Desde pequeñitos Laura y yo hemos estados muy unidos. Nacimos el mismo día, cosa que hizo que nuestras madres se hicieran amigas con el correr del tiempo, ya que compartieron la misma habitación del sanatorio. Como este es un pueblo que recién esta creciendo, por aquella época no era difícil volver a encontrarse, y eso ayudo también. La considero casi una hermana..., y es así, porque lo hemos vivido casi todo juntos, crecimos juntos, fuimos juntos a la misma escuela, vivimos la adolescencia juntos, cuando cumplimos 18 años pude ver como Laura pasaba de ser una niña a una atractiva chica, y luego llegar a ser una bella mamá y esposa como es ahora. La verdad es que el cambio ha sido maravilloso.
Pero volviendo en esa época, (los 18), a pesar que todavía no estaba totalmente desarrollada, mi hermana "elegida" era una mujer deliciosamente formada. Se podría decir, que para estas épocas, seria la típica lolita o pendeja que se exhibe en Internet. Era y es alta, mide 1.78, delgada (no flaca esmirriada), y con un cuerpo muy bien definido. Si, ya se que los hombres sólo nos fijamos en las tetas y el culo, pero ella tenia mucho más aparte de eso (aunque las todavía tiene bien grandes y en su lugar). El culo era firme, compacto, apetecible hasta el hartazgo..., de esos bien redonditos que dan ganas de estrujarlo, manotearlo, aunque menos sea, mirarlo..., las piernas largas y perfectas, una melena casi rubia (un castaño muy claro), ojos color miel, donde podes perderte eternamente..., una verdadera musa calienta hombres. Ella era consciente de ello aunque no se vistiese de forma provocativa, sabia que tenia a varios pibes a sus pies, rogando por un instante de su atención (cosa que nos provocaba mucha gracia). Y sobre novios de juventud, se que tuvo solamente tres, que duraron poco, las causas del rompimiento eran siempre las mismas..., celos enfermizos hacia cuanto hombre la mirara. Por suerte nunca estuve involucrado en dichas peleas.
Nuestra relación siempre fue excelente, obvio, con discusiones como todos, pero terminaban casi al instante. Fui su paño de lágrimas cuando se peleo con sus novios..., si... las tres veces estuve ahí.
Ya me imagino lo que están pensando..., "este hijo de puta aprovecho ese lado flaco para entrarle... hincarle el diente".
Pero no..., nada mas alejado a eso...; nunca había sentido una atracción física hacia ella, aunque en los típicos años de la adolescencia en los que te matas a pajas no había dudado en mirarle las tetas, el culo y demás, incluso, en varias oportunidades, ella se había paseado flojita de ropa (bahhh... casi en bolas), delante mío, pero no le había dado mayor importancia, como si fuera algo natural entre nosotros. Por mi parte, se podría decir que he tenido bastantes novias, tranzas, aprietes y amigovias, aunque no se porque Laura nunca las aceptó, de hecho cuando se las presentaba me solía decir que era muy hábil en rodearme de las chicas más estúpidas y boludas del pueblo. Nunca comprendí esa reacción, ni tampoco quiero hacerme la cabeza a esta altura.
Esta historia tuvo lugar hace muchos años atrás. Era viernes, estaba en la casa de Laura, como era habitual (era mí otra casa). Mí "casi" hermana se disponía a salir con sus amigas, yo en cambio no salía y debía quedarme en mi casa, amargado, porque estaba sin un puto mango y mi vieja no me había habilitado un mísero billete.
Mientras volvía de la cocina, gaseosa en mano, por el pasillo observé la puerta del baño entreabierta y ví a Lau maquillándose y dispuesta para salir. La verdad es que estaba preciosa.
-No traigas a ningún machito a casa eh… - le dije sonriendo
-Que boludo sos..., ¿que? ¿Te molestaría encontrarme acostada con un chico? - contesto, haciéndose la seria
-No para nada..., pero si es un pibe, lo cago a piñas... y si es una piba me prendo yo también...- conteste largando una carcajada que fue correspondida de la misma manera.
La verdad es que este tipo de conversaciones con Laura eran muy frecuentes, siempre nos estábamos jodiendo sobre temas referidos al sexo.
10 minutos mas tarde, entró al comedor donde estaba con Hilda y Juan, sus padres, para despedirse y se fue sonriendo y mirándome. Creo yo, que era por lo que habíamos charlado un rato antes.
La siguiente hora me la pasé lidiando con el T.E.G., que jugábamos, tratando de zafar y evitar lavar los platos de la cena que habían quedado como castigo para el que perdiera. Obvio que no lo logre y tuve que ponerme a limpiar toda la cocina, pero con la ayuda de Juan que también había perdido.
-che... si no salís, porque no te quedas acá a dormir y mañana temprano nos hacemos un asadito - me dijo Juan.
- dale... - respondí.
Tampoco era la primera vez que me quedaba a dormir en la casa. Era como un hijo más, así que era como mi casa también.
Después de terminar, y hacer café, nos pusimos a mirar una peli y luego nos fuimos a dormir. Tire un colchón en la pieza de Lau y me prendí un pucho a la luz del velador.
Un pensamiento se instaló en mi cabeza, ¿algo interesante debería tener Laura en su habitación? Así que, con el mayor cuidado empecé a rastrear por la habitación. "algo tiene que haber"- me decía. Por más que busqué no logré encontrar nada. Ya estaba por resignarme, cuando, debajo del colchón de su cama, ví un cuaderno, del tipo agenda personal y un video cassette (de los de filmadora). Deje de lado el cuaderno y me dedique al cassette, quería a toda costa saber que era lo que allí se había grabado. Seguro que seria algo muy íntimo, por como había sido escondido.
