miércoles, 14 de octubre de 2009

La secundaria: Me hizo un gran regalo, parte 2


Al día siguiente, mi mamá me despertó como siempre, a las 7 de la mañana. Baje las escaleras, me dirigí al baño, hice mis necesidades, desayune, me cambie, agarre los libros y mi mochila y me fui. Ansioso estaba ese día, tanto que camine 3 cuadras en menos de 5 minutos, llegue más que temprano al colegio. Salude a mis compañeros de clase, a las chicas, pero ella no estaba. Ese día, el anteúltimo del ciclo escolar, teníamos historia en al última hora, de las 11 a las 12. Cuando entramos a clase a las a las 7.40, ella todavía no había llegado. Igualmente para las dos primeras horas, los profesores no habían llegado. Y cuando el reloj marcó las 8 y cuarto, la puerta se abrió y entró, suspirando, como si hubiera corrido una maratón. Se sentó con el grupo de sus amigas, y cuando toco el recreo se dirigió hacia mi para pedirme perdón si había llegado tarde.

Yo le dije que estaba todo bien. Nos pusimos de acuerdo en un par de puntos para dar le lección, pero yo no podía dejar de pensar en ese maravilloso ojete que me estaba por coger. Al llegar la última hora, pasamos al frente de la clase. Nuestra lección de trataba sobre las cruzadas en el mundo durante la edad media. Un tema difícil por todo lo que abarca, pero que como habíamos estudiado bien y con todo lo que habíamos preparado, fue más que suficiente para aprobar. Es mas, también me sabía su parte por si acaso no recordaba algo. Empezamos con nuestra lección, todo marchaba bien hasta que ella en un tema se quedo, entonces fue ahí donde aproveche y la ayude un poco. Finalizamos unos 5 minutos antes de que el timbre sonora. El profesor nos llamo a ambos, a mi me puso un 10 ya ella un 9, por lo que estábamos más que aprobados y yo me había ganado el premio mayor, desvirgar ese precioso ojete. Ella por supuesto festejo conmigo, me dio las gracias por lo que había hecho.

Cuando el reloj marcó las 12:30, la hora en que las clases terminaban (fue el ultimo día hábil de clases), ella me esperó a la salida. Cuando nos encontramos, me dijo que quería debutar su cola la noche de la fiesta de egresados, el sábado. Yo le pedí si podía ser antes, pero dio que no, que no me apresure. Acepte, la acompañe hasta la cuadra de su casa, en ese trayecto, le pregunte si se lo había contado a alguien lo que había pasado, me dijo que no, que prefería guardarlo en secreto. Ella también me había preguntado lo mismo, a lo que yo respondí que no, que tampoco le había contado a nadie. Cuando llegamos a la cuadra de su casa, le di un beso y me dirigí mis pasos hacia mi casa. Al llegar, no podía dejar de pensar en el sábado, ese día seria inolvidable. Los días pasaron, parecían eternos, y como las clases habían terminado no la volví a ver hasta ese día. Finalmente cuando ese sábado tan esperado llegó, cerca del mediodía recibí un llamado de parte de ella. Al atender, note que era ella, su voz era distinguible en el teléfono.

Me había dicho que quería hacerlo en mi casa, porque en su casa era imposible. Yo sabia que ese día, después de la fiesta de egresados, se armaba el baile y duraba hasta altas horas de la noche y entradas de la madrugada, y que mi familia volvería mas temprano a dormir. Ella me rogó que lo hiciésemos en mi casa, pero el conteste que era imposible, así que le pedí que me dejase ver como podía solucionar el tema. Al cortar el teléfono, sentí que me iba a perder a lo mejor de partirle el ojete a la chica con la que había debutado, y lo que había hecho que tuviera más de una erección. Fue entonces cuando decidí hablar con mi viejo al respecto. Entonces, lo llame, nos sentamos en la mesa y me percate de que no hubiese nadie más que nosotros dos. Al comentarle mi situación (tuve que decirle que lo hice con ella en casa y lo que pretendía el sábado) pensé que talvez no aceptaría o me cagaría a pedos, pero no, no fue así. Mi viejo es lo más comprensivo del mundo, así que me entendió y me soluciono en segundos mi problema.

Me dijo que al irse temprano de la fiesta, se irían a dormir a lo de mi tío, así quedaría la casa para mi sola, hasta mañana a la mañana, para que pudiera hacer lo que quisiera, ósea, romperle el orto a Yamila. En instantes se me dibujo una sonrisa de aquellas en la cara. Lo abrase, le dije que iba a estar eternamente agradecido por el gesto que tuve conmigo. Al instante la llame y le dije lo que había pasado, se puso contenta también, y quedamos que entre las 3 y las 4 nos iríamos de la fiesta.

