martes, 20 de julio de 2010

Amante de mi hermano


Soy hija de Juan y Mabel, hermana de Iván, un año y cinco meses mayor que yo. Dueño de una conocidísima empresa láctea que por situaciones que leerán a continuación no daré a conocer.
Mi nombre es Jorgelina tengo 27 años y llevo la parte administrativa de la empresa de mi hermano.

Estoy a solo dos días de mi casamiento con Santiago, mi novio desde hace 2 años.

Esta mañana no sé por qué motivo me desperté rememorando ciertos recuerdos de mi niñez, y parte de mi adolescencia.

Si bien no debería sentirme orgullosa de ello, quiero ser sincera con ustedes y decirles que fueron los años más bonitos de mi vida, aunque para muchos pueda resultarles “bochornoso” y me tilden de inmoral.

Mamá y papá trabajan desde aquella época para una entidad gubernamental por lo que mi hermano y yo quedábamos al cuidado de la “Niñera”. Ella fue muy importante en nuestras vidas, en nuestro crecimiento y educación. Exigente y correcta como pocas; nos inculcó siempre sobre todas las cosas ser personas humildes, dignas y sinceras ante todo tipo de eventualidad.

Ella trabajó con nosotros haciendo los quehaceres domésticos hasta que le llegó la jubilación y dejó de trabajar.

Me fui por las ramas contando otros pormenores, pero bueno, quiero que conozcan bien “mi” historia.
Vamos al tema que nos ataña.

Era una tarde fría, típica del mes de Julio.

La niñera (Rosa) había ido hasta el centro comercial para proveer a la familia de comestibles para el fin de semana; siendo que todos los viernes al regreso de mis padres se retiraba a su casa regresando el día lunes muy temprano por la mañana.

Recuerdo jugábamos con Iván a las cartas sobre la alfombra del living frente al rojo fuego del hogar cuando le gané por segunda vez consecutiva a la escoba de quince.

Mientras yo festejaba con risas burlonas Iván indignado me desafió a seguir jugando, pero a diferencia de las anteriores y para darle emoción al juego debíamos quitarnos la ropa a medida que íbamos perdiendo los partidos.
Ese era el trato.

Cómo la suerte estaba de mi lado acepté risueña, gozando de ante mano mi próximo triunfo.

Tal cual mi pensamiento había ganado menos una, todas las manos.

Iván ya se había quitado casi todo, menos el boxer, en cambio yo sólo el buzo polar.
Pero de repente la suerte se me dio vuelta y empecé a perder partido tras partido.

¡Qué bronca!

Quise echarme atrás, pero Iván no me lo permitió, me desafío diciéndome que si no lo hacía era una “boba”. Y claro a esa edad que tu hermano te llame así no me divertía.

Lejos de mí estaba la idea de quedar como una boba ante “mi adversario”.

No me quedó más remedio que quitarme el corpiño, (no hacía mucho que lo había comenzado a usar) lo demás ya me lo había sacado. era ¡eso! o la bombachita. No tenía más opciones.
Aunque debo admitir que me dio bastante vergüenza hacerlo, estaba entrando en la adolescencia, (13) y si bien mi cuerpo no estaba del todo desarrollado, mis pechos ya eran llamativos, no por su gran tamaño sino más bien por su formita de pera; paraditos y de pezoncitos rosaditos apuntando hacia arriba.

Era la primera vez que mi hermano me veía así; “en tetas”, aunque éste estaba muy nervioso y hasta llegó a ruborizarse, igualmente sin disimulo fijó su mirada en mis pequeñas tetitas. No me sentí molesta ni nada que se le parezca, pensé que era “mera” curiosidad, así que no me llamó la atención “su” mirada punzante y seguí jugando...

Estaba a un solo partido de perder el juego. Ya me estaba poniendo nerviosa de solo pensar que me tendría que quitar la bombacha.

En la mano siguiente comencé a hacer una escoba tras otra (4), y sin darme cuenta había logrado la setenta completa, 4 más la setenta y el siete de oro, daba (6) je je suficiente para ganar el partido.
Cuando hicimos el recuento su cara se transformó.

Saber que le gané lo puso loco.

Era “mi momento”: el de divertirme y ver mientras se ponía rojo de furia cuando se quitaba el calzoncillo y pispiar lo que había debajo, je je
Creí que se iba a parar, agarrar las pilchas del suelo y mandarse a mudar.
Pero no, a pesar de estar rabioso por haber perdido cumplió con lo pactado, se lo quitó y el muy guacho me dice:

- bueno acá lo tenés, satisfecha? –

En ese momento pensé Dios mío que cosota más fea, pero a la vez me daba curiosidad, y se lo seguía mirando, aunque en aquel momento no comprendí porque lo tenía erecto. (Que inocentona éramos en aquella época)¡por Dios!

- Qué feo es – fue todo lo que atiné a decir…

Hizo caso omiso a mi comentario…

- Quiero tocarte las tetas- ¿me dejás? –



Bueno, solo un poco, pero si vos me dejas tocarte el pito.

- ¡Buenísimo! yo primero –

Se acercó y me las tocó suave y tímidamente, pero a los pocos segundos me las empezó a manosear y apretujar fuerte.

Bueno basta! Qué me haces doler, tarado.

-¿A ver el tuyo?

Él parado frente a mí dando justo con su cosa en mi cara, en ese momento pensé “¿o yo estoy loca ó se le está poniendo más grande?”

Era evidente… pero yo por aquel entonces lo desconocía, como mencioné antes; era muy inocentona, quizás más que otras nenas de mi edad.

Apenitas lo rocé me produjo escalofrío.

- ¡Tócalo! no seas sonsa, no te va a morder – (me respondió airoso).

No le contesté, pero le hice caso y se lo toqué un poco. Me daba “cosa”, aunque su piel era muy suave, y me estaba gustando acariciárselo.
Mis dedos se deslizaban con facilidad, pero seguía intrigada, ¿Cómo podía ser que “eso” aumentara de tamaño?

¡Qué boluda!

No me iba a quedar con la duda y le pregunté:
-¿Por qué se te puso así?

Jajaja (una risa burlona de su parte)

- Eso no te lo voy contestar hermanita,
¡Averígualo vos!

Se paró, agarró su ropa y se introdujo en el baño.

Yo hice lo mismo pero me fui arriba, a mi habitación, al pasar frente al baño me dio curiosidad (ganas de espiar), “pensé”- seguro que se está poniendo la ropa.

Pero no fue así.
Seguía desnudo y sostenía algo en la mano, al principio no me daba cuenta de que, ¡hasta que la reconocí! era “mi bombachita” la que dejé en la ducha y se me olvido llevar al lavadero.

El muy asqueroso la olía con los ojos cerrados, aspirando profundo y exhalando para largar el aire contenido. Con ella se frotaba su “cosota”.

Desde el ojo de la cerradura podía darme cuenta que la tenía enorme y firme.

En ese momento sentí repulsión al ver lo que hacía, y me empecé a preguntar si sería algo recurrente ó si esa sería quizás la primera vez.

Imposible saberlo a no ser que se lo preguntara. Cosa que no estaba entre mis planes.

Me fui a mi cuarto. Me cambie, y me puse a ver televisión (sin verla) en todo momento se me cruzaba la imagen de Iván oliendo mi bombacha, tocándose con ella.