Gracias a dios, por la tarde habíamos estado pelotudiando con la filmadora y había quedado en el living.
Salí de la pieza, como quien va al baño... un silencio profundo reinaba en la casa, ya Hilda y Juan dormían.
Recogí la cámara y me fui rápidamente al cuarto. Realmente me moría por ver que carajo había en ese video.
Ya con todo listo, lo primero que ví fue una grabación de Lau, común y corriente que duro apenas un minuto, dónde se apreciaba que estaba en un "asalto" con sus amigas, luego como si fuera un corte de la transmisión, apareció en los primeros segundos sólo la imagen de su cama, pero después vino la verdadera fiesta: Laurita aparecía completamente desnuda, sólo llevaba puesto un antifaz, tratando de ocultar su identidad. Mi corazón se aceleró cuando ví que al subirse a la cama, llevaba en su mano un pepino (si... UN PEPINO), de respetables proporciones. Prendió el grabador y empezó a sonar música y mi "casi" hermana se introdujo sin ningún tipo de preludio, ese armatoste en su vagina.
Siento el deber describir como era la escena, no solo para que ustedes se hagan una imagen casi vivida de la situación, sino para que yo también vuelva a disfrutar de ese excelso recuerdo, mientras escribo, como lo hice aquella noche:
"lo primero que me sorprendió fue ver que Lau se había depilado con forma de corazón su vello púbico, no tenia en mente haberla visto totalmente desnuda desde que éramos muy pequeños, y la verdad, reconocí en ese momento, que su cuerpo se había desarrollado mas de lo que podía notarse: sus pechos eran sencillamente espectaculares, grandes pero sin llegar a gigantes, perfectamente redondos y firmes. Su cuerpo delgado estaba tenuemente bronceado, delatado por las marcas de su traje de baño; y su cola aparentaba estar dura como una piedra. Pude ver su manchita de nacimiento, con forma de almendra, en la nalga derecha (me contó que la tenia, pero nunca me había dejado verla).
A todo esto, ella continuaba con su masturbación frente a la cámara, y a juzgar por su cara, a pesar del antifaz, lo estaba pasando francamente muy bien.
Es mas que obvio, decir, que mi pene pugnaba por salir de mi calzón, Que lo parió…! me había excitado con mi “casi” hermana!
Quiero aclarar, que por aquellos tiempos, este tipo de vínculos, aun sin haber lazos sanguíneos, se respetaban a rajatabla, como si realmente existieran. De más esta decir entonces, que pensar en esta situación, se consideraba prohibitiva, rayando casi el “incesto”.
El video duraba solamente tres minutos, pero lo tenía que volver a ver. Rápidamente rebobine y me dispuse a verlo de nuevo. Me prometí mil veces que no me masturbaría pero no lo cumplí, fue mas fuerte mi calentura. Saqué la pija del calzoncillo y comencé a pajearme mientras veía a Laurita meterse ese enorme falo vegetal. No tardé ni un minuto en acabar; como nunca, echando chorros de semen por todos lados.
Me sentí muy culpable por haberme pajeado con Laura, pero quien podía resistirse ante tal infernal pendeja.
Esa noche no pude dormir, le daba vueltas y vueltas al dichoso video, de hecho, de madrugada, encendí la filmadora de nuevo y volví a masturbarme, de lo caliente que estaba.
La verdad es que ese video era, para ese tiempo y particularmente para mi, pura dinamita. A las 6 de la mañana, escuche como Laura llegaba a la casa, pegué la cabeza en la almohada, haciéndome el dormido, sin desestimar el mínimo ruido que se originaba, para no perder detalle alguno. Entro en la habitación, y me imagino, que al verme acostado, saco su pijama y fue a cambiarse al baño.
La sola idea que Lau estuviera a metros mío, sacándose la ropa para acostarse, provoco una erección en mí ya, manoseado pene. Volvió y con sumo cuidado, sin hacer ruido, se metió en la cama.
No había caso, no me podía quitar de la cabeza la imagen de ella desnuda, masturbándose, gozando irreverente frente a la cámara. Asumí, en forma concreta, que Lau, definitivamente me gustaba, me excitaba..., y además, tenia algo que me daba una posición de ventaja sobre ella, había visto su video, sabia su secreto. Era mi deber sacarle partido.
Pasé el resto del fin de semana escudriñando lo que podía hacer, como haría para tenerla a mis pies. Mi plan era más que claro: acostarme con Laura.
No solo se trataba de tener sexo, de coger..., descubrí que sentía algo más por ella, que hasta ahora había permanecido oculto muy dentro de mí ser.
Empecé a ponerme celoso con solo pensar que ella se desnudaba ante otros hombres, podía (o mejor dicho, puede, aun hoy) sonar muy machista esta actitud, pero así era.
Tenia que lograr que Laura, de alguna manera, cayera en mi trampa, así que opté por chantajearla, para lograr mi objetivo.
Esperé hasta el miércoles por la noche, cuando pasé por su casa para dar una vuelta en coche. Pergeñe mil y una de posibilidades, pero elegí ir de frente y deseché lo del chantaje, no me dejaba satisfecho esa postura ni ella se lo merecía.
- Lau, la otra noche cuando saliste y me quede a dormir, encontré algo que no tenia que haber visto. Ya sabés a lo que me refiero.
- aja… y? – preguntó con total tranquilidad y desinhibición.
