miércoles, 14 de octubre de 2009

La secundaria: Me hizo un gran regalo, parte 1

Mientras hacíamos las laminas para aprobar Historia envueltos cada uno con una toalla tapando nuestros órganos de reproducción (termino muy científico, pero lo uso para que entiendan), yo sobre la mesa y ella tirada en el piso con su cola hacia arriba. Sabía que ya estábamos un tanto agotados de tanto coger durante el día pero su culo era tan excitante que hizo que mi pene se pusiera duro, además pensaba en el agujerito cerrado que tenía, me excitaba aun más la hipotética sensación de penetrarle el ojete. Pero la obligación del estudio pudo más que yo, así aunque seguía con la pija dura y al palo, hice un gran esfuerzo para dejar de mirarle el ojete y concentrarme en lo que estaba haciendo. Pensé en agarrarla de sorpresa y excitarla (ya sabía como hacerlo) para volver a coger e intentar desvirgarle el culo. Una vez que terminamos, alrededor de las 5 de la tarde, me preguntó,


- Tenes algo para tomar, porque esto del trabajo me dejo muerta de sed…

- Si fíjate que en la heladera hay coca…

- Bueno dale…

Cuando se paro, pensé que era el momento justo para tomarla por detrás y darle bomba de nuevo. Así que actué rápido, mientras abría la heladera y buscaba su bebida, yo la tome por detrás, le abrace la cintura y empecé a besarle el cuello,


- Que haces?, me preguntó

- Tengo ganitas de nuevo, le dije

- Pero ya tuvimos dos encuentros, y si no recuerdo mal acabaste 4 veces hoy en mi conchita y yo me vine en muchos orgasmos hoy. Así que nose…

- Dale por favor, al verte ahí acostada boca abajo con el culo para arriba hizo que mi pija se parara como nunca, dale tengo ganas de nuevo…

- Mmmm, nose nose, si me haces calentar cogemos, sino no…


Ni bien terminó de decir eso, empecé a besarla como nunca en su cuello, eso hizo que empezara a gemir y a excitarse otra vez, y aproveche la situación y mande una de mis manos por abajo de la toalla para tocarle la concha y apretar su clítoris. Luego de unos minutos haciendo esto, ella, que estaba excitada al mango, se dio vuelta y empezó a besarme la boca locamente. Después de unos cuantos besos profundo, se arranco al toalla y me arranco la mía dejando libre mi pene con su gran erección, se arrodillo y comenzó a darme una mamada espectacular, primero chupaba la cabeza de mi pija como un chupetín y después se la mandaba hasta donde su garganta podía.

Sentía que me estaba por venir, así la tome de los brazos, la hice parase y tomándola de la cintura la dirigí hasta la pileta de la cocina (mi cocina no es muy amplia, pero tenía el lugar suficiente para coger de parados, cosa que me excitaba mucho coger con poco espacio). Ahí parada como estaba, la gire poniéndola de espaldas a mi, tome mi choto y se lo mande de una en la concha abriéndole los labios de su vagina como nunca. Ella agarrada al borde de la pileta de la cocina, gemía como nunca, mis muslos chocaban con sus nalgas haciendo ese ruido que me excitaba aún más, esa posición le encantaba y yo en mi desenfreno aumente mi velocidad,

- No pares, no pares, ahhhh ahhhhhh

- No voy a para no voy a parar

- Más fuerte!!!! más fuerte!!!!!

- Si toma te voy a llenar la concha de leche, como te gusta

- Si me encanta que me cojas ahhhh ahhhhhhh

Cuando en el momento más inesperado, ella se vino en un orgasmo tan placentero que gimió como nunca, y yo me vine como si hubiera sido la primera vez que cogia en el día. A pesar de que no había tenido oportunidad de partirle el ojete, me fui satisfecho con lo que habíamos hecho, además ya estaba cansado del todo.

Ni bien terminamos, ella fue al baño a limpiarse y a vestirse, mientras que yo tome las dos toallas y fui a ponerme algo de ropa. Cuando baje las escaleras, la encontré sentada en el comedor, y con la mesa limpia. Me había dicho que había ordenado todo y que ya había juntado sus cosas para irse. Yo, agradecido de lo que había pasado ese día, se lo hice saber con una tranza. Ella entonces fue cunado me dijo que quería que le hiciera el orto, porque sentía que yo era el indicado para desvirgárselo. Pero solo ocurriría si aprobábamos y pasábamos de año. Al escuchar eso, no salía de mi asombro, pero acepte la propuesta y le dije que nos sacaríamos un 10 y que pasaríamos de año.

Me saludó con un tierno beso y se fue a su casa. Eran las 18:30 al mirar el reloj. Subí las escaleras hasta mi cuarto y me puse a estudiar como nunca, estaba con tantas ganas de aprobar que había estudiado hasta la parte de ella. Mi familia volvió de su paseo alrededor de las 22:00. Los recibí y nos quedamos charlando un rato hasta las 23:00. Fue entonces cuándo me retire a mi cuarto a descansar, ya que mañana me esperaba el gran día. Caí desvanecido sobre le colchón y al toque me dormí…