Pasaron los días y ninguno mencionaba nada de lo ocurrido.

Pero una tarde habíamos ido a andar a caballo con mis primos mayores… al llegar a la casa corrimos al baño, nos peleábamos por quién se bañaba primero, él ya estaba prácticamente adentro del mismo, pero misteriosamente dejó de pelearme y me lo cedió …

- ¡Dale! entrá pendeja, pero no tardes mucho. –

Entré, me duché y cuando me quise secar me di cuenta que no había llevado ninguna toalla. Fui hacía la puerta para gritar que alguien me lo alcanzara.
(Alguno me iba a escuchar)

Pero al semi abrir la puerta asomé solo mi cabeza y para mi sorpresa me lo encuentré a Iván, agachado detrás ¿espiando?
Según él estaba a punto de golpear para preguntar si me faltaba mucho.

Tal vez era cierto, ¿Por qué dudar?

Luego de traerme un juego de toallas se quedó en el pasillo. Apurándome.

- ¡Dale nena! ¿Cuánto vas a tardar para secarte? Métele pata que quiero entrar…

¡Ya va idiota!

¿No ves que ya terminé?

Ni bien abrí la puerta para salir entró mofando casi a los empujones.

Inmediatamente me fui a cambiar. Me tiré en la cama y me puse a ver algo de tv.
Luego de cenar me fui a dormir, estaba cansada. La cabalgata me había “liquidado”.

Recuerdo haber soñado que Iván entraba a mi habitación con cuidado, como cuidándose de no despertarme.
Se sentó en la orilla de la cama a contemplarme mientras yo dormía plácidamente boca arriba.

Aún no había amanecido, había luna llena, lo suficiente como para filtrarse algo de claridad por el gran ventanal y ver la sombra de mi hermano y todos sus movimientos.

Me quedó mirando por largo rato. Luego creí sentir que me destapaba.

Quería decirle que no lo haga, pero no me salía la voz, (era como una especie de pesadilla en la que querés hablar, gritar y no podés).

Estiró su mano y muy suavemente acariciaba mi pierna, desde las pantorrillas hasta la ingle. Hasta que se detuvo en mis muslos, allí con la yema de sus dedos acariciaba por sobre la bombacha con movimientos envolventes (en aquella época me las compraba mi mamá y eran muy aniñadas, con motivos infantiles. Nada de tanguita ni culote, ni tampoco a mí me llamaba la atención usarlas. Era muy nenita.
Deseaba gritar, patearlo, no sé, algo para defenderme, pero mi cuerpo estaba inmóvil, como si éste estuviera separado de mi mente.

Sus dedos fueron por más… se filtraron orillando la única prenda que usaba para dormir, y por primera vez alguien que no fuera yo rozaba la “zona prohibida” (como la llamó mi mamá el día que tuvimos una “charla intima”, esas de mujer a mujer).

Habían pasado tan sólo cuatro meses de haber menstruado por primera vez…
Lo tengo muy presente porque desde entonces mi cuerpo comenzó a cambiar. Se empezaban a manifestar aquellas curvas que con el tiempo se fueron acentuando más.
Dejando atrás a la pequeña para convertirme poco a poco en la mujer que soy hoy…

Bueno sigo … que me voy de tema, je je

Cuando percibí sus dedos bajando por mi abdomen sentí una extraña sensación de bronca y placer, paradójicamente inexplicable.

Mi cuerpo y mis cuerdas vocales seguían sin responder. Él, sin embargo ajeno a mis intenciones continuaba sigilosamente hurgando con sus dedos en mi intimidad infiltrando en lo más profundo de mi ser, perdiéndose de a poco en la humedad que él había incitado…

Se mantuvo sumergido e inmóvil por unos segundos, tratando de asegurarse de no perturbar mi somnolencia…
En mi sueño mantenía los ojos abiertos, expectante a cada manipulación, ruido, algo que él no llegaba a divisar, siendo que la visibilidad era casi nula a la altura de mi cama. No obstante yo sí podía distinguirlo.

Me sentía impotente por no poder ejercer resistencia.

Después de un pequeño lapso comenzó a mover los dedos en forma ascendente en mi “zona prohibida”, y con la otra mano acariciaba mis tetitas en forma discontinua pasando de una a la otra.

Me daba culpa sentir placer, pero tampoco quería resistirme, muy ambiguo, lo sé. Disfrutaba en silencio.

Mi cuerpo se arqueaba al compas de sus estímulos, los que eran cada vez más y más acelerados, haciendo irresistible la llegada del llamado orgasmo, que tanto me gustaba… pero claro; siempre habían sido mis dedos los únicos que me habían otorgado ese placer, en la intimidad de mi cuarto en penumbras.

Los generosos movimientos de sus inquietos dedos naufragaron en mis fluidos como navegante experimentado; provocando en mí una secuencia de convulsiones orgásmicas (diferentes a las antes vividas) sintiendo como esa secreción pegajosa chorreaba hasta el hoyito de mi cola.

No sé si fue un ruido en la casa el que me despertó ¿ó qué?

Todo había sido tan real…

Prendí la luz y comprobé que estaba sola.
Desorientada por mis sensaciones. Estaba inquieta, perturbada, dudando que aquello hubiese sido tan sólo un sueño.

Con mi mano tantee mi sexo y efectivamente me encontré con aquellos fluidos.

No me atrevía a pensar que Iván había entrado a mi cuarto y había estado jugando conmigo mientras me suponía dormida. Me resistía a pensarlo era por demás morboso.

¡No! no podía ser, así que lo descarté casi al instante.

Al día siguiente se me dio por observar el comportamiento de mi hermano. Actuaba diferente, casi ni me miraba, parecía que trataba de evitarme todo el tiempo que fuera posible.
Si por alguna razón quedábamos solos él buscaba una excusa para irse.

Fueron pasando los días, los meses y todo seguía como si nada. Deseaba volver a vivir ese extraño sueño, pero nunca más se repitió.

Quedé altamente obsesionada desde ese día. Cada noche al irme a dormir no podía dejar de traer a mi pensamiento aquella agradable sensación que tanto placer me había dado.

Cerraba los ojos y revivía paso a paso lo de esa noche, y me volvía a excitar y a tocar cada vez. Ahogándome en gemidos mudos, apretando con fuerza mis labios reprimiendo el sonoro y magnifico estallido del éxtasis.

Un fin de semana que Iván se había ido de campamento con el grupo de boy scout, me dio ganas de curiosear su cuarto.

Revise un par de cajones y encontré revistas porno, muchas eran de mujeres asiáticas. Era hasta lógico que me topara con material de ese tipo.

Hasta ese momento no le conocíamos ninguna “amiguita”. (el pobre con algo tenía que desahogarse)

Lo que no era normal que entre sus prendas hubiese un par de tangas que yo ya daba por perdidas.
Automáticamente me acordé aquella escena del baño.

También entré a su computadora. Revisé todas las carpetas que contenían archivos y me encontré videos pornográficos al por mayor. Lo que no me imaginaba es que encontraría una carpeta que llevara de titulo “mi perversión”.

¡Ohhhhh sorpresa! ¡Era yo!

Fotos en las que estaba durmiendo. En el jardín tomando sol, y en otras partes de la casa en las que yo no sabía que era espiada, y menos fotografiada.