- bueno…, ehhh, quiero decirte que me gustó mucho lo que ví, nunca te imagine así, y que me calentaste tanto que me hice varias pajas en tu honor – continué, con un dejo de vergüenza, por como me estaba exponiendo ante ella, no solamente en mi rostro sino en mi voz entrecortada.
- no era la idea original de ese video que vos lo vieras… es mío y solo mío… , no se que carajo tenés que andar revisando mis cosas, pero como ya lo viste, no hay nada mas que hacer… solo te pido que no cuentes nada… - termino bajando el tono de enojo con el que había comenzado.
- no Lau, mi boca esta cerrada…- le contesté.
Nos quedamos en silencio por un buen rato, casi sin mirarnos...
Repentinamente, Lau se abalanzó sobre mí, abrazándome y dándome un tierno y húmedo beso en la mejilla.
- no te pongas así, no estoy enojada... tonto!!! -dijo y agrego - solo que no quería que nadie lo viera...- para culminar con - estuviste revisando todo, porque?
Ahí fue que a duras penas le comente lo que me estaba pasando antes y después de ver el video. Nada de lo que le dije le llamo la atención. Si tuvo especial reparo en mis sesiones masturbatorias.
- así que te pajeaste muchas veces? - pregunto
- si... tres veces esa noche antes que llegaras y después un par de veces mas...
- y como fueron???..., porque?..., como lo hiciste? - acoto insistentemente.
Le conté con lujos y detalles. Pude ver en sus ojos cierto brillo de orgullo y fascinación por sentirse sexualmente irresistible.
- hagamos un trato - me dijo.
- yo también quiero verte, pero no hoy ni ahora... - culmino
- cuando entonces? - pregunte, tragando saliva e intentando no demostrar mi asombro.
- yo te aviso.
Paso la semana sin dar indicios de nada, y por consiguiente yo daba por finiquitado el tema. Seguí yendo a la casa y viéndola como lo hacia siempre, y cuando teníamos la oportunidad de estar a solas, tanto ella como yo, obviábamos tocar ese punto.
Era un miércoles por la tarde, estaba en mi casa solo, había vuelto del laburo y me preparaba para darme un baño cuando llegó Laura.
No la esperaba ni tampoco habíamos arreglado algo, solo llegó como lo hacia habitualmente. Le grité, ya desde la ducha, que me esperara que ya salía.
Estaba secándome cuando Lau entró al baño.
Iba envuelta en una toalla blanca que apenas le cubría el cuerpo, me sorprendió de sobremanera, ella no parecía nerviosa. En silencio quedé mirándola.
-Perdóname, pero cortaron el agua en casa y no pude ducharme
Hubo varios segundos de silencio y de miradas entre nosotros.
Ante tal situación, Laura se encaminó hacia la ducha, dejo caer la toalla, mostrando la totalidad de su hermoso cuerpo desnudo, y se metió en la bañera. No podía reaccionar, estaba como congelado, y encima, el único que si había dado señales de vida era mi pene que ya estaba en plenitud ante ese espectáculo que disfrutaban mis ojos.
Ella viéndome así, se sonrió, me miró y dijo…
- que parada la tenes…!!! Quiero verte como te pajeas…
Comenzó a tocarse el cuerpo bajo la lluvia, estrujaba sus pechos y apretaba sus pezones, con dulzura…Dos de sus dedos empezaban a rozar su vulva que continuaba depilada con forma de corazón, mordiendo su labio inferior, sin dejar de mirarme.
Para ese momento yo, había comenzado a acometer contra mi pene con movimientos bruscos. Con un vaivén bien marcado le mostraba la totalidad de mi glande, que estaba casi morado. Gotas de fluido seminal se escapan y humedecían toda la cabeza.
Ya sentía que estaba por acabar, y ella también lo percibió y empezó a meterse sus dedos más profundamente y con mayor intensidad. Un chorro de espeso elixir masculino salio disparado en su dirección, y un ahogado gemido exhalaron sus labios. Habíamos llegado juntos al clímax.
Me tendió su mano para que volviera a entrar a la ducha.
Abrazados bajo el agua, nos quedamos en silencio, sintiendo cada uno de los espasmos que recorrían nuestros cuerpos, deseosos el uno del otro.
Cruzamos nuestras miradas y nos besamos apasionadamente, con mucha dulzura, mas como una demostración de entrañable afecto que por excitación.
En silencio, salí de la bañera, con el sentimiento de haber hecho algo que deseaba, pero que podría causar muchos problemas posteriores si alguien se enteraba.
Terminó de ducharse; mientras me secaba y me giré para no verla desnuda. Oí como se enrollaba en la toalla, pasó a mi lado, una nueva erección me abordaba y cuando ví su cuerpo mojado apenas cubierto por la toalla, con el rabillo del ojo, estuve a punto de explotar.
Durante el resto del día no cruzamos palabra aunque a veces nos mirábamos divertidos y expectantes por como seguiría la cosa de ahí en mas. Yo a pesar de mi sentimiento de culpa, intuía que tarde o temprano tendríamos un encuentro sexual y ella seguro que pensaba lo mismo.
Fui al gimnasio y volví a casa a las 21 horas y ella todavía estaba, charlando con mi vieja y ayudando en la cena.
Después de comer, mi madre, se fue a su cuarto a descansar y volvimos a quedamos solos Laura y yo. Estaba un poco arrepentido y culposo por haber propiciado lo del baño. Así que decidí llevarla a su casa.
En el camino no nos dirigimos la palabra ni cruzamos miradas.
Al llegar a su casa, baje a saludar a Hilda y Juan, pero ya estaban acostados.
- hacete un cafecito, que voy al baño, Lau...-le dije, dejándola en la cocina.
