lunes, 22 de marzo de 2010

Cositas en el cole

Amanecimos con una lluvia demencial, el día estaba gris y muy frio, el celular de mi niña sonó, al rato me comento que sus tíos le habían pedido que fuera a buscar a su prima al colegio, me pidió que la acompañara, como siempre accedí ya que esto daba la oportunidad de meterle mano durante el trayecto y si nos daba tiempo, otra cosa, porque a ambos los días de lluvia nos ponen candentes.
A eso de las tres de la tarde salimos rumbo al colegio, después de unas calles llegamos, para mi sorpresa era un colegio de monjas :O, pasamos las rejas de la entrada, al segundo una monjita, bajita algo veterana nos cerro el paso sin aviso.

-Perdonen, pero no pueden pasar hombres- Dijo con una voz melosa.

Me sentí muy tentado a hacer un chiste diciendo "Y donde ve usted un hombre" con tono gay, pero me lo guarde .
Dahiana explico que venia por su prima, la monjita entendió y la seguimos.

-Usted espere aquí- Me dijo dejándome en un amplio pasillo.

Así que allí me quede esperando mientras ambas se iban, mi niña volteo y me regalo una guiñada que respondí sacándole la lengua.

Pasaron como 10 minutos y sonó un timbre que casi me deja sordo, de pronto para mi sorpresa el pasillo se inundo de chicas, todas pasaban y me miraban, al final del pasillo divise a mi novia, a su lado traía a su prima, pero detrás un grupo de 7 u 8 chicas mas las seguían riendo y tonteando, se detuvieron frente a mi casi rodeándome, Dahiana me presento, salude cortésmente a todas y nos pusimos en marcha, antes de salir su prima se metió en un salón vacío, todas entraron detrás de ella, me quede en el pasillo esperando, pero mi niña me tomo de la campera y me hizo entrar, cerro la puerta.

La prima revolvía algunos estantes, el resto se agrupo al fondo riendo y cuchicheando, me senté en el escritorio sin nada que hacer, pasaron unos minutos me miraban y reían cada tanto, Dahiana se acerco a la ventana, de pronto un trueno la hizo retroceder (ella le tiene pánico a las tormentas), me acerque y la abrace besándola en el cuello, apoye mi mentón en su hombro.

"Te Amo" escribió en el vidrio empañado, me separe y fui al pizarrón, dibuje un "Te Amo" con las tizas que había, de repente la puerta se abrió y quedamos congelados por el viento, Dahiana fue y al cerró, me puse detrás de ella y la acaricie, volteo y me beso, nos miramos fijamente como cuando pensamos lo mismo, pero mire al grupo de chicas que nos miraban atentas y en silencio, ella hizo un gesto de "que importa", y me volvió a besar, la recargue en la puerta, empecé a besarla en la boca y en el cuello, al mismo tiempo a levantarle la falda y acariciarla. Como conocía sus puntos débiles la voltee quedando de espaldas y de frente a la puerta. Hecho esto empecé a apoyarla mientras con una mano acariciaba su espalda y con la otra por debajo de la tanguita de algodón, me di cuenta que ya no había vuelta de hoja.
Ella empezó a gemir de gusto ya que no dejaba de besarle la nuca, arrimarle mi animal por detrás, con una mano acariciarle el clítoris y con la otra pellizcarle los pezones, para ese momento duros, y pidiéndome que no parara.

De pronto note que el grupo estaba mas cerca y mirándonos como halcones, no les di importancia.
Después de unos minutos en esa posición, su conchita estaba muy húmeda y mi pene durísimo, decidí que era hora de ir más allá del simple cachondeo. Le pedí que se sentara en el escritorio (los pupitres eran una mesa para dos personas) dando la espalda a la ventana. En esa posición me senté en una silla frente a ella de modo que alzándole la falda podía ver su tanguita, para ese momento bastante húmeda. Empecé a besarle los muslos, que se ella abrió instintivamente, e inmediatamente le quité lo único que me impedía ver su partesita y percibir su aroma que no desconocía pero que siempre causaba en mí la misma reacción de bestia en celo, dándome la oportunidad de empezar a juguetear nuevamente con su clítoris, de color rosita e hinchado, y a la vez metiendo un dedo en sus labios ya abiertos.

Empezó a gemir nuevamente y mi lengua empezó a hacer lo suyo, lengüetear toda la parte del centro de placer, pero por la posición no alcanzaba a metérsela toda, así que para facilitarme el trabajo se puso hasta la orilla del escritorio, apoyando sus pies en dos sillas que estaban al lado y alzando la pelvis me acercó toda su conchita a mi boca, que sin pereza empecé a lamer, mientras tanto con una mano le hacía circulitos en su culito, que sin control se abría y cerraba al ritmo de sus gemidos. Empezó a sollozar, como siempre que alcanzaba un orgasmo, y de pronto cuando no aguantó más aprisionó mi cabeza con mucha fuerza entre sus piernas al mismo tiempo que decía:

-¡Me matas!- Con una voz en que se le iba la vida.