También tenía 8 videos titulados en la ducha 1, en la ducha 2 y así sucesivamente hasta llegar a 8. Me mató la curiosidad.

¡Me los miré a todos!

Pero no se me había ocurrido que la que estaría en ellos podría ser yo.

Se ve que programaba la filmadora cuando tenía la certeza que me entraría a duchar.

Algunos no se veían muy bien los primeros eran ángulos diferentes y se veía de lejos, y con el vapor era casi imposible adivinar los movimientos.
Pero a partir del cuarto video dio en el blanco. Encontró el sitio adecuado, donde capturó con precisión aquellos baños que inocentemente me daba, sin siquiera intuir que podía ser grabada por mi propio hermano.

Desde ese día mis duchas no fueron iguales, antes de entrar a ella miraba de reojo o de costado para saber si me estaba filmando. Las veces que estaba filmándome mis baños eran sensuales, y con los años a medida que iba creciendo eran cada vez más provocadores…

A los 17 años y aunque de novia seguía seduciéndolo a través de las filmaciones, algunas veces me comenzaba a tocar, excitándome sabiéndome espiada.

Ponía música para tapar mis jadeos con ella.

Una noche pasaba por su cuarto, pero tenía la puerta cerrada, y se me ocurrió espiar por el ojo de la cerradura.

¿Y a qué no saben lo que vi?

Estaba acostado en la cama con la filmadora conectada a la tv viendo una de mis últimas duchas, una de esas en las que me tocaba…
Verlo tirado en su cama con su gran pedazo entre sus manos pajeandose duro mientras me veía fue terriblemente excitante y morboso.

Y así continuamos por años, sabiéndonos espiados. Incluso creo que con el tiempo se dio cuenta que yo lo espiaba. Supongo que se avivó el día que estaba encerrado con su noviecita en el cuarto, cuando golpee la puerta para preguntarle sobre un libro que no encontraba y me grito:
- ahora no puedo, luego lo busco –

Por el tono de voz no fue difícil saber que estaba en medio de un polvo, así que me agache y me quedé espiando como lo hacían.

- No puedo explicarles los celos que sentí.
Me daba una tremenda envidia ver como la penetraba. Sin darme cuenta estaba tocándome mientras los miraba, cuando vi la verga de Iván entrando en el gran culo de Paola (porque era más bien gordita), se me hizo agua la boca, y pensé: ¿por qué Ariel (mi novio de entonces) no me coge así?


Obvio que no encontré respuesta, pero era lo de menos, porqué en ese momento deseaba que fuera mi hermano quién me cogiera así de rico…

Una noche de esas muy caliente estábamos (con Ariel) mete y ponga, mucha previa, sexo oral acabándole en la boca unas cuantas veces, un exquisito 69 (era nuestro preferido), patitas al hombro, abajo, arriba, cabalgata… un importante variadito de poses…


Ariel era muy bueno en la cama, a pesar de no tener una verga muy grande, pero era bastante gruesa y venosa.
Cuando por primera vez me pidió que le entregue la colita la idea me excitó terriblemente. Escucharlo pedirla tan exaltado y a la vez tan dulce me voló la cabeza.

Porque si hay algo que tengo que destacar de Ariel es lo bien que siempre me trató.
Pero me acordé de mi hermano y los ratones no me daban tregua, fue entonces que le dije que no.

-“No por ahora”-

¿Esperaba a Iván?

Inconscientemente creo que sí.

También pensaba que eso nunca iba a suceder, y que tal vez estaba perdiendo de gozar con mi novio por esa maldita obsesión-

Insistió un par de veces pero como me escucho muy segura de no querer, se rindió.

Cuando terminé la secundaria me fui a estudiar afuera, mi relación con Ariel no prosperó. Nos veíamos muy poco, y la verdad que yo en los últimos meses ya ni lo extrañaba.

Una vez desvinculada de Él empecé a salir con uno y con otro, compañeros de la facultad, o algún que otro chico que conocía en el boliche, pero nadie me “llenaba”.

Un tiempo después de alojada en mi nuevo hogar, un fin de semana viajó a visitarme Iván. Fue a llevarme algunas cosas que mamá me preparaba para que ponga en el freezer, típico en esos casos.

Cuando me llamó papá por teléfono para avisarme que venía mi hermano en su lugar un escalofrío me corrió por el cuerpo, las imágenes de aquella noche se hicieron presentes de inmediato.

Me sentía feliz, tenía muchas ganas de verlo, pero era más que seguro que vendría a presentarme su nueva novia. Yo aún no la conocía.

Pero no! Para mi mayor sorpresa llegó solo.

- ¡Hola hermanita! ¿Cómo estás locura? Se te re extraña pendeja del orto.

Ambos nos reímos con el comentario.

-Por acá todo bien hermanito, extrañando horrores a todos, con decirte que extraño tus peleas…

-Risas nuevamente de ambos-

-Te sentó bien el cambio a la gran ciudad.-Comentó-
Me decía mientras me estrujaba cariñosamente en un fuerte abrazo.

Entre mate y mate chimenteamos de todo y de todos.
“Juntos somos terribles”

A la hora de cenar pensaba cocinar algo rápido y liviano, y se lo comenté, pero parece que no le gustó mi menú porque me invitó a a comer fuera ja ja.

Comimos como si fuera la última vez y nos acabamos el exquisito malbec que Iván bien había sabido escoger.
¡Eso sí!, a mí se me subió un poquito a la cabeza. Me pegó mal. Estaba algo mareada…

Mi hermano se divertía de mi estado. Me gozaba.

-¿Para qué tomás nenita si te hace mal? (Decía descostillándose de la risa).

Me agarró del brazo y me ayudó a subir al auto; haciéndome prometer que no vomitaría dentro de él.
Una vez que llegamos al departamento fui directo a preparar un té. Eso ayudaría a calmar la indigestión.
Todavía era demasiado temprano para irnos a dormir.

Nos tiramos en los puff y nos pusimos a recordar algunas anécdotas de nuestra niñez. Algunas ni siquiera las tenía presente y me divertí mucho rememorándolas junto a mi hermanito.

Una cosa fue llevando a la otra cuando y entre tantos recuerdos graciosos nos sorprendimos resurgiendo aquel día que nos mostramos desnudos por primera vez. Nos mirábamos y tentábamos de risa.

-Me acuerdo que te sacaste la remera muy rápido. Ni corpiño usabas de tan pocas tetas que tenías.
-¿Ah sí?. Pocas tetas eh… Bien que te cansaste de ojeármelas en esa y en cada oportunidad que tenías…
Las risas de ambos no cesaban.

Yo no me podía quedar atrás. Tenía que burlarme también…
-¿Y vos? Cuándo pelaste el pitilín jaja Me parto de risa de tan sólo recordarlo…

-Por eso te negaste a tocarlo… ¿no? jaja ¡Andáaaa!
-Se te hizo agua la boca pendeja, vi como chorreaba un hilito de baba de ella.
Carcajadas va, carcajada viene… de a poco fueron menguando.

Terminadas las risas nos quedamos sin nada que decir. Estuvimos por largo rato sin hablar…

En ese momento el silencio fue nuestro cómplice de nuestros pensamientos.
¿Qué pasaría por su cabeza? ¿Morbo? ¿Melancolía? ¿Arrepentimiento de no haber avanzado en su momento?