Cuando salí, no la encontré. Fui hasta su habitación...
- Permisoooo...
-Pasa - me dijo
Abrí la puerta y la ví tumbada en la cama mirando tele, ya se había cambiado, estaba vestida con una larga camiseta, y nada más.
-Vengo a pedirte perdón por lo de hoy a la tarde. Y por lo del video... no tendría que haberlo visto...- dije, dando media vuelta para retirarme.
-Espera, quiero volverlo a ver, que no me acuerdo de cuando lo hice... - me contesto.
Ante mi sorpresa, ya tenia la cámara lista, para ver juntos el video que tantas pajas y excitación me había provocado.
La situación era de lo más excitante, los dos juntos viendo las imágenes de como se metía ese pepino en su hermosa y rosada vulva. Estaba tan caliente que a pesar de todos mis esfuerzos la erección fue inevitable. Para colmo, como llevaba puesto joggings no había manera de ocultarla.
- ehhh…!!!!, ya la tenés dura…??? - y sin mediar otra palabra, estrujó mi pene en sus manos. Parecía alucinada como si no hubiera visto una verga antes.
Yo intenté zafarme, más por reacción que por ganas, pero ella agarraba mi miembro con más fuerza, mi calzón estaba a punto de reventar.
-¿Todo esto es por mi?, ¿tanto te excito? – me pregunto
Yo ya no podía más y se lo acabé confesando.
- Si!!, es por vos…, desde que te vi en ese video no paso un día sin imaginarte y pajearme, estabas muy puta…!!!
-¿muy puta? Ahora vas ver. – dijo parándose…
Abrió el armario y ante mi sorpresa sacó el antifaz que usaba en el video, y luego buscó en una caja de zapatos y extrajo una enorme “garompa” de goma. Se desnudó completamente dejando ver su precioso cuerpo y se puso en la cama en cuatro patas.
Sin decir una palabra se empezó a meter el “vergon” en su rosada vulva, que empezó inmediatamente a drenar flujos a un ritmo acelerado.
Me miraba con una cara de atorranta indescriptible y se metía el dedo en la boca.
La situación estaba al rojo vivo y no dudé en sacar la pija del pantalón y empezar a pajearme nuevamente con esa escena.
Mi pene endureció como una roca… Nos masturbamos frenéticamente, mirándonos pero sin tocarnos… No tardamos mucho en acabar; primero fue Laura la que tuvo un orgasmo delicioso, empapando la colcha de su cama; luego yo… lanzando chorros de semen que me empaparon las manos, las rodillas y cayeron hasta al suelo.
Respiramos agotados por el esfuerzo que habíamos hecho, pero al mismo tiempo sabíamos que aquello no iba a culminar así.
Mi verga no perdió su plenitud eréctil y estuvo en posición de combate a los pocos segundos. Me desnudé y me acerqué a la cama, donde Lau me esperaba abierta de piernas.
-No sabes las ganas que tenia de cojerte - dije.
-Cállate y métemela ya, quiero que me llenés con tu pija – respondió, casi en forma imperativa.
Sumergí mi boca, en su empapada y ardiente vulva, jugueteando con mi lengua sobre su duro clítoris y labios…, provocando, que se arqueara y retorciera de puro placer y acabara llenándome la cara con sus flujos.
Loco de éxtasis, besé todo su cuerpo, su vientre, sus preciosas tetas y sus pezones que apuntaban al techo hasta que nos fundimos en un beso maravilloso.
El “Bombón” no perdió el tiempo y se puso a chuparme la pija frenéticamente, estábamos los dos enajenados, a pesar de nuestra edad se veía que Laurita tenia experiencia en el tema porque me hizo una mamada perfecta, se metió toda mi verga de una vez y me acarició los testículos suavemente. A veces lo sacaba y chupaba solo el glande mirándome con cara de puta. Estuve a punto de eyacular, pero la hice parar porque quedaba lo mejor.
-Quiero que cojerte, quiero metértela hasta fondo… toda… - le dije – llenarte la concha de leche…
Se la metí de un solo envión, entró a la perfección pues estaba muy lubricada. Empezamos a cojer a un ritmo acelerado, muy común para esa edad…
Yo estaba encima y ella me agarró el culo para que se la metiera hasta el fondo e intentaba aprisionar mi pene con las paredes de húmeda vagina.
A los pocos segundos se ruborizó y dio un largo suspiro, acababa de tener otro orgasmo…
Yo seguía penetrándola con dureza, aprovechaba para mordisquear sus pezones, pechos, orejas…y ella me atenazaba con sus piernas y tironeaba de mis cabellos, pidiendo más…
Cambiamos de postura, ella se puso en cuatro patas ofreciéndome una privilegiada vista de su empapada concha. La agarré de las caderas y la penetre de golpe, mientras sentía como mis huevos chocaban contra la entrada de su cueva.
Laurita inició un movimiento circular con su culo que me hizo estar al borde de la eyaculación muchas veces.
Nos entregamos a un polvo de escandaloso, evitando gritar y gemir de placer par no despertar a sus padres.
-Métemela más fuerte, mas…!!! – suplicaba con la vos entrecortada
-si… Lau…., si…. te voy a llenar de leche.
Poco tiempo mas estuve bombeando, estaba al borde del paroxismo…, en una embestida final, clavé mi pene en lo más profundo de su vagina y acabe como nunca, llenando su hermosa cavidad con mi semen que termino saliendo de su vulva y manchando todas las sábanas.