Yo aproveche para de un solo empujón de la mano dejarle ir todo el dedo por la colita, a lo cual ella reacciono más violenta todavía, apretando aún más fuertes las piernas.
El grupete de alumnas nos habían rodeado, observando cada detalle.
Pasada la euforia me pidió perdón por lo del apretón y me dijo que para recompensármelo me pagaría el favor recibido. Del mismo modo me pidió que me sentara en el escritorio y bajándome un poco los pantalones tomó mi verga, que para ese momento estaba tiesa y con una erección bárbara, hubo una inspiración generalizada por parte de las presentes, empezó a lamerla de abajo hacia arriba como si fuera un dulce exquisito, para acabar metiéndosela todo lo que le cabía en la boca, repitiendo esto muchas veces y cada una con un poco más de fuerza y velocidad. Esto lo hacía con una mano y con la otra se metía los dedos en la vagina para mojarlos y acariciarse su centro de placer. Esto me ponía a mil y trataba de aguantarme lo más posible para no eyacular de una.

Mis ojos se desviaron hacia las chicas, mire a cada una, en sus rostros se podía ver toda clase de emociones, curiosidad, excitación, nerviosismo, deseo, etc.
Le pedí que parara, lo que no hizo de buena manera, y le dije que lo que le iba ha hacer le encantaría. La pare frente al escritorio, le abrí las piernas y la empuje para que apoyara el torso sobre él, toque su culito, lo acaricie un poco, me quite la campera y la camiseta que traía debajo, empezaba a hacer calor en esa aula, tomo sus nalgas con sus manos y se las abrió mas, coloque mi verga en su ortito y empecé a empujar lentamente, se aferro al borde del escritorio gimiendo, con la calentura que se cargaba y sin salir aún de los sollozos se empujo hacia atrás quedando totalmente empalada, gritó y chilló y rápidamente se incorporo de la posición que estaba. Poco a poco y suavemente se balanceaba unos centímetros de adelante hacia atrás. Yo no me movía, dejando que ella se fuera acoplando a lo que tenía adentro, y así empezó el mete saca, cada vez con más fuerza. Al principio era ella quien llevaba el ritmo, pero poco a poco nos fuimos acoplando: nos separábamos y chocábamos con una fuerza terrible.
Seguimos así un buen rato hasta que acabe, las chicas miraban asombradas cada ves mas cerca de nosotros.

Saque mi miembro duro y enrojecido, lo sentía explotar, Dahiana volteo y lo miro con entusiasmo, sabia que ese no era el final, mire tentativamente a las chicas, estaban sonrojadisimas y claramente excitadas, no apartaban la vista de mi pene ni por un segundo.
Me senté en una de las sillas, ella se acerco, me rodeo con sus largas piernas y se sentó en mi , la penetre con cuidado, bajo lentamente hasta que lo hizo desaparecer entre sus labios, con una mano en mi rodilla y otra en mi nuca comenzó a cabalgar gimiendo mas y mas, las presentes formaron un circulo muy cerrado a nuestro alrededor, de tanto en tanto las mirábamos, casi invitándolas a unirse, pero era claro que no lo harían, estaban petrificadas por lo que sucedía.
No aguante mas y me puse de pie sin sacársela, la lleve hacia el pizarrón y la cogí con mas fuerza, estaba desencajado, note que la puerta se había abierto un poco, pero no me importo, seguí cogiéndola sin parar, de pronto, una de las chicas paso su mano por mi espalda con lentitud, la mire resoplando, se podría decir que la viole con la mirada, se aparto un poco, casi con miedo, Dahiana casi gritaba, la calle besándola, me abrazo en un enorme orgasmo, segundos después la inunde de semen, chorreábamos fluidos como catarata.

Estábamos exhaustos, me apoye en el escritorio, me dolían las piernas, nos quedamos así un rato, una de las chicas aplaudió pero las otras la acallaron, fue gracioso, se me ocurrió hacer una reverencia pero no podía.
Senté a mi niña en el escritorio y retire mi verga con lentitud, la limpie con cariño mientras recuperaba el aliento, nos besamos y le dije que la amaba.
Con una sonrisa me dijo que había sido muy excitante esa experiencia.
Antes de salir de aquel salón me pidió que tendríamos que repetir aquello con público ya que la ponía a mil.

Espero les haya gustado esta aventurilla en el colegio.....Si te ha gustado, dejame un coment