Mmmmm Por la suya no lo sé, pero sí por la mía.

Por mi mente pasaron en flash todas aquellas secuencias que fueron motivo de los mejores orgasmos de aquella no tan lejana pubertad…

De golpe ambos alzamos la vista, nuestras miradas sincronizadas se cruzaron, ¿se buscaban? Se encontraron…

Me empujó del puff haciéndome caer sobre la alfombra. En un raudo movimiento. Él también se tiró. Dio un par de giros y quedamos enfrentados, a milésimas de distancia.

Se estiró lo poco que lo separaba de mí y me clavó su penetrante mirada. Su aliento se confundía con el mío.
- Es ahora o nunca ¿no te parece? Me dijo con voz de ganador…

No necesitó esperar mi respuesta.
Nuestras miradas se entendieron.
El lenguaje de nuestros cuerpos se hizo oír.

¡Actuó efusivo!
Me robó un beso, el primero de muchos.

Ambos estábamos muy nerviosos, no podíamos disimularlo, ni tampoco podíamos disimular las ganas que nos teníamos…

Literalmente nos comimos la boca. El sabor de lo prohibido fue supremo.

Nuestra respiración se agitaba. Las palabras sobraban…

En minutos su cuerpo y el mío ardían entre las llamas del deseo…

El aroma de su piel siempre me había atraído, pero ese día que pude acariciar la suavidad de ella, me di cuenta que indudablemente era la culpable de mi lasciva. Y con tan sólo el contacto de mis manos fue suficiente para sentir la ebullición de toda mi piel…

Mientras Iván se escurría entre mis dedos, gozaba ferviente, y cada milímetro de su cuerpo vibraba sobre el mío.
A partir de ese instante ignoramos nuestros lazos sanguíneos, y pasamos a ser amantes en lugar de hermanos…
No podíamos parar de poseernos, hicimos el amor toda la noche.

Por fin pude sentir su gran pedazo de carne en mis más íntimas cavidades. Lo deseaba tanto…

En plena lujuria del acto sexual le imploré que me hiciera la cola. Desaforados como estábamos, era el momento ideal. Aproveché y le confesé de aquél día que lo vi haciéndoselo a su ex y que desde entonces me perseguía la fantasía de que me lo hiciera a mí…

-¡Qué perrita que sos hermana! No haberlo sabido…-Me dijo entre espasmos-

Cambió de posición, fue detrás de mí y me puso a cuatro patas.

-Primero vamos a estimularlo… Susurró con un dotadísimo tono de excitación y de notable cancha.

Con su lengua jugueteó en mi ano humectándolo con su saliva mientras este se iba dilatando a sabiendas de lo que estaba a punto de recibir.

Creo que ese fue el momento que más deliré, estaba sacada, quería aprovechar el tiempo al máximo.
Cuando por fin sentí la presión de su glande empujando por entrar me agarré fuerte de las sabanas y lo empecé a insultar con palabras groseras.

-Rómpeme el culo de una buena vez.
Sé que me lo deseas desde que éramos chicos.
¡Dale!
Partime en dos pendejo del orto
¡Putito!
¡Úsame!
¡Haceme tuya!

-Quiero ver como se pierde mi pija abriendo tu hermoso culito.
Mirá que te hago mierda eh… si te la meto de golpe vas a gritar como una yegua.
¿Eso querés?
¡Tomá!

Ahhhhh ahhhhh ahhhh

Se confundían los gemidos de ambos mientras Iván forcejeaba por introducirla por completo.

-Así hijo de perra mándala hasta el fondo.

Reaccionó como yo quería, delirante, explosivo, energico. Había despertado mi lado más salvaje, y el suyo también.
Estaba cumpliendo mi fantasía más deseada.

Fuimos cogiendo por cada rincón de mi diminuto departamento. Dejando huellas de ese lujurioso encuentro carnal.
Lo sorprendí mientras lo cabalgaba bajándome así de la nada, era mi momento, era yo quién dominaría la situación…
Elevé sus piernas y las empujé sobre su cuerpo, dejando bien expuesto su hoyo, testículos y su pija dura como piedra. Y sin siquiera saber si le gustaba sentir la tibieza de mi larga y juguetona lengua fui directo a lamer su amargo y bien cerrado culito.
(Por cierto muy buena cola, prominente y firme).

-Uffff nena la puta que te parió… como me gustó eso…

-¿No me digas que ninguna de tus novias te lamía el culito?
-No. Nadie.

Mis gestos de asombro se mezclaban con la satisfacción que me produjo la respuesta.

Más a mi favor.
Me excitaba muchísimo lamerle ahí, y mientras con una mano lo pajeaba, con mi lengua subía hasta sus huevos y los saboreaba metiéndomelos en mi boca. Bah, lo que entraba de ellos. Y así intercalaba; comiéndome ano, bolas y pija…

Con la punta de mi dedo hurgué en su culo mientras le chupaba la pija con devoción. Se quejó un poco al principio, pero después le gustó.
Al ir retirando el dedo de su hoyo este latía presionando como queriendo que no saliera más…

No se imaginan lo que gozó… acabó de manera bestial…

Terminamos revolcándonos en la cama, lugar donde tuvimos un par de polvos más. Con una previa de lujo. Come la conchita maravillosamente. Sin exagerar perdí la cuenta de mis tantísimos orgasmos, los de él fueron seis. Los recuerdo muy bien. ¡Cómo olvidarlos!

Nos temblaban las piernas, todo nuestro cuerpo vibraba de placer. El goce fue absoluto, sublime.


Nos sorprendió el amanecer abrazados, exhaustos...
Nos habíamos dormitados; una escena digna de haber sido capturada como insignia de esa memorable noche.
Al caer a la cuenta de lo que habíamos hecho no pudimos evitar sentir culpa. Arrepentidos por el desliz experimentado.

Nos levantamos, desayunamos casi sin promediar palabras, lo único que dijo fue:
-Te dejo la plata que mandaron los viejos. Y de lo otro, hagamos de cuenta que nunca pasó. Y se fue mucho antes de lo planeado (me había dicho que se iría por la tarde)

Me quedé con una rara sensación. Plena por un lado, vacía por el otro…

Pasaron los días, y en mi cabeza seguían las imágenes de “esa” noche.

Para colmo no se lo podía contar a nadie. Mis amigas no me entenderían. No tenía con quién descomprimir la angustia que acarreaba.

Me costaba enormemente concentrarme en la facultad. Me sentía mal, triste, abatida.

Llamé varias veces a la casa de mis padres en las siguientes semanas con la esperanza de que en algún momento fuese Iván el que atendiese, pero no; no tuve suerte.

Mamá me comenzó a enviar las encomiendas con una empresa de transporte qué casualmente el dueño es amigo de la familia y coincidentemente Esteban el hijo de este cursaba en otra facultad de la gran ciudad.
Y alguna que otra vez lo hicieron personalmente mis padres. Pero Iván no apareció más.

Y así pasaron los meses hasta que llegó el verano, y con él las vacaciones. Como cada temporada me fui a la casa de mis padres o sea a mi casa.

Y ahí no pudo evitarme, nuestro primer encuentro fue frío, distante. Pero con el correr de los días ambos nos íbamos liberando de aquello que tanto nos angustiaba…

Una noche de jueves mis padres se fueron a una cena empresarial. Motivo por el cual Iván y yo nos quedamos a solas por primera vez después de tanto tiempo.

