jueves, 4 de marzo de 2010

Marcelita

Les voy a contar un relato que me hizo sentirme un campeon.

Antes les cuento que trabajo de encargado en un restaurant, uno de los mas respetados de mi ciudad.
Trabajo doble turno, y por lo general a la tarde no estoy en el restaurant. Ni yo ni nadie.
De quien les voy a contar, es de una muy linda mujer, unos 10 años mas grande que yo (25) morocha, como una almendra de color verde cada uno de sus ojos. De mi estatura y de piernas llamativas (una vez me conto que sale a correr casi todos los dias). Sus manos son delicadas, siempre muy bien pintadas, pero nada llamativo. Una lady.

Hermosa ella, no pienso lo mismo de mi, por lo tanto, mis fantasias siempre fueron solo eso.
Empece a pasarle los pedidos a ella, a su movil, y no a la distribuidora, solo para calentarme con los apodos que me pone (casi siempre es el apodo tipoco de mi nombre, pero muy cariñoso)
Siempre con un besito x telefono nos despedimos, y alquna que otra vez me anime a tirarle un piropo, pero simpre x telefono. Ella me contestaba con una risita nerviosa. Cada vez me calentaba aun mas.
Un dia de tormenta, estaba por salir del trabajo. Ya no quedaba nadie, y ya habia terminado con las planillas de caja del mes y con la planilla de sueldos.
Bueno, me dije, una tarde mas para estar bien acompañado haciendo cucharita. Lastima que no tengo con quien.
A punto de cerrar la puerta llega ella. Toda mojada. Por la lluvia, claro.
"Gordi, se me quedo la moto, estoy pasada por agua. No me dejes asi, dejame pasar 2 minutos al baño y pedirme un taxi" tarde en reaccionar, esa remera empapada no dejaba concentrarme mas que en sus hermosos, redondos y duros pechos (lo de duros lo averigue mas tarde) Pero si Marce, pasa. Mientras pasa al baño me pide que le consiga un taxi.
Al volver del baño, con el pelo mojado hecho una cola de caballo, me pregunta si le consegui taxi, "me dijeron que hay casi una hora de demora" . Queres un cafe mientras? te veo con frio, le dije. Prefirio un Te de mansanilla.
La invite a sentarse en el living del restaurant, que es mas comodo que estar parado en la barra, y me facilita la oportunidad de que pase algo.
Yo estaba como loco. No lo podia creer. Solo con ella. Esta es la mia.
Me exitaba verla sentada con las rodillas juntas, los codos sobre su regazo, agarrando con las dos manos la taza, y soplandola para que se enfrie. Sus labios me hacian imaginar de todo. Estabamos callados, y solo se escuchaba el ruido de la lluvia.
Me pregunto por mi novia (ella sabia que yo tenia novia) y le conte que hacia un tiempo que no la veia, porque se habia terminado la relacion.
- y vos como estas?, me pregunta
- y, aca ando. no es facil estar solo.
- si, ya se como se siente
- que se yo, la piloteo. Pero cada dia que pasa siento cada vez mas la necesidad de estar con alguien
En eso me interrumpe con un suspiro de dolor, mientras se agarra con una mano el cuello, y me dice que tiene una contractura terrible.
Ni lento ni perezoso, hice abuso de mi buena mano para los masajes.
Suena un terrible trueno y se corta la luz. A partir de ahi empece a creer en los milagros.
Ella salta del susto y se vuelca encima la taza de Te, y a pesar de tener la remera mojada, se quema con el bendito Te.
Yo ya creia estar bajo los efectos de todos los alucinogenos existentes.
Esa remera, tipo musculosa con breteles bien finitos, de color blanca. Encima de ese jean (que humedo, les cometo que es muy dificil de sacar) cada vez me hacian aflojar mas las rodillas.
Gracias al Te caliente, y a su nivel de impulsion, ella no dudo en sacarse la remera antes de seguir quemandose. Yo no le creo tanto la historia de que se quemaba. Pero me vino como anillo al dedo.
Ahora, sin luz y sin su remera, los masajes que le hacia en el cuello, llegaban a la cintura. No tarde mucho en relajarla del todo, y convencerla de que se acueste en el sillon.
Mis manos tocaban todo ese cuerpo hermoso, sentia la cantura fluir por mis manos. Cada vez masajeaba un poco mas de su cuerpo. Sentir esa hermosa piel dorada, aun humeda, me ponia cada vez mas exitado.
Recostada en el sillon (aclaro que es muy grande) y con los brazos a su costado, empece a acercarme mas a su cintura con mi cuerpo. Ella empezo a respirar profundo. Su respiracion me estaba volviendo loco. La sangre de mi cuerpo estaba toda en un solo lugar, y ese lugar empece a arrimarlo a su mano izquierda. Ella no se hizo la boluda ni ahi. Se hizo cargo de toque.
- hace rato no me hacen unos buenos masajes
- y eso que recien empiezo
- donde aprendiste?
- sali un tiempo con una chica que hace digitopuntura
- se nota
- x?
- xq sabes donde tocar para calentarme
No le daba credito a mis oidos. Enseguida comenzo a tocarme por encima de mi pantalon.
Sus pechos se le salian por los costados del corpiño suelto que llevaba. Enormes y dulces pechos.
Comence a darle besos en la espalda. El cuello. No dejaba de masajearla. Fuera corpiño. Y mis manos comienzan a masajear los tan deseados pechos de mi vieja fantasia.
Su respiracion era cada vez mas fuerte. Se da vuelta, se pone frente a mi, y comienzan los besos. Esos labios eran de otro mundo. Ni finos ni muy gruesos. Especiales. Sabia muy bien besar. Yo sigo con los besos en su cuello, y por debajo de la oreja. Ella me respira en mi oido.