Nos besamos y nos acariciamos durante mucho tiempo después, desnudos, sudorosos, exhalando placer y lujuria en cada roce de nuestros labios y manos…, disfrutando del maravilloso “pseudo incesto” que acabábamos de cometer. Sabíamos plenamente que volveríamos tener sexo cuando lo quisiéramos, así que no hicimos la falsa promesa de dejar y terminar todo allí.
Y obviamente que eso ocurrió, pero mucho tiempo después… historia que relatare próximamente…
Pero volviendo en esa época, (los 18), a pesar que todavía no estaba totalmente desarrollada, mi hermana "elegida" era una mujer deliciosamente formada. Se podría decir, que para estas épocas, seria la típica lolita o pendeja que se exhibe en Internet. Era y es alta, mide 1.78, delgada (no flaca esmirriada), y con un cuerpo muy bien definido. Si, ya se que los hombres sólo nos fijamos en las tetas y el culo, pero ella tenia mucho más aparte de eso (aunque las todavía tiene bien grandes y en su lugar). El culo era firme, compacto, apetecible hasta el hartazgo..., de esos bien redonditos que dan ganas de estrujarlo, manotearlo, aunque menos sea, mirarlo..., las piernas largas y perfectas, una melena casi rubia (un castaño muy claro), ojos color miel, donde podes perderte eternamente..., una verdadera musa calienta hombres. Ella era consciente de ello aunque no se vistiese de forma provocativa, sabia que tenia a varios pibes a sus pies, rogando por un instante de su atención (cosa que nos provocaba mucha gracia). Y sobre novios de juventud, se que tuvo solamente tres, que duraron poco, las causas del rompimiento eran siempre las mismas..., celos enfermizos hacia cuanto hombre la mirara. Por suerte nunca estuve involucrado en dichas peleas.
Nuestra relación siempre fue excelente, obvio, con discusiones como todos, pero terminaban casi al instante. Fui su paño de lágrimas cuando se peleo con sus novios..., si... las tres veces estuve ahí.
Ya me imagino lo que están pensando..., "este hijo de puta aprovecho ese lado flaco para entrarle... hincarle el diente".
Pero no..., nada mas alejado a eso...; nunca había sentido una atracción física hacia ella, aunque en los típicos años de la adolescencia en los que te matas a pajas no había dudado en mirarle las tetas, el culo y demás, incluso, en varias oportunidades, ella se había paseado flojita de ropa (bahhh... casi en bolas), delante mío, pero no le había dado mayor importancia, como si fuera algo natural entre nosotros. Por mi parte, se podría decir que he tenido bastantes novias, tranzas, aprietes y amigovias, aunque no se porque Laura nunca las aceptó, de hecho cuando se las presentaba me solía decir que era muy hábil en rodearme de las chicas más estúpidas y boludas del pueblo. Nunca comprendí esa reacción, ni tampoco quiero hacerme la cabeza a esta altura.
Esta historia tuvo lugar hace muchos años atrás. Era viernes, estaba en la casa de Laura, como era habitual (era mí otra casa). Mí "casi" hermana se disponía a salir con sus amigas, yo en cambio no salía y debía quedarme en mi casa, amargado, porque estaba sin un puto mango y mi vieja no me había habilitado un mísero billete.
Mientras volvía de la cocina, gaseosa en mano, por el pasillo observé la puerta del baño entreabierta y ví a Lau maquillándose y dispuesta para salir. La verdad es que estaba preciosa.
-No traigas a ningún machito a casa eh… - le dije sonriendo
-Que boludo sos..., ¿que? ¿Te molestaría encontrarme acostada con un chico? - contesto, haciéndose la seria
-No para nada..., pero si es un pibe, lo cago a piñas... y si es una piba me prendo yo también...- conteste largando una carcajada que fue correspondida de la misma manera.
La verdad es que este tipo de conversaciones con Laura eran muy frecuentes, siempre nos estábamos jodiendo sobre temas referidos al sexo.
10 minutos mas tarde, entró al comedor donde estaba con Hilda y Juan, sus padres, para despedirse y se fue sonriendo y mirándome. Creo yo, que era por lo que habíamos charlado un rato antes.
La siguiente hora me la pasé lidiando con el T.E.G., que jugábamos, tratando de zafar y evitar lavar los platos de la cena que habían quedado como castigo para el que perdiera. Obvio que no lo logre y tuve que ponerme a limpiar toda la cocina, pero con la ayuda de Juan que también había perdido.
-che... si no salís, porque no te quedas acá a dormir y mañana temprano nos hacemos un asadito - me dijo Juan.
- dale... - respondí.
Tampoco era la primera vez que me quedaba a dormir en la casa. Era como un hijo más, así que era como mi casa también.
Después de terminar, y hacer café, nos pusimos a mirar una peli y luego nos fuimos a dormir. Tire un colchón en la pieza de Lau y me prendí un pucho a la luz del velador.
Un pensamiento se instaló en mi cabeza, ¿algo interesante debería tener Laura en su habitación? Así que, con el mayor cuidado empecé a rastrear por la habitación. "algo tiene que haber"- me decía. Por más que busqué no logré encontrar nada. Ya estaba por resignarme, cuando, debajo del colchón de su cama, ví un cuaderno, del tipo agenda personal y un video cassette (de los de filmadora). Deje de lado el cuaderno y me dedique al cassette, quería a toda costa saber que era lo que allí se había grabado. Seguro que seria algo muy íntimo, por como había sido escondido.
Gracias a dios, por la tarde habíamos estado pelotudiando con la filmadora y había quedado en el living.
Salí de la pieza, como quien va al baño... un silencio profundo reinaba en la casa, ya Hilda y Juan dormían.