Estaba en la compu cuando entró Iván al cuarto a preguntarme si quería comer empanadas de la rotisería de la vuelta, (sabía muy bien que eran mis preferidas) Obviamente le di el OK.

Nos acomodamos sobre almohadones en el piso del living junto a la mesita ratona mientras hacíamos zapping hasta que por fin nos pusimos de acuerdo; una peli estaba comenzando y tenía toda la pinta de estar muy buena. Comimos y tomamos cerveza hasta el hartazgo.

Poco rato después y producto de la excesiva cantidad de birra consumida me comencé a reír como una idiota, por cualquier cosa. ¿Se repetía la escena?

Siempre que tomo un poco de más me produce lo mismo. La falta de costumbre. Me da por decir boludeces y tentarme por cualquier cosa.

La película pasó a ser ignorada por ambos.

Iván también había tomado mucho, mucho más que yo.

Empezamos a empujarnos, reírnos de la nada misma, matarnos a almohadonazos. Una cosa fue llevando la otra, el tema es que al rato nos estábamos busconeando como locos.

¡Incontrolables! nos decíamos barrabasadas, celándonos como dos viejos amantes que habían dejado pasar el tiempo como si eso fuera a cambiar los sentimientos.
Sacamos todos los trapitos al sol en medio de la calentura que bullía de nuestros poros.

Era ineludible, necesitábamos hacernos el amor.

Terminamos desgarrandos la ropa del otro con toda la calentura a flor de piel. Revolcándonos con furia y pasión poseyéndonos como aquella primera vez.


Me alzó y llevó a su habitación y allí la seguimos entre besos y arrumacos como dos ¿enamorados? Cogiendo hasta caer desplomados uno al lado del otro.

Deseaba quedarme a vivir en ese cuarto, dormirme abrazada a él. El deseo era más fuerte que yo, pero no podía correr el riesgo de que mis padres nos encontraran. Cuando decidí pararme e irme Iván me agarra la pierna y me dice: -quédate negrita, durmamos juntitos.

Ahhhhhh…. Qué placer escuchar su “casi” ruego. Me sentí flotar sobre pompas de jabón.

Le expliqué de mi miedo a que nos descubrieran y me tranquilizó diciendo: -a mi cuarto nunca entran sin llamar, así que podés quedarte tranquila.

Con tan sólo eso me convenció.

Eran tantos mis deseos por quedarme que no necesité más que eso.

Fui a mi habitación, saqué la llave y cerré la puerta del lado de afuera.

Pasamos lo que quedaba de la noche acariciándonos, besándonos. No nos podíamos hacer más los tontos. Hablamos de nuestros sentimientos, de lo mucho que sufrimos después de aquella vez en mi departamento por no querer aceptar lo que nos pasaba. Era una atracción demasiado fuerte como para ignorarla.

Nos prometimos desde ese momento sincerarnos siempre, bajo cualquier tipo de eventualidad; pasara lo que pasara.

Viví la mejor noche de mi vida, y creo sin lugar a equivocarme que también lo fue para Iván.

Al día siguiente, 11:20 me desperté a su lado, dormía con carita plácida. Lo disfruté en silencio. Me lo quedé mirando como una tonta y pensando cómo podía sentirlo como hombre más qué como hermano.
Salí de esas preguntas sin respuesta y lo besé suavemente en los labios y sin que se despertara me marché a mi cuarto.
Estaba feliz por la noche vivida. Me volví a dormir sobre mi cama pero con el aroma de su piel impregnada en la mía.

Desde entonces nos seguimos viendo a escondidas hasta el día de hoy …


Hace 3 años que me recibí de contadora. Iván me ofreció trabajo en su empresa. Obviamente acepté. Qué mejor…
Desde entonces trabajo para mi hermano qué es doblemente placentero.

Me paga el doble de lo contemplado por la ley y además tenemos la excusa perfecta para pasar más tiempos juntos.

Iván montó una habitación a todo vapor al fondo de la propiedad, desde entonces ese es nuestro nidito de amor.
Hace 2 años y algunos meses se casó con “Flavia” aquella chica quedada, tímida, pero buena mina con la que ya estaba saliendo cuando tuvimos nuestro primer encuentro sexual. A la que dice querer mucho, pero que no lo satisface en la cama. (El mismo tiempo que hace que yo empecé a salir con Santiago)
Es entendible, porque Él es terriblemente sexual. Necesita hacerlo todos los días y hasta más de una vez, y parece que ella es algo reacia, y no le soporta el ritmo. Cosa que yo sí, porque soy tan calentona como Él y disfruto mucho del buen sexo. Nada de rapiditos ni de simples misioneros. Santiago es muy fogoso también, y no deja escapar oportunidad de hacerme el amor cada vez que puede. Pero yo soy insaciable, como una verdadera ninfómana; siempre quiero más…

Flavia actualmente está embarazada de 8 meses, y me acaban de dar la noticia que me eligieron de madrina para su primera beba a la que llamaran “Ariane” y a la que voy a amar con locura, sin lugar a dudas.

Con mi cuñada me llevo fantástico, jamás desconfiaría de mí. Si supiera… con lo pacata que es se muere si se llegara a entender que su marido, mi hermanito, y yo cogemos a sus espaldas como dos buenos amantes.

Con mis 27 años y con todos los nervios normales de una inminente boda, estoy plena porque tengo todo lo que quiero, un futuro marido al que adoro y con el que estoy segura voy a ser muy feliz.
Unos padres joviales gozando de buena salud, babosos por la pronta llegada de su primera nieta y de su “nenita” a punto de dar el sí con el yerno ideal (lo adoran) Y cómo si esto fuera poco tengo el mejor amante que podría llegar a tener…
¡MI HERMANO!


martes, 13 de julio de 2010

Mi Hermanita Ingenua

Con mi hermana María jose siempre tuvimos una relacion muy cercana, quizas por llevarnos apenas 2 años.
Esta aventura comenzo cuando ella empezo a salir con su primer novio, estaba mas nerviosa que de costumbre.
Una tarde me llama para hablar en su cuarto, al entrar al cuarto alli estaba ella sentada con la mirada perdida.
- sentate hay algo que quiero contarte.
- que paso?? Pregunte curioso.
- Marcelo se propaso conmigo… contesto.
- Como que se propaso?
- Estabamos sentados en living de su casa besandonos y el saco su pene afuera del pantalón…
- Es normal.. le conteste indignado. Los hombres somos asi solo pensamos en sexo.
- Es que eso no fue todo hermanito! Me pidio que lo masturbe!
- Y vos que hiciste?
- Discutimos y me fui de su casa. Nunca estuve con nadie y me da miedo defraudarlo.
- Si el te quiere te va a tener que esperar. Dije mientras bese su frente y Sali del cuarto.
No podia dejar de pensar en la situación mi hermana con sus ojos verdes y su cuerpo perfecto le quitaria el aliento a cualquiera. Entendia la situación de su novio.

A la tarde siguiente mientras estaba en la computadora entra mi hermana.

- que anda pasando maria? Pregunte.
- Te quiero pedir un favor. Dijo con voz nerviosa.
- Cual?
- Me dejarias masturbarte?
- Pero vos estas loca? Conteste indignado pero excitado.
- Es que no quiero perder a mi novio ademas quedaria entre nosotros y vos me enseñarias a como hacerlo bien.