Sus manos me tocan cada vez con mas ganas. Yo estoy que exploto. Me empuja suavemente y me saca la remera. Besos por el pecho, y sigue para abajo. Me desprende. Me besa como nadie.
Increible. Con sus labios subia y bajaba despacio, con su lengua recorria todo mi sexo. Con una mano, me acaricia los testiculos, con la otra ayuda a su boca.
Comienzo a intentar desabrocharle el jean, me cuesta horrores. Con una mano el boton del pantalon, con la otra, sus terribles y duros pechos. Cambia de posicion y se saca el jean. Bombachita blanca, hermosa. Mas mano y mas besos en mi sexo. Sube y me besa el cuello, me pasa sus manos tibias por la espalda. Mis manos pasan por debajo de su ropa interior, hasta conseguir sacarsela y tocarla toda.
Caimos al suelo. Ni alfombra ni nada. Solo suspiros, besos y caricias. Ella baja denuevo, pero esta vez, baja para los dos. Nunca habia hecho el 69. Es hermoso. Sus pechos acariciandome, su jugoso sexo en mi boca, y mi lengua recorriendolo todo. Una mano la dedico a sus tetas, la otra, a su cola. Mucho masaje, y cada vez me acerco mas a su ano. La agarro con las dos manos de sus nagas, y acerco su cuerpo mas a mi cara. Ya no daba mas. Di señales de que estaba por acabar. No le importo nada. Empezo a gemir casi tan fuerte como el ruido de la lluvia.

- todavia no! esa lechita la quiero toda dentro mio, hoy la colita es tuya
Tiene tan buenas tetas que no me habia fijado en la cola. Parada, bien durita.
Ella se sienta sobre mi, dandome la espalda. La siento entrar con un poco de esfuerzo por su cola. Todo credito de ella, yo casi no me movia. Aunque nunca deje de tocarle las tetas.
Se recuesta sobre mi, con mi pene adentro, se mueve muy despacio. Ahi voy, con una mano jugando con sus jugos vaginales, y con la otra agarrandola del hombro. No duramos mucho, pero fue inolvidable.

Muy despacio comence a acabar dentro de ella. No dejaba de gritar mi nombre. Cada vez la tocaba con mas fuerza. Apretaba su clitoris, lo acariciaba muy rapido. Ella tambien se tocaba, era un quilombo de dedos. Grita fuerte, se detiene, frunce la cola y acabamos los 2.
Esa sansacion, acabar juntos (rara vez pasa) y moverse al mismo ritmo... Acabados y todo, seguiamos moviendonos, pero mas despacio.
Se levanta, y se sienta sobre mi panza. Me mira y sonrie.
Me besa apasionadamente. Nos abrazamos y seguimos con los mimos.
Yo seguia al palo, y trataba de ponerla denuevo. Dimos un par de vueltas en el piso hasta que consigo acostarla en el sillon, y tirarme arriba de ella.

Me mira fijo a los ojos, mientras yo juego con nuestos sexos, pero sin penetracion.
Se calienta mas. Le beso los pechos, se los mordisqueo. Mi calentura no tenia fin.
Me abraza con sus piernas y comenzamos otra vez. Los dos empapados.
Se la metia hasta el fondo, ella abria bien sus ojos, y yo le mordia el cuello.
Grita, me agarra del culo y hace fuerza. Yo me movia lo mas rapido que podia.

En eso me pide que baje. No tuve problema, la sente en el borde, con sus rodillas sobre mis hombos, y me comi todo su clitoris hasta que acabo en mi boca. Le temblaban las rodillas, me senti un gigante.
Yo seguia duro como estatua, y ella no podia hablar. No me importo. La puse boca abajo, y de a poco le practique anal otra vez. Y otra vez, me pido que acabe en ella. Ningun problema. Toda tuya.
Quedamos los dos tirados en el sillon.
Bocinazos. Se vistio rapido, me dijo que esto deberia ser mas frecuente, y con un beso de despedida en la boca, y otro de medio minuto en mi pene, se fue a buscar el taxi que no paraba con la bocina.