Recogí la cámara y me fui rápidamente al cuarto. Realmente me moría por ver que carajo había en ese video.
Ya con todo listo, lo primero que ví fue una grabación de Lau, común y corriente que duro apenas un minuto, dónde se apreciaba que estaba en un "asalto" con sus amigas, luego como si fuera un corte de la transmisión, apareció en los primeros segundos sólo la imagen de su cama, pero después vino la verdadera fiesta: Laurita aparecía completamente desnuda, sólo llevaba puesto un antifaz, tratando de ocultar su identidad. Mi corazón se aceleró cuando ví que al subirse a la cama, llevaba en su mano un pepino (si... UN PEPINO), de respetables proporciones. Prendió el grabador y empezó a sonar música y mi "casi" hermana se introdujo sin ningún tipo de preludio, ese armatoste en su vagina.
Siento el deber describir como era la escena, no solo para que ustedes se hagan una imagen casi vivida de la situación, sino para que yo también vuelva a disfrutar de ese excelso recuerdo, mientras escribo, como lo hice aquella noche:
"lo primero que me sorprendió fue ver que Lau se había depilado con forma de corazón su vello púbico, no tenia en mente haberla visto totalmente desnuda desde que éramos muy pequeños, y la verdad, reconocí en ese momento, que su cuerpo se había desarrollado mas de lo que podía notarse: sus pechos eran sencillamente espectaculares, grandes pero sin llegar a gigantes, perfectamente redondos y firmes. Su cuerpo delgado estaba tenuemente bronceado, delatado por las marcas de su traje de baño; y su cola aparentaba estar dura como una piedra. Pude ver su manchita de nacimiento, con forma de almendra, en la nalga derecha (me contó que la tenia, pero nunca me había dejado verla).
A todo esto, ella continuaba con su masturbación frente a la cámara, y a juzgar por su cara, a pesar del antifaz, lo estaba pasando francamente muy bien.
Es mas que obvio, decir, que mi pene pugnaba por salir de mi calzón, Que lo parió…! me había excitado con mi “casi” hermana!
Quiero aclarar, que por aquellos tiempos, este tipo de vínculos, aun sin haber lazos sanguíneos, se respetaban a rajatabla, como si realmente existieran. De más esta decir entonces, que pensar en esta situación, se consideraba prohibitiva, rayando casi el “incesto”.
El video duraba solamente tres minutos, pero lo tenía que volver a ver. Rápidamente rebobine y me dispuse a verlo de nuevo. Me prometí mil veces que no me masturbaría pero no lo cumplí, fue mas fuerte mi calentura. Saqué la pija del calzoncillo y comencé a pajearme mientras veía a Laurita meterse ese enorme falo vegetal. No tardé ni un minuto en acabar; como nunca, echando chorros de semen por todos lados.
Me sentí muy culpable por haberme pajeado con Laura, pero quien podía resistirse ante tal infernal pendeja.
Esa noche no pude dormir, le daba vueltas y vueltas al dichoso video, de hecho, de madrugada, encendí la filmadora de nuevo y volví a masturbarme, de lo caliente que estaba.
La verdad es que ese video era, para ese tiempo y particularmente para mi, pura dinamita. A las 6 de la mañana, escuche como Laura llegaba a la casa, pegué la cabeza en la almohada, haciéndome el dormido, sin desestimar el mínimo ruido que se originaba, para no perder detalle alguno. Entro en la habitación, y me imagino, que al verme acostado, saco su pijama y fue a cambiarse al baño.
La sola idea que Lau estuviera a metros mío, sacándose la ropa para acostarse, provoco una erección en mí ya, manoseado pene. Volvió y con sumo cuidado, sin hacer ruido, se metió en la cama.
No había caso, no me podía quitar de la cabeza la imagen de ella desnuda, masturbándose, gozando irreverente frente a la cámara. Asumí, en forma concreta, que Lau, definitivamente me gustaba, me excitaba..., y además, tenia algo que me daba una posición de ventaja sobre ella, había visto su video, sabia su secreto. Era mi deber sacarle partido.
Pasé el resto del fin de semana escudriñando lo que podía hacer, como haría para tenerla a mis pies. Mi plan era más que claro: acostarme con Laura.
No solo se trataba de tener sexo, de coger..., descubrí que sentía algo más por ella, que hasta ahora había permanecido oculto muy dentro de mí ser.
Empecé a ponerme celoso con solo pensar que ella se desnudaba ante otros hombres, podía (o mejor dicho, puede, aun hoy) sonar muy machista esta actitud, pero así era.
Tenia que lograr que Laura, de alguna manera, cayera en mi trampa, así que opté por chantajearla, para lograr mi objetivo.
Esperé hasta el miércoles por la noche, cuando pasé por su casa para dar una vuelta en coche. Pergeñe mil y una de posibilidades, pero elegí ir de frente y deseché lo del chantaje, no me dejaba satisfecho esa postura ni ella se lo merecía.
- Lau, la otra noche cuando saliste y me quede a dormir, encontré algo que no tenia que haber visto. Ya sabés a lo que me refiero.
- aja… y? – preguntó con total tranquilidad y desinhibición.
- bueno…, ehhh, quiero decirte que me gustó mucho lo que ví, nunca te imagine así, y que me calentaste tanto que me hice varias pajas en tu honor – continué, con un dejo de vergüenza, por como me estaba exponiendo ante ella, no solamente en mi rostro sino en mi voz entrecortada.
- no era la idea original de ese video que vos lo vieras… es mío y solo mío… , no se que carajo tenés que andar revisando mis cosas, pero como ya lo viste, no hay nada mas que hacer… solo te pido que no cuentes nada… - termino bajando el tono de enojo con el que había comenzado.