Me quede hipnotizado por la situación unos minutos, sin poder creerlo.

- mira maria lo que me pedis es algo muy serio. Pero soy tu hermano y te quiero asi que lo voy a hacer por vos siempre y cuando no salga de aca.
- Quedate tranquilo hermano que nadie se va a enterar.

Dicho este me acoste en la cama y le indique a ella que se arrodillara frente a mi, la excitación era tremenda podia ver sus pezones erectos a traves de su musculosa. Por unos minutos iba a dejar de pensar que era mi hermana. Me baje el pantalón y me quede en boxer.

- acariciale suavemente sobre el boxer. Le indique.
Ella muy despacio movio su mano alrededor de mi pene hasta que la cabeza pedia salir afuera. Una vez erecto saque mi pene afuera.

- ahora agarralo y subi y baja el cuerito de mi pene.
Obedientemente subia y bajaba el cuero, me estaba haciendo una paja terrible, veia como sus senos se movian al unisono. Al cabo de unos minutos me pregunto.

- no deberia salirte la leche hermanito? Esta bien como te pajeo? Pregunto.
- Es que mira.. me gustaria ver tus tetas eso me va a ayudar a acabar. Pedi.
Saco sus senos afuera y acelero el ritmo de la paja no pude contenerme y acabe, mi leche salia de mi pene mientras salpicaba la mano de mi hermana.

- ya esta? Pregunto.
- Si. Conteste.
- Ya estas lista para darle placer a tu novio. Pero acordate de tu promesa.
- No te hagas problema! Y muchas gracias sos lo mas hermanito! Dijo mientras beso mi frente.

Pasaron unos dias en donde todo volvio a la normalidad, seguia siendo mi hermana amorosa que siempre conoci.

Después de cenar me fui a acostar.
De pronto entra mi hermana a mi pieza.

- tengo otro favor para pedirte.
- Otro? Pregunte pensando con que iba a salir.
- Si. Quiero que me enseñes a chuparla.
- Estas segura? Mira que eso no es lo mismo que una paja. Dije.
- Quiero que me enseñes vos dijo.
Sin decir mas me saque la ropa y ella quedo en tetas asumiendo que me encantaba verla asi. Saque mi pene y ella comenzo a acariciarlo hasta que se puso dura.
Le pedi que lamiera el pene y las bolas primero antes de llevarsela a la boca, dulcemente lamio cada centímetro de mi pija dura. Comenzo a besarla cosa que me volvio loco le pregunte donde aprendio eso y me dijo que viendo videos por internet.
Muy despacio se la metio en la boca y le marque el ritmo mi pija entraba y salia de su boca mientras gozaba de placer.
- como me gusta chuparte la pija hermanito. Sos lo mas. Dijo
acelero sus movimientos y sin poder evitarlo me corri dentro de su boca. Ella rapidamente retiro su boca para no tragar mas semen.
Se limpio la boca me beso y salio del cuarto.
No podía creer que habia iniciado a mi hermana.

lunes, 5 de julio de 2010

Mi cuñadita 7

Mi Cuñadita
!Hola! Gracias a los que comentan... seguramente piensan que el titulo no tiene nada que ver con los relatos, Comence con la idea de contar una historia, termine contando toda una serie de acontecimientos, ya se acerca la historia por la que realmente comence a relatar...
ahora Vamos por la 7ma parte


