de Silvia , ya eran uno solo.

Jorge sintió el final. Sin dejar de chuparla, con sus dedos buscó el culo de Silvia, ella instintivamente tiró su pelvis hacia arriba, la boca de Jorge buscaba con voracidad.
Yo busqué su boca, sentí ese sabor caliente de su saliva, volvió a levantar su pelvis, y sintió el primer espasmo,..estaba acabando en la boca de Jorge.

Sentí que Silvia no paraba de besarme, me mordía, me dolía la boca. Ella apretaba con fuerza su boca contra la mía, su lengua se retorcía dentro de mi.

Casi como una súplica me pidió “Por favor cogeme”

Sin bajarse de la mesa, se quedó con las piernas abiertas.
Me fue soltando para que pudiera ir frente a ella.
Jorge se apartó. Fue ella la que lo tomó de la mano y lo atrajo. Lo invitó a que se agachara, le dio un beso profundo y le dijo “la verdad me encantó”

Me pidió que trajera un almohadón del living para ponerse de costado.
Se apoyó en la mesa, y atrajo la verga de Jorge a su boca.
Esta vez la chupaba con fuerza, buscando su acabada.

Yo la penetré suavemente. Sentía que Silvia quería que le acabaramos los dos.
Verla chupar, ver las caricias de las manos de mi amigo sobre sus senos. Sentir con disfrutaba con mi bombeo, me puso a mil. No sabía cuanto tiempo más iba a aguantar.

Jorge empezó a sentir el final,…ella le pedía que le acabara,..que quería su leche.

Yo me dejé ir en las entrañas de Silvia,..ella gemía de placer,..apenas atragantada por la leche de Jorge que brotaba por la comisura de sus labios.


CONTINURA…………..

Demasiado tarde 1

Las cosas en la vida, a veces se complican solas, pero otras veces uno mismo se encarga de complicarlas.
Yo tenía una relación espectacular con mi pareja Silvia, para los que no pasare a relatarles que nuestra vida de pareja y su parte sexual marchaba sobre rieles.
Ambos divorciados, habíamos transitado juntos todas las facetas sexuales que pueden experimentar una pareja.
Ella siempre de mente abierta y dispuesta a experimentar se había entregado a los placeres de forma entusiasta y a veces desbocada.

Fue así que desde aquella vez en la que le insinué de las miradas calientes de mi socio, terminamos casi a iniciativa de ella, entremezclados en un trío.
Luego fue ella la que sabiendo mi deseo de verla con otra mujer, convenció a su amiga, para darme de ésa forma un regalo de cumpleaños inolvidable.
Relatos EroticosBuscamos parejas, jóvenes solos, situaciones comprometidas de todo tipo. Bueno como decirlo, realmente una pareja abierta y sin prejuicios.

Silvia, es una mujer atractiva, y siempre me sentí enamorado de ella, pero lo que más me atraía era su personalidad. Un poco tímida al principio, pero luego brotaba de ella una catarata de deseo.
Era maravilloso ver la transformación de una niña, en la mujer más puta, capaz de sentir el deseo en su forma más salvaje.

Y afortunadamente yo la tenía para mi. Me amaba y yo la amaba a ella.

Pero nada en la vida dura para siempre.
Mi vida dio un vuelco inesperado, y yo quizás con intenciones de protegerla de mis quilombos, opté por pedirle que se fuera, que se alejara de mi vida, para no verse contaminada con mis problemas.
Juro, que quise protegerla.

Ella llorando me pidió quedarse, me suplicó que tratáramos de pasarlo juntos, como otras tantas veces nos habíamos enfrentado a los problemas. Yo estaba profundamente deprimido y no la entendí, no supe escucharla.
Lloramos. Lloramos mucho ante la despedida. Habíamos sido compañeros de la vida por cinco años.

Meses antes, habíamos estado planeando juntos mi regalo erótico de cumpleaños. Ella me amaba y quería dármelo todo.

Yo había realizado con ella todas mis fantasías. Pero ella sabía que había algo más.
Estaba mi amigo de la infancia, ése que ella conocía, ése ante quién nunca se habría animado a mostrarse, y ése fue mi pedido.
Ella se quedó dura.
Mi amigo, mi mejor amigo. Ella conocía a su esposa. Era una locura total.

A todo esto debo decir que mi amigo estaba ausente a mi fantasía. Respetaba a Silvia como mi pareja, aunque siempre reconocía y halagaba su belleza.

Lo fuimos planeando noche a noche, entre jornadas de sexo, y comidas. En las siestas. En las conversaciones.

Ella como de costumbre se empezó a erotizar con la idea. Me preguntaba como era él, que le gustaba en el sexo. Si la tenía grande. Todo era entremezclado con risas y besos.