- no Lau, mi boca esta cerrada…- le contesté.
Nos quedamos en silencio por un buen rato, casi sin mirarnos...
Repentinamente, Lau se abalanzó sobre mí, abrazándome y dándome un tierno y húmedo beso en la mejilla.
- no te pongas así, no estoy enojada... tonto!!! -dijo y agrego - solo que no quería que nadie lo viera...- para culminar con - estuviste revisando todo, porque?
Ahí fue que a duras penas le comente lo que me estaba pasando antes y después de ver el video. Nada de lo que le dije le llamo la atención. Si tuvo especial reparo en mis sesiones masturbatorias.
- así que te pajeaste muchas veces? - pregunto
- si... tres veces esa noche antes que llegaras y después un par de veces mas...
- y como fueron???..., porque?..., como lo hiciste? - acoto insistentemente.
Le conté con lujos y detalles. Pude ver en sus ojos cierto brillo de orgullo y fascinación por sentirse sexualmente irresistible.
- hagamos un trato - me dijo.
- yo también quiero verte, pero no hoy ni ahora... - culmino
- cuando entonces? - pregunte, tragando saliva e intentando no demostrar mi asombro.
- yo te aviso.
Paso la semana sin dar indicios de nada, y por consiguiente yo daba por finiquitado el tema. Seguí yendo a la casa y viéndola como lo hacia siempre, y cuando teníamos la oportunidad de estar a solas, tanto ella como yo, obviábamos tocar ese punto.
Era un miércoles por la tarde, estaba en mi casa solo, había vuelto del laburo y me preparaba para darme un baño cuando llegó Laura.
No la esperaba ni tampoco habíamos arreglado algo, solo llegó como lo hacia habitualmente. Le grité, ya desde la ducha, que me esperara que ya salía.
Estaba secándome cuando Lau entró al baño.
Iba envuelta en una toalla blanca que apenas le cubría el cuerpo, me sorprendió de sobremanera, ella no parecía nerviosa. En silencio quedé mirándola.
-Perdóname, pero cortaron el agua en casa y no pude ducharme
Hubo varios segundos de silencio y de miradas entre nosotros.
Ante tal situación, Laura se encaminó hacia la ducha, dejo caer la toalla, mostrando la totalidad de su hermoso cuerpo desnudo, y se metió en la bañera. No podía reaccionar, estaba como congelado, y encima, el único que si había dado señales de vida era mi pene que ya estaba en plenitud ante ese espectáculo que disfrutaban mis ojos.
Ella viéndome así, se sonrió, me miró y dijo…
- que parada la tenes…!!! Quiero verte como te pajeas…
Comenzó a tocarse el cuerpo bajo la lluvia, estrujaba sus pechos y apretaba sus pezones, con dulzura…Dos de sus dedos empezaban a rozar su vulva que continuaba depilada con forma de corazón, mordiendo su labio inferior, sin dejar de mirarme.
Para ese momento yo, había comenzado a acometer contra mi pene con movimientos bruscos. Con un vaivén bien marcado le mostraba la totalidad de mi glande, que estaba casi morado. Gotas de fluido seminal se escapan y humedecían toda la cabeza.
Ya sentía que estaba por acabar, y ella también lo percibió y empezó a meterse sus dedos más profundamente y con mayor intensidad. Un chorro de espeso elixir masculino salio disparado en su dirección, y un ahogado gemido exhalaron sus labios. Habíamos llegado juntos al clímax.
Me tendió su mano para que volviera a entrar a la ducha.
Abrazados bajo el agua, nos quedamos en silencio, sintiendo cada uno de los espasmos que recorrían nuestros cuerpos, deseosos el uno del otro.
Cruzamos nuestras miradas y nos besamos apasionadamente, con mucha dulzura, mas como una demostración de entrañable afecto que por excitación.
En silencio, salí de la bañera, con el sentimiento de haber hecho algo que deseaba, pero que podría causar muchos problemas posteriores si alguien se enteraba.
Terminó de ducharse; mientras me secaba y me giré para no verla desnuda. Oí como se enrollaba en la toalla, pasó a mi lado, una nueva erección me abordaba y cuando ví su cuerpo mojado apenas cubierto por la toalla, con el rabillo del ojo, estuve a punto de explotar.
Durante el resto del día no cruzamos palabra aunque a veces nos mirábamos divertidos y expectantes por como seguiría la cosa de ahí en mas. Yo a pesar de mi sentimiento de culpa, intuía que tarde o temprano tendríamos un encuentro sexual y ella seguro que pensaba lo mismo.
Fui al gimnasio y volví a casa a las 21 horas y ella todavía estaba, charlando con mi vieja y ayudando en la cena.
Después de comer, mi madre, se fue a su cuarto a descansar y volvimos a quedamos solos Laura y yo. Estaba un poco arrepentido y culposo por haber propiciado lo del baño. Así que decidí llevarla a su casa.
En el camino no nos dirigimos la palabra ni cruzamos miradas.
Al llegar a su casa, baje a saludar a Hilda y Juan, pero ya estaban acostados.
- hacete un cafecito, que voy al baño, Lau...-le dije, dejándola en la cocina.
Cuando salí, no la encontré. Fui hasta su habitación...
- Permisoooo...
-Pasa - me dijo
Abrí la puerta y la ví tumbada en la cama mirando tele, ya se había cambiado, estaba vestida con una larga camiseta, y nada más.
-Vengo a pedirte perdón por lo de hoy a la tarde. Y por lo del video... no tendría que haberlo visto...- dije, dando media vuelta para retirarme.