El sol encandilaba, la bese con pasión antes de despedirnos… esa noche nos la pasamos abrazados y cogiendo tiernamente, me contaba cosas y yo lo mismo la despedí con una pequeña sensación de vacío, la veía ingresar a su casa y ya la extrañaba.
Era lunes, hasta el viernes la tendría así que me imaginaba las cosas que le haría el resto de los días por lo menos 3 noches como mínimo seguro la tendré pensé excitado pero al mismo tiempo con un halo de decepción.
Me desperté a las 18hrs. Había dormido todo el día, mis padres ya no estaban así que no tenía la camioneta, iba a ser un pequeño problema ir a buscarla y llevarla a un telo así que arregle con mi amigos Cristian que me preste la casa, como el laburaba 15 días por 15 de franco, (es técnico en higiene y seguridad, pero más delante contare eso) tenía su casa sola
Quedo en ir a las 3 am. Había arreglado con unas ex compañeras para salir a comer algo y ponerse al día, la ansiedad me invadía no quería parecer pesado pero me moría por mandarle algún msj preguntándole como la estaba pasando, cualquier cosa para saber que hacia…
Me dormí mirando la tele, soñé miles de cosas extrañas hasta que me despertó el timbre del celular, conteste medio dormido y sentí su voz
-¡abrí que voy llegando! Me dijo y corto
-salte de la cama el sueño se había despabilado en ese instante, me lave la cara y Salí presuroso a abrir la puerta, cuando abrí ella estaba allí con una botella de New Age y su carita de nena mala.
-¡Me aburrí y vine antes! Dijo sonriendo, mire la hora y eran la 1am. La bese y entramos
Estaba contenta, mas gata que de costumbre me besaba y me avanzaba, sus manos me tocaban la pija por sobre la bermuda que estaba realmente dura a esas alturas
-¡Me estuvo esperando despierta! Dijo en tono cómplice mientras metía su mano por debajo de la bermuda
Sonreí no me salía nada realmente me inhibía así que seguí besándola
-¡hoy vine bien putita para que me cojas fuerte! Dijo mientras me mordía los labios con fuerza
Abrí mis ojos de par en par, su determinación me sorprendía, solté un grito de dolor por la fuerza en la que me mordió el labio
-¿Que te pasa bebe? ¿Te lastime? Me dijo tiernamente y preocupada
Me sorprendí por la dualidad de su comportamiento
-¡No! ¡No cosita hermosa! Atine a contestar sorprendido
Se volvió a convertir en una gata y me tiro sobre el sillón sus ojos brillaban se notaba que estaba caliente y quería coger, me sorprendía verla así todavía me costaba reaccionar
Tenía un vestido, cortito al cuerpo color negro con unas pequeñas tiras, con hombros descubiertos, sus bucles dorados hacia delante se escurrían entre su escote, me obligo a abrir el vino aunque no tenía ganas de tomar y me hizo que ponga un tema sexy en el equipo (x suerte con mi amigo somos fanas Ac-dc) puse Back in Black y me dijo:
-¡sentarte y disfruta mi primer show!
Tome un largo trago de la botella sorprendido, no conocía esta doble personalidad de Steffy y me senté en el sillón, tomo el control remoto del equipo y luego de que me senté volvió a poner el tema en el equipo, lo que siguió fue magistral, perfecto, sexy, único, maravilloso
No sé como describirlo, solo recuerdo que mientras me devoraba la botellas de New Age por la excitación, y los acordes de Back in Black sonaban, sus manos masajeaban su nuca, su bucles dorados se esparcían por su rostro, las tiras del vestidos resbalaban por sus hombros, pronto de a poco casi con una sensualidad perfecta, poco a poco su hombro descubierto dejaba ver su corpiño, su abdomen… las tiras de su bombachita.
Yo atónito seguía pasmado viendo como tanta belleza se desplegaba enfrente mío, se acerco lentamente bailando sexy, luego… gateando me bajo la bermuda, mi excitación era monstruosa, ¡mi pija estaba durísima! Me miro con su personaje de gata a flor de piel y con la lengua lamio la cabeza de mi pija emulando ser ¡una gatita!
Tratando de no ser un eyaculador precoz, trate de desviar mi excitación… trate de enfriarme pensando cosas desagradable, pero era prácticamente imposible, su cara de nena puta me podía, atine a tomar su pelo y observar la majestuosidad de ese rostro, contemplando lo perfecto de la escena… su espalda arqueada, su pelo rubio desordenado, su bombachita costosa, su piel dorada, eran complementos únicos, realmente amaba a esa mujer que me chupaba la pija…
Pasaron unos minuto y la aleje de mi pija, comencé a besarla apasionadamente, mis manos recorrían sus pechos, su abdomen su concha su cola, todo su cuerpo.
Sentí nuevamente mis deseos oscuros, animales por así decirlo invadirme nuevamente, cuando estos me invadían, no existían la caballerosidad ni la ternura me convertía literalmente en un animal…
la agarre, la di vuelta y comencé a chuparle el culo, soltó unos grititos de placer, la tome con fuerzas de sus manos y las deposite en su espalda mientras mi lengua saboreaba ese agujero chiquitito hermoso que tenia, intente meterle un dedo y soltó un grito de dolor acompañado por una advertencia y un sutil insulto.
-¡Ni se te ocurra hacer eso! ¡No seas hijo de puta!
¡Listo! pensé más que advertencia me pareció una señal de aprobación.
Seguí enfocado en su culo, mi deseo animal iba mutando mi comportamiento, la tome de los pelos y le clave la pija en la concha sin preámbulos, sus gritos se hacían escuchar, tome su cintura pequeñita y con fuerzas empecé a arremeter, su excitación era tal después de unos minutos que no tenía problemas para decirme cosas u insultarme, parecía que le daba placer hacer eso…
Notando como acababa, aproveche y le cole un dedo en el culo, note como se resistía pero lo dejo entrar, pensé ¡esta es mi chance, ese culo debe ser virgen!
Así que lo deje un rato dentro de su cola luego metí un segundo, ya sus gritos de placer no parecían de placer, me miro con cara de odio y dolor pero no me dijo nada
Es ahora o nunca pensé, mientras le di unos tragos de vino
-¡Toma más! Le dije luego de un discreto trago
Mis dedos seguían en su culo, cerró los ojos y tomo un trago realmente largo, casi a fondo blanco, quedo muy poco en la botella, tome lo que quedaba convencido que ella esperaba que le clave la pija en el culo, saque mi pija y la deposite en la entrada de ese agujerito chiquitito, note como sus manos tomaban con fuerza un almohadón y se lo llevaba a su boca, refregué mi pija en su cola esperando alguna objeción, pero nada ese silencio me daba vía libre,
Consentimiento Tácito como decíamos en Derecho, el contacto de mi pija con su ano fue sutil todavía no se la había mandado, se dio vuelta con carita de nena con miedo y me dijo:
-¿que me vas hacer? Estirando su trompita
Esas cosas me volvían loco, mordiéndome los labios y con mis ojos desencajados, sin preámbulos le clave la cabeza de la pija sentí la resistencia de su ano, la fricción de mi pija cuando iba entrando era tremenda, se resistía ese culo, sus gritos no tardaron en llegar con su mano trato de sacarme, pero la sujete con fuerza
-¡respira hondo! ¡Inhala y exhala! Le dije con la mímica de la situación
-¡nooo me duele, sacala por favor! Imploro con sus ojos brillosos
-¡respira hondo y relaja la colita bebe! ¡Ya se va a dilatar y no vas sentir dolor! Insistí con una calentura demoniaca y tratando de mantener la calma.
Verla así toda indefensa y con mi pija destruyendo esa colita chiquitita, esa manzanita bella que tenia de cola me desquiciaba, el morbo por hacerla sufrir me invadía tenía ese toque de masoquismo de vez en cuando
-¡me duele sacala por favor! Imploraba casi llorando
-no hice caso y deje mi cabeza dentro esperando que ese culo se dilate rápido,
-¡respira hondo! Insiste apretando los dientes y comencé a mover la pija despacio con toda la paciencia del mundo
-¡Ahhhhyyyyyyyyy! ¡¡No quiero paraaaaa!! Balbuceaba mientras respiraba hondo y con prisa
Venias gatita, ¿tenias ganas de coger? ahora quien manda, te vas a acordar de mi, pensaba en mi cabeza
-¡Ves ahora se está dilatando! Dije mientras mi pija ingresaba unos centímetros y retrocedían otros cuantos
Sus gritos se ahogaban en la almohadón que tenía en su boca, gritaba cosas que no entendí así pasamos varios minutos, note que estaba toda sudada, realmente estaba sufriendo su piel estaba roja, cada vez que se la metía ella se inclinaba hacia delante para que no ingrese mas o me alejaba con la mano.
En un momento se la saque quería verle el culo roto, dios era hermoso esa visión de su culto cerrándose y su carita que me miraba con dolor, eso me puso aun mas morboso me agarre la pija en el tronco con toda mi fuerza, creció unos cuantos centímetros más su circunferencia las venas parecían que iban a explotar , la cabeza de mi pija estaba gigante, realmente estaba monstruosa y me acerque nuevamente antes que se cierre del todo ese culito y le clave la cabeza, ni torpemente pero mucho menos con delicadeza, sentí la fricción en las paredes de su culo que se resistían a abrir paso dio un grito desgarrador y note como contrajo su cola por el dolor, se dio vuelta apretando sus dientes y con los ojos llenos de lagrimas, libere la sangre contenida en la pija y volvió a su tamaño normal, ella seguía gritando y llorando.
-¡Por favor paraaaaaa! Imploraba entregada al dolor
Me di cuenta que estaba empapado en transpiración, sus gritos volvieron a ahogarse en el almohadón y comencé a cogerla mas rápidamente, de vez en cuando sus gritos retumbaban por toda la casa, no se x cuanto tiempo me la cogí por el culo, la verdad perdí la noción del tiempo, recuerdo que le acabe en el culo, tuve que sacar casi toda mi pija y dejar solo la mitad de la cabeza para acabar, fue increíble ver su cola llena de mi semen, que se chorreaba por entre sus piernas, me tire sobre el sofá exhausto, ella se reincorporo con dificultad me miro con una mirada dócil su rostro lleno de lagrimas, no dijo nada y se fue al baño.
En ese instante me sentí para el orto, “soy un animal” pensé, como voy a a tratarla así, ella era una flor delicada y me la cogí como me cogería a cualquier trolita para pija…
Me quede pensando cómo le pediría disculpas, pensando que seguramente se enojaría y se iría a la mierda…
Salió a los 20 minutos del baño duchada y en toalla, sus ojos seguían rojos, me levante y la abrace.
-¡perdón bebita! Atine a decir con cara de arrepentido
Me miro y no pude traducir esa mirada no sé si fue comprensión o indiferencia
No dijo nada y se fue al cuarto, caminaba con dificultad, me causo gracia en ese instante me dije: “!a la mierda la hice bosta en serio!” y la seguí
Se recostó en la cama y me miro con cara de nena haciendo pucherito
-¡sos cruel! ¡Realmente me hiciste doler mucho, sufrí un montón! ¡No me puedo ni sentar!
-¡Bebe perdóname tenes razón soy un enfermo! Y me acerque y la abrace
-¡malo! ¡Sos malo conmigo! Me dijo con su trompita estirada
Se acurruco en mis brazos, y prendimos la tele, después de un largo rato la recosté con su espalda desnuda hacia arriba y le saque la toalla, la bese tiernamente me fascinaba su espalda.
-¡ni se te ocurra calentarte por qué no vamos hacer nada, me duele todo! Dijo imperativamente
-¿donde te duele? ¿Aquí? Dije mientras besaba sus cachetes suavemente
-¡sii! ¡Me duele la colita! Dijo en tono de nena mimosa
Al instante me puse duro de nuevo, pera la advertencia estaba dada no íbamos hacer nada
Así que pase el resto de la noche mimándola y besándola.
Creo que fue una noche romántica mas allá de la bestial cogida anal que le di…

