martes, 1 de junio de 2010

Tempting lingerie

aludos compañeros de aventuras!


Hoy les dejo un relato que hice, hace un tiempo bastante conciderable, con esta experiencia nacio una de las mejores relaciones que he tenido con una persona especial.

Espero que lo disfruten, tanto como yo al hacerlo.



Una chica como yo no debería asombrarse cuando tiene una buena relación con alguien, pero la química que existe entre este chico y yo no la había tenido con nadie. Y aunque no es el primero, hace que mi lado mas salvaje y primitivo se muestre completamente desinhibido.
Nuestro primer encuentro es algo que voy a conservar como las mejores noches de mi vida. Solo podía pensar en como se sentirían sus manos sobre mi cuerpo. Las había imaginado durante mucho tiempo.
Fuimos a un hotel muy conocido en la zona, la habitación tenia espejos en el respaldar de la cama y en el techo.
Fui al baño y me tome mi tiempo para ponerme la lencería que había comprado especialmente para la ocasión. Me subí las ligas de red negras muy lentamente, sintiendo mis manos sobre mis piernas y disfrutando de la sensación que me provocaba. El corsé de encaje a tono era mi pieza favorita, con el me sentía dispuesta a cualquier cosa, sentir como me ajustaba en la cintura y en los pechos me hacia dar ganas de que me lo arrancaran con los dientes. Aunque verlo puesto también me producía una excitación, casi inexplicable. Por últimos unos zapatos rojos para coronar la perra que esa noche llevaba dentro.
Cuando Salí me faltaba la respiración, solo necesitaba ver su cara para imaginar todas las cosas que le estaban pasando por la mente.
No podía esperar para tenerlo dentro mió, me sentía demasiado extasiada y aun no me había tocado.
Se sentó sobre la cama y yo sobre el, empezamos a besarnos mientras me tocaba la cola de una manera muy ubicada, aunque yo sabia que era una furia contenida.
En un momento todo se volvió borroso y confuso, el placer del tacto de sus manos cobre mis pechos iban mas allá de lo que hubiera podido imaginar. Deseaba su boca por todo mi cuerpo. Sus labios tan húmedos y calientes recorrían mi cuello haciéndome estremecer. Iban bajando, recorriendo un camino que solo me hacia querer mas. Su lengua sobre mis pezones me desesperaba, quería que siguiera lamiéndolos así, con tanta delicadeza y con tanto deseo. Y entonces mi primer orgasmo llego, producto del placer intenso que estaba sintiendo, no quería contenerme, quería mas, mucho mas.

Ya no podía mas, necesitaba tenerlo dentro mió, no podía seguir esperando y el lo sabia, lo veía en su rostro, lo deseaba tanto como yo. No hacia falta sacarme nada de lo que tenia puesto, todo formaba parte del juego. En un principio sentí dolor, pero me gustaba, quería sentirlo por completo, me quemaba por dentro, muy en lo profundo, era un calor devastador y placentero, completamente placentero.
Me puso de espaldas y yo apoyé mis rodillas y mis manos sobre la cama, verme en el espejo acelero mas aun la excitación que sentía, mis gemidos empezaron a aumentar, ya no podía controlarme, y llego el segundo orgasmo, mucho mas intenso que el primero.
Todo volvió a ponerse borroso, yo seguía en la cama en la posición de la perra que sentía adentro, una perra que había sido liberada por fin y que ya no podía parar de sentir placer. El punto máximo ocurrió cuando me tomo del pelo y me inclino la cabeza hacia atrás, ver la imagen solo hizo que un tercer orgasmo se sumara a los dos anteriores, pero no era suficiente, la perra y yo necesitábamos mas.
Entonces su ritmo empezó a acelerar haciéndose cada vez mas profundo, cada vez mas brusco, mas intenso, mas placentero, no pude contenerme mas, el cuarto orgasmo llego para terminar con una de las mejores noches de mi vida.
No podía respirar, el cuerpo me temblaba, el mínimo roce me producía unos escalofríos incontrolables. Mi corazón quería salirse de mi pecho, que se encontraba mas firme que nunca. Solo quería dormir….


Asi vestia esa noche