miércoles, 2 de diciembre de 2009

En la lluvia

Era uno de esos días en que parecía que nunca dejaría de llover. Pleno diciembre la temperatura, a pesar de la lluvia, rondaba los 30 grados y la noche había comenzado hacia rato.
Mi novia y Yo estábamos bailando desde hacía varias horas en uno de los boliches de esta ciudad. La cerveza ya había hecho sus efectos y el baile había pasado del tradicional agarrado de las manos a casi un show erótico. Ella se contorneaba muy cerca mío haciendo rozar su hermoso culo contra mi pija y sus contorneados pechos contra mi cuerpo. Subía y bajaba, me rodeaba y me besaba como si a nuestro alrededor no estuviera ningún de las poco más de 500 personas que llenaban esa noche el boliche.
Ya con la temperatura corporal más que elevada decidimos salir de ahí y dirigirnos derecho a la cama más cercana.

La lluvia no dejaba de caer y entre el alcohol y las ganas de tenernos el uno al otro basto una mirada cómplice para que comencemos a correr de techo en techo como si eso impidiera que nos mojáramos. Al cabo de una cuadra volvimos a soltar la calentura enredándonos en un beso que parecía brutal e interminable. Mi mano recorría su espalda y se metía por dentro de su pantalón para apretar las esas nalgas carnosas, luego las sacaba la pasaba por su por encima del pantalo que ya estaba tan apretado que dejaba dibujar las formas de sus labios. Mientras tanto sus manos acariciaban mi pija por sobre el pantalón, que ya parecía reventar las costuras por la presión que hacía un miembro apunto de estallar.

Nos separamos y agarrados de las manos volvimos a correr bajo la lluvia. Unos metros más adelante y sin pensaro me apoye contra una pared, la traje hacia mi, y levantandole la remare comence a morderle los pezones empapados por el agua. Su respiracion se aceleraba, mientras metiendole la mano en el pantalon le acariciaba la concha.
En medio del fuego y empapados , y con un segundo de lucidez, alcance a ver que a tan solo una cuadra de ese lugar habia un terreno baldío cerrado por un muro que en un sector estaba roto. "Con esta lluvia hay no va a haber nadie", pense y sin perder mas tiempo la tome de la mano y la lleve a ese lugar.

La calentura ya era extrema, apenas cruzamos la pared la empuje contra el muro y de un tiron arranque el boton de su pantalon, el cual no tardó mas de cinco segundos en ser bajado junto con la ropa interior. Le separe las piernas, me arrodille frente a ella y empece a chuparle la concha. Sentia como el agua de la lluvia que corria por su cuerpo se mezclaba los líquidos que salian de su vagina, mientras ella masajeabas sus hermosas tetas y yo le metia un dedo en la concha y otro en su hermoso culo. LLegó. Explotó.
Me pare, la di vuelta de un saque y la agache para dejar a la vista esa concha caliente, mojada y abierta para mi. Empece a penetrarla despacio. Una y otra vez, a medida que haceleraba el ritmo y la escuchaba gemir. El agua nos corria por todo el cuerpo, yo miraba como se deslizaba por sus nalgas mientras ellas golpeaban mi cuerpo. "Quiero ese culo", pense y despacio saque de mi billetera un sobre de lubrincante que unte en mis dedos y frote por su culo. Mientras mi pija segui entrando en su concha mis dedos empezaron a entrar en su culo, los gemidos se hiceron mas frencuente. "Me encanta que penetres por todos lados", soltó entre gemidos. "Más, dame más", se le escuchaba decir. "Quiero esa pija bien adentro del culo", deslizó y Yo sin pensarlo le cumplí el pedido. unte la pija de lubricante con un movimiento suave y lento se la introduje hasta el fondo.

"Asi me gusta, así" decia ella mientras se acariciaba la concha con una de sus manos. Ella metio sus dedos en la concha y comenzó a moverlos. "Te gusta tener los agujeros llenos", dije y ella contestó "me encanta si sos vos el que me llena". Mis movimientos se hicieron más rápidos y con la pija mas que dura explote al tiempo que ella también lo hizo. Nos vestimos. Nos fuimos caminanado bajo la lluvia sabiendo que a pocas cuadras todo volvería a comenzar pero arriba de una cama.
"Quiero volver a sentir tu pija en el culo, y algo grande el concha. Quiero sentri la doble penetración" me dijo apenas pisamos la vereda. En casa, con mi pija y un consolador la morocha sintió lo que quería. Pero eso sera otro relato para otro momento.