Entrada la noche salimos con mi familia para el lugar (yo fui vestido de traje, igual que todos). Al llegar saludé a todos mis compañeros, y ahí la vi a ella junto a mis compañeras, obviamente tratando de disimular todo, también la salude con un beso en la mejilla. Ella estaba vestida con un vestido púrpura, zapatos con taco media altura, escote que se dejaba ver sus senos bien parados, y una sorpresa que me daría mas adelante. Hicimos una entrada tomándonos de la mano uno con cada uno, y nos sentamos en la mesa que nos habían preparado. Hubo muchas sorpresas, dedicatorias, cartas, la cena, el brindis, entrega de premios (mejor compañero, mejor estudiante), y lo mejor de todo el baile. Bailamos entre todos, hicimos rondas, pasitos (todo lo que recuerden de su fiesta de egresados).

Fue cuando a las 2 y media mi viejo se dirigió hasta mí, me dio las llaves de la casa, y me dijo que la pasara bien pero que tuviera cuidado al entrar solos a casa. Le conteste que si, como todo hijo contesta a su padre o madre. Seguí baliando, disfrutando de la fiesta, hasta que entradas las 4 de la mañana, yamila paso, me toco la espalda, y me hizo señas de que la siguiera. La seguí sigilosamente sin ser descubierto, hasta que la encontré en un pasillo que da a la dirección. Ahí me dijo que ya era hora, me pregunto si tenia las llaves de mi casa, le dije que si. Nos dirigimos de nuevo para la fiesta, yo salude a mis amigos y poniendo de excusa que me sentía mal, les dije que me iba, ellos me avisaron que mañana jugaríamos un partidito en el club, acepte y me dirigí hacia fuera a esperara a Yamila.

Ella saludó a su familia también, y se dirigió hacia afuera, me encontró, me dio un beso profundo y nos dirigimos caminando hacia mi casa. En la caminata le pregunte como había hecho para que sus viejos no se enteraran, y me contesto que les había mentido diciéndoles que se quedaba adormir en lo de una miga que por suerte había faltado a la fiesta.




Entramos, me pregunto cual era la cama más cómoda de mi casa, le dije que la de mis viejos, que tenían un somier de dos plazas, ultra cómodo y con bastante espacio.

La dirigí hacia allí, encendí la luz y le dije que ya regresaba, que tenia que ir al baño. Deje en mi cuarto el saco, a corbata, el diploma, los souvernis, todo lo de la fiesta, y me dirigí hacia le cuarto. Cuando entre, la encontré parada la borde de la cama, la tome por los hombros, la di vuelta y comenzamos a transarnos, a darnos besos profundos, a abrazarnos con locura y pasión. Nos separamos, y le saque suave y dulcemente le vestido. Al sacárselo, tenia puesto un push up (corpiño que hace que sus senos queden bien paraditos y que parezcan de mas contextura), y una tanga blanca, chiquita y apretadita, al notárselo, me dijo que eso era un regalito especial para mi. La tome de los cachetes del culo y dos dimos piquitos mientras le decía,

• -Gracias por el regalito, pero esto es el regalo mayor…

• -Si, pero primero me haces entrar en calor como ya sabes…

Entonces, se tiro en la cama y se abrió de piernas, yo sabiendo cual era mi deber, le comi la concha como nunca, sabiendo todo lo que la excitaba, lamiendo sus labios vaginales, metiendo la puntita adentro de su agujerito, apretando su clítoris, pellizcando sus pezones parados apenas liberados, hasta que se vino en un orgasmo, todo con la tanga puesta. Ahí me pare, me desvestí, libere mi pene que tenía una gran erección, volví a subir a la cama y abriéndola de piernas la penetre,

• -Siiiii ahhhhh no aguantaba mas sin coger de nuevo…

• -Yo tampoco, me encanta ti pija…

• -Espero que también te guste en el culo…

• -Si eso espero que me lo hagas con amor….

Ahí empecé a aumentar mi velocidad hasta que la cambiar de posición. Saque mi pene, me lo chupo un ratito, y se puso en cuatro, yo preferí primero darle de nuevo por la concha, así que eso hice. Le di un ratito, hasta que llego el momento más esperado.

• -Ya es hora…

• -Estas segura…

• -Si si la quiero por el culo, me excita demasiado la idea de tener esa buena pija que tenes metida en mi agujerito apretadito…

• -Bueno dale bebe…

Entonces fue cuando me paso lo peor, recordé que no había comprado gel lubricante. Sabía que con saliva no alcanzaba, el detergente no era una buena opción, así que se me vino a la cabeza la mejor solución, manteca. La comente con que iba a lubricarle el culo, entonces acepto sabiendo que seria una experiencia única. Fui corriendo a buscarla. Revolviendo la heladera encontré lo que buscaba, corte un buen pedazo y volví al cuarto. Ella todavía seguía en cuatro, pero ya sin el corpiño, tocándose con sus dedos la concha, me pidió que me apurara, que no aguantaba mas sin mi pija en culo, que quería probar y al decirle lo que iba a usar para lubricarle el culo, se excitó aún más.