La ruptura llegó antes. Yo la alejé. Si alejé a la mujer de mi vida.

Nunca lo pude superar.
Nos seguíamos hablando cada tanto, pero ya no como pareja. Ella estaba preocupada por mi, por mi situación.

Yo sentía que mi amor por ella, no había pasado. Pero ella herida no quería volver a pasar por un acercamiento por temor a otra ruptura.

Yo no volví a tener pareja, según ella decía tampoco.

Mi cumpleaños, lo pasé en soledad. En una soledad muy dolorosa.

Pasaron varios meses, y cierta vez quedamos en un café.
Fue doloroso, comprobar lo que habíamos sido, y lo que éramos ahora. Conversaciones vacías, sonrisas lastimosas, y un beso al despedirnos.
Ya no era “mi nena trola”.

Después de aquella vez, hablamos un par de veces.

Me sorprendió que aquella tarde me invitara a cenar….”el viernes 21:30, te parece?”
Sentí un cosquilleo en mi cuerpo.

Yo metido en mis quilombos, me había alejado de todo y de todos, y ahora aparecía Silvia con una invitación que sonaba más a mi vida anterior que a la vida de mierda que estaba llevando ahora.

Puntualmente llegué a su casa.
La subida en el ascensor se me hizo interminable.
Cuando abrió la puerta, pude ver lo bonita que estaba. Pollera suelta apenas por sobre la rodilla, camisa de seda rosa, con los primeros botones desabrochados, y el pelo recogido con una hebilla rosa al tono. Zapatos de taco alto, y una amplia sonrisa.

Me besó en la mejilla y me invitó a pasar.
El corazón me dio un vuelco, cuando ví sentado en el sillón del living a mi amigo, SI a mi amigo Jorge, mi amigo de la infancia y víctima anónima de nuestras fantasías.

Se levantó y me dio un abrazo. A él también hacía meses que no lo veía.
Me puse a llorar. El me apretó contra su pecho. Ahí me dí cuenta que seguía ajeno a nuestras fantasías.

La cena, fue un trámite. Ellos me preguntaban que había sido de mi vida, por qué me había alejado tanto.
Yo trataba de justificarme, de contarles de mi vergüenza.

Cada tanto Silvia, buscaba cosas de la cocina, y yo no podía dejar de seguir su figura. Ella se lucía.
Fue así que llegamos al café.
Nos sentamos en el living, y como ocurriera muchos años atrás cuando hicimos nuestro primer trío, Silvia dejó caer la bomba.

Jorge preguntó, por qué nos habíamos distanciado Silvia y yo, que siempre nos había visto muy bien, y que la había caído como una balde de agua fría saber de nuestro distanciamiento.

Ella comentó, que no había sido intención de ella, que ella se sentía muy bien y muy cómoda con nuestra relación,…”hasta inclusive estábamos planeando el regalo erótico para él”.

La cara de Jorge se transformó.
Para un tipo que llevaba 25 años casado con la misma mujer, escuchar hablar de “regalo erótico”, le subió las pulsaciones.
Soltó una pequeña carcajada, y dijo..”ahh, regalo erótico, y qué era?”

Yo sabía lo que se venía, y no podía creerlo.

“Enfiestarnos, lo dos con vos” “Tu amigo siempre tuvo la fantasía de que yo cogiera con vos”

El mundo se detuvo unos instantes.
Jorge esbozó una sonrisa. Yo agaché la cabeza. Y Silvia nos miró a los dos desafiante.

“Los tipos viven hablando de enfiestarse, pero si una mina dice coger, se ponen tímidos” “No jodan” “Y menos vos Jolo, que me llenaste la cabeza con tu amigo.”

No sabía si aquella era su venganza, por haberla separado de mi vida. Pero si me sentía abochornado.
Jorge no podía despegar el vaso de su boca.

Pero Silvia, vos sos la pareja de mi amigo?!, dijo

“Ya no”, me pateo hace meses.

Descruzó sus piernas, para levantarse, pude ver que la mirada de Jorge, buscaba el triangulito de su tanga.
Al pararse se agachó para darme un beso. Sabía que con ése movimiento seguramente Jorge estaba disfrutando de una hermosa vista del culo de Silvia.
Fue para la cocina.

Mi amigo y yo no podíamos intercambiar palabra. El estaba sonrojado, casi avergonzado.

Silvia trajo más café y repitió el mismo gesto, fue esta vez un beso en la mejilla de Jorge, al agacharse descubrí por qué Jorge se había puesto colorado, ….Silvia estaba sin bombacha.
Su conchita lucía brillante y depilada, mostrando los primeros indicios de su excitación.

CONTINUARA…………..