Ya se viene la 8va parte (la despedida de Steffy)

Gracias por molestarse a leer me demoro a veces en continuar escribiendo por el estudio ya que estoy a punto de recibirme, y cuando escribo me cuesta resumir porque me acuerdo de miles de cosas y detalles

Esta es otra foto de Steffy (de su Face) 
 

Mi cuñadita 6

La llame esa noche, fui al grano y le dije que la quería tener todos los días hasta que se vaya, me contesto que estaba pensando lo mismo.
Mi CuñaditaEl problema era que yo tenía novia y eso sería un gran problema así que lo solucione diciéndole a mi novia que me iba una semana al campo, evitaría ir a los lugares a los que frecuentamos, igual su casa estaba lejos de la mía.
Ese fin de semana (mis padres vienen algunos fines a visitarnos) mi viejo estaba en casa me prestó la chata y fui a buscarla a las 00 hrs. En la esquina de la cuadra donde vivía me esperaba mi corazón palpitaba, Steffy era una mina fina bella, educada, si hasta sus bombachas eran de primer nivel, estaba acostumbrado a bajar bombachas de algodón pensé riendo por la ocurrencia. Tenía un novio cordobés un pendejo fachero y de plata.

Por lo menos soy mucho más alto pensé, había visto una foto juntos en su” MySpace” y tenían casi la misma altura… llegando puntualmente al lugar citado la vi de espalda caminando estaba a pocos metros de la esquina, que hermosa que es la pendeja pensé anonadado,
Tenía unos zapatos negros que solo cubrían una pequeña parte de su pies (parecía unas sandalias) con tacos altos agujas la hacía verse más alta, más estilizada, un shortcito corto gris oscuro con dos rayas verticales y horizontales de un color semitransparente con diferente matices de grises (estilo escoses el short) con un prendedor grande y un botón en cada pierna (perdón soy malísimo describiendo ropa) y una remera negra semis escotada con hombros cubiertos y ¾ de manga, tenía una bolso (o cartera) naranjado.
(Leyendo lo que escribí, parece cualquier cosa como se vistió, pero se los aseguro, estaba preciosa)
Se subió a la camioneta sorprendida, me dio un beso tierno que duro unos segundos, y la abrace tiernamente.
-¡Te extrañe hoy! Dije sin poder contenerme
-¿en serio? ¡Yo también te extrañe un poquito!, ¡pero un poquito así! Dijo sonriendo y gesticulando con sus deditos
La bese de nuevo, y le pregunte si tenía pensado o ganas de algo específicamente,
-¡sos el anfitrión hacemos lo que vos quieras o llévame donde quieras! Contesto convencida
-¡listo! ¡Después no me digas nada! Conteste y ella sonrió gesticulando un “no”
-Vamos al “Edén” (un telo muy conocido en Catamarca) así tengamos privacidad tomemos algo y… nada… ¡vemos que onda! Dije con cara de pícaro
Sonrió con gestos de aprobación y allí nos dirigimos, como era temprano todavía conseguimos la mejor habitación y me engancharon una promoción hasta las 8 de la mañana, a mitad de precio. Genial pensé la voy a tener toda la noche para mí solo…
Tomamos un vino espumante recostado sobre la cama, nuestra charla fluía sin filtros
Parecía que el alcohol estaba haciendo su trabajo, sus mejillas parecían acaloradas y más rojas me hablaban despacito y sus ojitos brillaban, me volvía loco de ternura la pendeja.
-¿sabes una cosa? Me dijo con tono de nena
-¿Qué? Conteste intrigado
-¡me da vergüenza contarte!
-¡dale contame!
-¡estoy toda dolorida todavía por lo que paso ayer! Dijo poniéndose colorada
-¿que? Conteste sorprendido
-¡que me duele!
-¿Qué? ¿Que te duele? Conteste haciéndome el gil
-¡me duele ahí ya sabes donde! ¡Cuando me fui me ardía por suerte ya se me paso un poco! Contesto visiblemente avergonzada
Pasaron unos segundos de silencio, no sabía si reírme o que hacer jamás me habían dicho eso
-¡es normal! ¡A todas las que están conmigo les pasa! ¡Viste el Superhombre que soy! Dije en tono de broma para dispersar su vergüenza
-¡sos un creido! ¡No cambias más! Contesto riendo y me abrazo y me beso
La tumbe de espaldas y la despoje de su remera, su piel brillaba supongo que algún producto bronceante se habrá puesto por que jamás vi un color dorado tan bello
Bese su espalda, sin desprender su corpiño sus gemiditos de satisfacción me endulzaban los oídos, mis manos bajaban debajo de su cuerpo desprendiendo su pantaloncito, puse unos almohadones debajo de su abdomen chato para levantar mas su cola, baje lentamente el short descubriendo esa cola divina cubierta por otra bombachita Victoria Secret’s (se veía la etiqueta)
Su aroma era embriagador, en ese mismo instante me quede durísimo de nuevo ese calor descomunal me invadía el cuerpo, baje su bombachita lentamente a la altura de los muslos junto con el short dejando su cola completamente desnuda e inclinada hacia arriba

-¿Donde te duele? ¿Aquí puede ser? Pregunte dándole besitos tiernos en sus labios vaginales que asomaban carnosos y tentadores,
-si siii ahiiiii!! Contesto gimiendo
Mi lengua se empapaba con el sabor de su vagina su cuerpo se estremecía sus manos apretaban las sabanas con fuerza, me había convencido de darle placer sin importar el mío personal.
Siguió gimiendo intermitentemente el calor que desprendía su cuerpo me fascinaba una fiebre intensa la recorría, levante la vista para ver la escena reflejada en el espejo del techo y la imagen que me devolvía era onírica, fascinante.
Ver su pelo rubio desordenado, sus manos que presionaban las sabanas y mi cara entre su cola simplemente era magistral.
La di vuelta y me puse entre su piernas y con la lengua jugueteaba con su clítoris, mi dedo índice ingresaban en su sexo una y otra vez, podía ver su cara colorada gozando increíblemente estaba totalmente húmedo allí abajo, luego cogimos lentamente y con suavidad quería disfrutarla y tratarla como una reina, porque ella era el amor de mi vida así que le hice el amor tiernamente esa noche…

Continuara

Ya se viene la 7ma parte… me demoro porque voy escribiendo lo que recuerdo y de repente se tornan muy largos los relatos así que tengo que resumirlos…


Este relato es totalmente real por eso cambio nombres