Subí a la cama, me puse detrás de ella, tome un pedacito de manteca y se lo frote alrededor del agujerito del ano, y metiendo un poquito hacia adentro, ella suspiraba un poco. Entonces con ese pedacito embadurne mi dedo con manteca y se lo colé despacito, tratando de abrírselo un poco. Ella gemía como nunca, pero le generó un poco de dolor, aunque no me pidió que me detuviera. Entonces cuando sentí que estaba a punto, Tome el otro pedacito de manteca y lo frote sobre mi pija, cubriéndole bien con manteca. Entonces apunte la cabeza de mi choto a la entrada de su culo,

• -Ahí va…

• -Si dale estoy preparada…

Entonces suavemente apoye la cabeza de mi pija en su agujerita y empecé a meterle la puntita despacito. Ella gemía de dolor, pero no me pidió que me detuviera. Cuando quise darme cuenta le había metido la cabeza y proseguí con el resto del miembro. Fue entonces cuando ella empezó a gemir y suspirar más profundamente, y yo empecé el ir y venir al encontrar el punto justo. Fueron al principio lentos mis movimientos, cosa que se acostumbre, y al cabo de unas cuantas días y venidas, le pregunte,

• -Te duele todavía

• -No me esta gustando, no pares no pares, ahh ahhhhh

• -Siiii no voy a parar nunca

Fue ahí cuando note lo apretado que lo tenía, sentí que las paredes de su culo apretaban mi pija a más no poder, eso me excitaba aun más. Tomándola de la cintura, empecé a aumentar la velocidad, ella solo gemía y me decía que le gustaba como le estaba haciendo la cola. Entonces erguío su espalda y quedo de rodillas en la misma posición que yo, pero de espaldas a mi, y sin que mi pija se saliese de su culo. Entonces ahí pude tomarla de los senos, apretaba sus pezones, ella me había tomado de las manos y yo le daba sin parar hasta que llego el momento en que no me aguante más y me vine como nunca, la abracé fuerte contra mí y sentía como mi leche llenaba su agujero, y llegaba hasta sus intestinos.

Caímos de costado, quedándonos en cucharita. Al ratito de haber terminado y sin sacarle la pija del culo, empecé nuevamente el movimiento, penetrándola esta vez mas rápido, ella no se había opuesto así que me dejo cojerla. Con una mano tocaba sus senos, y con la otra tocaba su concha y se los daba para que los chupe. Eso hizo que se excitara mucho, y con la ayuda de sus manos que franeleaban sus concha a gusto, llego a otro orgasmo mas que espectacular. Yo sin para le daba y le daba, hasta que sentí otra vez el chorro de leche que salía de mi choto y llenaba completamente su culo.

Entonces ahí si ya no daba más. Nos quedamos abrazados un ratito. Entonces fue ahí que le pedí que me limpiara la pija. Se salio de la posición en la que estábamos, pero se levanto y se dirigió, primero al baño y después a la cocina. Yo sorprendido aún al ratito la vi entrar, además de tener el culo limpio, con un gran cucharada de dulce de leche. Entonces fue cuando que totalmente sorprendido,

• -Te voy a untar el dulce de leche, y te la voy a chupar dulcemente

• -Si mamita veni y chúpamela toda como vos quieras

• -Va a ser un buen churro relleno de leche y cubierto con dulce de leche

Lo untó y moldeándolo a su gusto con la cuchara, me la chupo de manera muy especial, la dejo totalmente limpia. Nos dormimos.

Al despertarme, vi que eran las 10 de la mañana. La desperté, nos levantamos y desayunamos. Mientras ella levantaba la mesa yo ordenaba el cuarto de mis padres. Mientras lo hacia, pensaba en como seguía esto, si lo hacíamos como una simple calentura o porque sentíamos amor verdadero. Cuando termine, me dirigí al comedor y la encontré sentada esperándome. Se paro, y me dijo que se iba, pero antes me dio una carta. Me dio un beso muy profundo, y se fue sin duda alguna, sin pensarlo dos veces, sin preguntarme nada. Yo impaciente abrí la carta. Y al leerla, me enteré de muchas cosas, tristes pero que nada podía hacer. En sus líneas, me dijo que le había gustado mucho lo que habíamos hecho, pero que no podíamos tener una relación seria, porque ella se mudaba lejos ese mismo día y, porque sentía que era una calentura y nada más, que prefería no herir mis sentimientos con algo que no se podía obligar, el amor entre dos personas.

Mientras mis ojos derramaban un par de lagrimas por lo que me había enterado, comprendí que era lo mejor, ya que aun era joven, pero que jamás iba a olvidar a aquella chica que me había hecho sentir especial, la que me había mostrado el placer del sexo, y entendí que la vida sigue, que seguro me iba a poner otros placeres sexuales a lo largo de mi vida.