-Espera, quiero volverlo a ver, que no me acuerdo de cuando lo hice... - me contesto.
Ante mi sorpresa, ya tenia la cámara lista, para ver juntos el video que tantas pajas y excitación me había provocado.
La situación era de lo más excitante, los dos juntos viendo las imágenes de como se metía ese pepino en su hermosa y rosada vulva. Estaba tan caliente que a pesar de todos mis esfuerzos la erección fue inevitable. Para colmo, como llevaba puesto joggings no había manera de ocultarla.
- ehhh…!!!!, ya la tenés dura…??? - y sin mediar otra palabra, estrujó mi pene en sus manos. Parecía alucinada como si no hubiera visto una verga antes.
Yo intenté zafarme, más por reacción que por ganas, pero ella agarraba mi miembro con más fuerza, mi calzón estaba a punto de reventar.
-¿Todo esto es por mi?, ¿tanto te excito? – me pregunto
Yo ya no podía más y se lo acabé confesando.
- Si!!, es por vos…, desde que te vi en ese video no paso un día sin imaginarte y pajearme, estabas muy puta…!!!
-¿muy puta? Ahora vas ver. – dijo parándose…
Abrió el armario y ante mi sorpresa sacó el antifaz que usaba en el video, y luego buscó en una caja de zapatos y extrajo una enorme “garompa” de goma. Se desnudó completamente dejando ver su precioso cuerpo y se puso en la cama en cuatro patas.
Sin decir una palabra se empezó a meter el “vergon” en su rosada vulva, que empezó inmediatamente a drenar flujos a un ritmo acelerado.
Me miraba con una cara de atorranta indescriptible y se metía el dedo en la boca.
La situación estaba al rojo vivo y no dudé en sacar la pija del pantalón y empezar a pajearme nuevamente con esa escena.
Mi pene endureció como una roca… Nos masturbamos frenéticamente, mirándonos pero sin tocarnos… No tardamos mucho en acabar; primero fue Laura la que tuvo un orgasmo delicioso, empapando la colcha de su cama; luego yo… lanzando chorros de semen que me empaparon las manos, las rodillas y cayeron hasta al suelo.
Respiramos agotados por el esfuerzo que habíamos hecho, pero al mismo tiempo sabíamos que aquello no iba a culminar así.
Mi verga no perdió su plenitud eréctil y estuvo en posición de combate a los pocos segundos. Me desnudé y me acerqué a la cama, donde Lau me esperaba abierta de piernas.
-No sabes las ganas que tenia de cojerte - dije.
-Cállate y métemela ya, quiero que me llenés con tu pija – respondió, casi en forma imperativa.
Sumergí mi boca, en su empapada y ardiente vulva, jugueteando con mi lengua sobre su duro clítoris y labios…, provocando, que se arqueara y retorciera de puro placer y acabara llenándome la cara con sus flujos.
Loco de éxtasis, besé todo su cuerpo, su vientre, sus preciosas tetas y sus pezones que apuntaban al techo hasta que nos fundimos en un beso maravilloso.
El “Bombón” no perdió el tiempo y se puso a chuparme la pija frenéticamente, estábamos los dos enajenados, a pesar de nuestra edad se veía que Laurita tenia experiencia en el tema porque me hizo una mamada perfecta, se metió toda mi verga de una vez y me acarició los testículos suavemente. A veces lo sacaba y chupaba solo el glande mirándome con cara de puta. Estuve a punto de eyacular, pero la hice parar porque quedaba lo mejor.
-Quiero que cojerte, quiero metértela hasta fondo… toda… - le dije – llenarte la concha de leche…
Se la metí de un solo envión, entró a la perfección pues estaba muy lubricada. Empezamos a cojer a un ritmo acelerado, muy común para esa edad…
Yo estaba encima y ella me agarró el culo para que se la metiera hasta el fondo e intentaba aprisionar mi pene con las paredes de húmeda vagina.
A los pocos segundos se ruborizó y dio un largo suspiro, acababa de tener otro orgasmo…
Yo seguía penetrándola con dureza, aprovechaba para mordisquear sus pezones, pechos, orejas…y ella me atenazaba con sus piernas y tironeaba de mis cabellos, pidiendo más…
Cambiamos de postura, ella se puso en cuatro patas ofreciéndome una privilegiada vista de su empapada concha. La agarré de las caderas y la penetre de golpe, mientras sentía como mis huevos chocaban contra la entrada de su cueva.
Laurita inició un movimiento circular con su culo que me hizo estar al borde de la eyaculación muchas veces.
Nos entregamos a un polvo de escandaloso, evitando gritar y gemir de placer par no despertar a sus padres.
-Métemela más fuerte, mas…!!! – suplicaba con la vos entrecortada
-si… Lau…., si…. te voy a llenar de leche.
Poco tiempo mas estuve bombeando, estaba al borde del paroxismo…, en una embestida final, clavé mi pene en lo más profundo de su vagina y acabe como nunca, llenando su hermosa cavidad con mi semen que termino saliendo de su vulva y manchando todas las sábanas.
Nos besamos y nos acariciamos durante mucho tiempo después, desnudos, sudorosos, exhalando placer y lujuria en cada roce de nuestros labios y manos…, disfrutando del maravilloso “pseudo incesto” que acabábamos de cometer. Sabíamos plenamente que volveríamos tener sexo cuando lo quisiéramos, así que no hicimos la falsa promesa de dejar y terminar todo allí.
Y obviamente que eso ocurrió, pero mucho tiempo después… historia que relatare próximamente…